Este artículo se publicó hace 2 años.
La falta de gas empuja a Bruselas a utilizar energías más contaminantes y relajar el control de las emisiones
Además del ahorro y la restricción del consumo, el plan de la Comisión Europea incluye una segunda derivada: impulsar de forma temporal la sustitución del gas por otros combustibles como el carbón o el fuel, que son más contaminantes.
Madrid-Actualizado a
La Comisión Europea tiene previsto este próximo miércoles presentar el plan bautizado como Ahorra gas para un invierno seguro en el que propone empezar a ahorrar gas desde este mismo verano ante la amenaza del corte de suministro por parte de Rusia por la guerra de Ucrania.
Este plan de contingencia remarca que "cada ciudadano y cada hogar puede ahorrar gas" y pone el acento en el volumen de este combustible que se utiliza en sistemas de calefacción o refrigeración, aunque recuerda que los hogares, la calefacción urbana y algunos servicios sociales esenciales son consumidores protegidos y serían los últimos en sufrir racionamientos si los hubiera.
En este sentido, la Comisión Europea también tiene previsto sugerir a los países de la UE que incentiven con compensaciones económicas la reducción del consumo de gas de empresas.
Sin embargo, el plan de Bruselas incluye, además del ahorro y la restricción del consumo, una segunda derivada: impulsar la sustitución del gas por otros combustibles, aunque sean más contaminantes, según adelanta el diario El País. Un ejemplo de ello es lo que está haciendo Alemania, que recientemente ha aprobado la reactivación de las centrales eléctricas que funcionan con carbón y petróleo, con el fin de ahorrar y almacenar gas. El carbón y petróleo son más contaminantes que el gas.
En ese sentido, la aprobación por parte del Parlamento Europeo a principios del mes de julio de la propuesta de la Comisión Europea de incluir el gas y las centrales nucleares dentro de la taxonomía verde, de tal forma que estas dos tecnologías se equipararán a las energías renovables en los programas de finanzas sostenibles, ya da pistas de por dónde van los tiros.
Bruselas es partidaria de relajar las exigencias medioambientales. El control de las emisiones parece que pasará, al menos temporalmente, a un segundo plano.
"Aunque el cambio a las fuentes renovables de energía es la principal prioridad, la Comisión aplicará también temporalmente toda la flexibilidad disponible en la directiva de emisiones industriales y en la directiva de evaluación del impacto medioambiental", se puede leer en el borrador del plan de contingencia que va a presentar la Comisión Europea. Eso sí, en ese mismo texto, Bruselas reconoce que "el cambio de combustible tendrá un impacto en la polución del aire", reconoce el borrador del plan.
Bruselas estima que se puede ahorrar una cantidad significativa de gas utilizando otras fuentes de combustible. La decisión de Alemania de reabrir centrales de carbón y la decidida apuesta por la energía nuclear de países como Francia y Bélgica son buena muestra de ello.
Europa había andado un largo camino en los últimos años en su lucha para reducir las emisiones. Las de efecto invernadero, por ejemplo, se han reducido un 24% en los últimos 30 años. Además, en 2020, por primera vez, las fuentes renovables superaron, con un 39% del total, a la generación con combustibles fósiles, que se quedó en el 36%, según los datos de Eurostat. Según esas mismas fuentes, también se habían reducido as emisiones de dióxido de sulfuro, en un 91% y óxido de nitrógeno, en un 61%.
La directiva comunitaria actualmente en vigor permite derogar los límites de emisiones de las grandes centrales de combustión en caso de una necesidad de suministro imperiosa por un período de 10 días, pero Bruselas contempla que esa suspensión del control de las emisiones se prolongue sine die.
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