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Indemnizan a una familia con seis millones de euros por violencia obstétrica 

El ginecólogo se ausentó del parto y las "actuaciones negligentes" causaron una parálisis cerebral al hijo.

Imagen de archivo de una mujer en un paritorio.
Imagen de archivo de una mujer en un paritorio. Pixabay

Una familia será indemnizada con 5.811.391 euros por violencia obstétrica. Percibirá 3,22 millones de euros, a los que se sumarán 2,59 millones por intereses de demora. Se trata de una de las mayores indemnizaciones adjudicadas por la Justicia hasta la fecha por una negligencia médica.

Según publica El País, la madre dio a luz el 23 de mayo de 2015, fecha adjudicada por el ginecólogo Luis Cruz González-Hermida, para que coincidiera con una de sus guardias en el hospital privado Nuevo Belén (Madrid). A Elisabeth –nombre de la madre– le dijo que fuera aquel día por la noche para que "estuviera todo resuelto por la mañana".

La madre indica que el médico fue a verla por la mañana y le comentó que todo iba con normalidad aunque despacio, dado que el parto se alargó. Más tarde, se fue. La familia preguntaba por él, pero los sanitarios le decían que estaba en otros asuntos o atendiendo urgencias.

No le volvieron a ver hasta por la noche, cuando ella ya se encontraba en el quirófano. Al llegar, el sanitario le dijo que venía del cumpleaños de su hijo. Algo que, tal y como detalla El País, nunca se le olvidará a Elisabeth, cuyo hijo nació con secuelas irreversibles fruto de una negligencia médica.

Daños irreversibles

El hijo de Elisabeth, Sergio, no puede mover ninguna de sus extremidades debido a la parálisis cerebral. Asimismo, tiene epilepsia a raíz de la hipoxia –falta de oxígeno– que sufrió durante el parto.

La causa de estas lesiones irreversibles es la "actuación negligente" del ginecólogo y de la matrona, que dejaron a Elisabeth sola, según recoge la sentencia dictada el pasado 13 de junio por la Audiencia Provincial de Madrid.

Según el tribunal, la familia no recibió la atención necesaria, dado que no se extremaron las medidas para comprobar el bienestar del feto, que fue extraído mediante una cesárea que se alargó de forma desmesurada. El fallo no valora el impacto que tuvo en la asistencia médica la ausencia del ginecólogo, aunque sí considera que su actuación fue deficiente.

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