Paralizan el desahucio de Blanca, una vecina de Barcelona de 78 años que tenía una deuda de 177 euros
El desahucio previsto para este miércoles fue aplazado después de más de seis horas de negociación con la propiedad y la comitiva judicial, a cambio de pactar un alquiler a precio de mercado.
Emma Pons Valls
Barcelona-Actualizado a
Blanca Espinosa, de 78 años, lleva más de media vida en el barrio Gòtic de Barcelona pero ahora teme tener que marcharse desahuciada por una deuda de poco más de 170 euros, saldada hace tiempo. Una "sentencia vergonzosa", según el colectivo Resistim el Gòtic, se cierne sobre esta vecina, una de las pocas que queda en un barrio habitado por turistas.
El inicio del caso se remonta a 2017, cuando la propiedad realizó unas obras "mal hechas", según la inquilina, y por las que la renta le subió 88 euros. Disconforme con cómo lo habían dejado, en los primeros dos meses no los pagó, por lo que acumuló un impago de 177 euros. Finalmente empezó a abonar el nuevo alquiler y saldó también la deuda acumulada.
Tras seis horas de protesta vecinal en el portal, finalmente el segundo intento de desahucio fue aplazado este miércoles. La negociación entre los movimientos por la vivienda, el Ayuntamiento y la propiedad ha dado frutos y el acuerdo ha sido que pactarán un alquiler de mercado antes del próximo 11 de diciembre.
Pactarán un alquiler de mercado antes del próximo 11 de diciembre
La realidad de la vivienda en el Gòtic, y en Barcelona en general, hace tiempo que es insostenible para muchos vecinos que viven de alquiler. La renta media de los nuevos contratos supera ya los 1.123 euros, un máximo histórico. Con la presión turística al alza, son cada vez más los pisos que se desvían hacia el alquiler por días o temporadas cortas, según denuncian los sindicatos de vivienda desde hace tiempo. Es a eso a lo que quiere dedicar el piso de Blanca su propietaria. Lo explica a Público Daniel Pardo, miembro de la asamblea de vivienda del barrio, Resistim al Gòtic: "El contexto no tiene que ver con la deuda sino con la voluntad de la propiedad de expulsarla".
"No quiero irme de mi casa. No he hecho nada mal y no debo nada a nadie. Siempre que llamábamos para decir que las obras no estaban bien, avisábamos de que no pagaríamos y la propietaria nos decía que no podía atendernos. Pero al final lo pagué todo, hace ya mucho tiempo", ha explicado la vecina en declaraciones a TV3.
"No quiero irme de mi casa. No he hecho nada mal y no debo nada a nadie"
La propietaria, una abogada que tiene más pisos en régimen de alquiler turístico o de temporada, llevó el caso a los juzgados. Aunque inicialmente dieron la razón a Blanca, tras un recurso en la Audiencia Provincial de Barcelona, el juzgado decretó que ese impago era suficiente para iniciar el proceso de expulsión. También decretó que la inquilina no estaba en situación vulnerable porque tiene un local en propiedad a medias con su hijo.
Apoyo vecinal
Resistim al Gòtic la acompaña desde hace tiempo y este miércoles ha organizado la resistencia al segundo desahucio. Otros tres intentos se habían detenido en los propios tribunales, a través de moratorias y recursos. "No hay alternativa para Blanca ahora mismo, no tiene adónde ir", apunta el activista Daniel Pardo.
La propiedad quería firmar un alquiler por 1.200 euros este mismo miércoles, pero los colectivos que acompañan a Blanca se han negado, según ha explicado Resistim al Gòtic a la ACN.
La protesta para evitar el desahucio se ha alargado durante horas y los activistas han negociado con la comitiva judicial y la propiedad. "Está cerrada a cualquier negociación", criticaba Pardo horas antes de saber el desenlace. Finalmente se mostró dispuesta a negociar un alquiler a precio de mercado, aunque no queda claro quién lo pagará, ya que la vecina cobra una pensión de tan sólo 500 euros.
Tanto el movimiento por la vivienda como el Ayuntamiento habían ofrecido a la propietaria varias opciones, hasta ahora todas rechazadas, entre las cuales entrar en el programa Reallotgem, donde la administración asume parte del alquiler de personas vulnerables.
Incluso el artista James Rhodes se ofreció a pagar la renta a la propiedad, con dos años por adelantado, un movimiento que fue también rechazado, según compartió en su Instagram.
"Hemos visto cosas muy bestias en el barrio, pero no recuerdo una como ésta. Es una forma distinta de lo que vivimos cada día, las maniobras de propietarios especuladores para expulsar a vecinas", concluye el activista Daniel Pardo.
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