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“La guerra de Siria es el asesinato de todo un pueblo”

Zouhair Lahna, médico humanitario, ha estado en cinco ocasiones en Siria como cirujano ginecológico y creó en Casablanca una clínica para atender gratis a refugiados e inmigrantes, que ha sido cerrada por el Gobierno de Marruecos. 

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El médico humanitario Zouhair Lahna

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MÁLAGA.- Cada día se levanta con un sólo objetivo: curar a los más débiles.
Zouhair Lahna es un médico incansable. Su profesión está por encima de todo, aunque suponga un coste económico y familiar. Acaba de regresar de Siria y ya piensa en volver. Para justificar su decisión, pone números sobre la mesa: “Cuando se ven estas destrucciones se entiende el porqué de tantos refugiados. El 40% de la población se ha desplazado. 300.000 muertos, 150.000 viudas, 150.000 discapacitados y miles de huérfanos. A ello se le añade la vulnerabilidad psicológica. Es muy importante en los niños. A tres de cada cinco niños les espera un futuro de violencia”, explica el doctor.

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Mientras su iniciativa en Marruecos está aún por decidirse, en su mente sigue el recuerdo de Siria. Etiopia, Congo, India, Afganistán, Cisjordania o Gaza son otros de los países en los que ha estado aunque, para él, hay una diferencia: “Siria es el conflicto más catastrófico que he vivido. Si bien es cierto que el de Etiopía y Afganistán no son más afortunados. La guerra de Siria es una masacre en toda regla y la regresión de todo un país, el asesinato de todo un pueblo”. Opera los traumas de guerra, sobre todo de la zona pélvica. Él es cirujano ginecológico. Realiza intervenciones que nadie más puede realizar por su especialidad. ¿Por qué? “Todos los cirujanos ginecólogos se han marchado y solo hay veintitrés ginecólogas con poca experiencia para ocho millones de personas, y ellas trabajan en condiciones muy difíciles”.

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El médico humanitario Zouhair Lahna

En su memoria permanecen los ruidos, los gritos y los nombres de sus pacientes en mitad de los ataques o en los campos de refugiados. A pesar de todo el sufrimiento y de que la muerte pesa cada día, hay segundos donde parece que la tragedia se para. “Los nacimientos durante las guerras son un himno a la vida y la esperanza”, afirma. Lo suyo es recibir a las nuevas vidas en las condiciones más difíciles.

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