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El Gobierno de Ayuso obvia las advertencias de riesgo y mezcla a niñas con adolescentes en un centro de menores

La Comunidad de Madrid ha reorganizado los grupos de convivencia de la residencia infantil Las Acacias, ubicada en la capital, y ha trasladado a un mismo edificio a menores de entre cuatro y 17 años.

Varios niños al inicio del curso escolar 2023/2024, en València
Varios niños al inicio del curso escolar 2023/2024, en València. Jorge Gil / Europa Press

La Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS) ordenó a principios de febrero el traslado del grupo de adolescentes de la residencia infantil Las Acacias al edificio central, destinado a niñas y niños de entre tres y los 14 años. Las trabajadoras del centro han advertido de los "graves problemas de convivencia" que se pueden llegar a generar, y que ya están teniendo lugar, tras mezclar a menores de edades tan dispares, pero la situación no parece que vaya a cambiar.

Las Acacias es un centro de menores pequeño que, en principio, estaba territorializado. Es decir, se supone que tenía que atender las necesidades de protección de los menores de la zona que necesitaran tutelaje. Pero, con el paso de los años y la falta de recursos, esto no se ha mantenido y ahora acoge a niños y adolescentes de toda la comunidad.

El año pasado, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso anunció la decisión de trasladarla a la carretera de Colmenar Viejo. Una reubicación que los sindicatos criticaron duramente. "Allí es imposible normalizar a los chavales. No hay recursos, ni médicos cercanos, ni tienen sus colegios, ni hay vecinos, ni parques para interactuar con la sociedad", ha explicado a Público Juan Calle, responsable de la sección sindical de menores de UGT.

"No se trata de mover mobiliario. Hablamos de menores en una situación de mucha vulnerabilidad", ha afirmado, en la misma línea, Miguel Ángel Martín, portavoz de CCOO en residencias infantiles públicas. 

Las trabajadoras ponen de relieve el "desconcierto" y la "ansiedad" de los menores. "No quieren perder su núcleo vital y aparte están desinformados, lo que provoca inseguridad y miedo", expresan. Este verano, si todo marcha como está previsto, no obstante, serán trasladados.

La Consejería niega que haya "riesgos"

Hace dos semanas, de nuevo, volvieron a recibir noticias del Gobierno de Ayuso a través de un correo. Esta vez, para comunicarles que "había que sacar a los adolescentes de su edificio y juntarlos con el resto inmediatamente. No hay ninguna reunión donde se organice nada con los trabajadores y no les dan explicación alguna. Se dice que el edificio lo va a ocupar un proyecto, pero no se especificó cuál ni en qué consistirá", detalla Martín. 

Desde el primer momento, las asistentes de la residencia advirtieron de que esa reorganización "no seguía los criterios educativos" y que suponía un "riesgo para la convivencia serio". Se mezclan perfiles muy diferentes: "Desde menores con trastornos de conducta, discapacidad mental, junto con niños normalizados e integrados", informan las asistentes del centro.

Público ha preguntado a la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales y ésta ha confirmado la reubicación al edificio común. Además, ha explicado que la causa del traslado son unas obras que se están llevando a cabo en el edificio. Respecto a lo advertido por los trabajadores, quitan hierro y comunican que "no significa riesgo alguno para los menores, dado que los tres módulos donde se les reubican están distribuidos por distintas edades".

Sin embargo, los asistentes de la residencia insisten en que hay zonas comunes que los niños y adolescentes comparten. "El primer día, a la mañana siguiente al traslado, se armó una especie de motín. Algunos menores se negaban a salir e incluso hubo agresiones hacia las trabajadoras. Las compañeras se pasan el día apagando fuegos", cuenta Calle. "Todo es improvisación. Hay una niña de cuatro añitos que se asustó bastante al principio, se metía debajo de la cama", insiste Martín.

Los menores acogidos y tutelados de este tipo de centros suelen ser niños con un bagaje importante de desestructuración familiar y social. Por lo que cualquier cambio como este incide y multiplica los problemas que arrastran. 

A esta situación de "caos", se suma el hecho de que "los menores que viven en el centro de Vista Alegre, que está enfrente, no tienen agua caliente y están bajando a ducharse al edificio de Las Acacias a ducharse", ha señalado Lorena Morales, responsable de Asuntos Sociales en el PSOE-Madrid. "Algún día ocurrirá una desgracia y nos acordaremos todas", lamenta Morales.

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