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Jóvenes marroquíes entran en Melilla saltando por los tejados de un puesto fronterizo cerrado

Unas 80 personas han intentado acceder a la ciudad con ayuda de escaleras artesanales para superar las alambradas del control policial de Mariguari. 14 han logrado acceder, según Delegación del Gobierno.

Guàrdies civils patrullen a la tanca frontererea entre Melilla i el Marroc. FOTO: Jairo Vargas
Guardias civiles vigilan el vallado fronterizo entre Melilla y Marruecos  en una imagen de archivo. Jairo Vargas/ ARCHIVO

Al menos 14 jóvenes marroquíes han logrado entrar en Melilla este miércoles tras sortear las alambradas del puesto fronterizo de Mariguari, al oeste de la ciudad, que permanece inactivo desde marzo de 2020, cuando Marruecos cerró sus fronteras a causa de la pandemia.

Según una escueta nota de prensa de la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma, alrededor de las 8.20 horas, un grupo de alrededor de 80 personas ha intentado cruzar a través de un punto poco habitual, ayudándose de escaleras.

En un vídeo difundido por la Asociación Marroquí de Derechos Humanos puede verse cómo el grupo coloca la escalera en posición casi horizontal desde el tejado de las instalaciones policiales del lado marroquí. A modo de puente artesanal, varios chicos han logrado sortear el vacío de más de dos metros de altura que hay entre las instalaciones policiales marroquíes de españolas, han llegado al tejado del edifico español y han conseguido sortear a la carrera a los guardias civiles desplegados.

La actuación de la Guardia Civil ha conseguido "contener la entrada del grupo" y que la mayoría desistiera y regresara a la población marroquí, según la Delegación del Gobierno. Durante el intento, varios jóvenes han sufrido caídas al desprenderse la escalera, aunque no se han notificado heridos.

Otro intento con escaleras

Mariguari es uno de los cuatro puntos de paso que existen entre Melilla y Marruecos. No suele ser un punto habitual de cruce irregular de frontera, según fuentes locales, aunque tampoco suele solía ser habitual que población marroquí intentara saltar el vallado fronterizo.

El pasado 27 de noviembre se dio una situación similar, cuando un grupo de unas 30 personas trató de saltar con escaleras la valla del paso fronterizo de Barrio Chino, antiguo puesto de control de porteadores. La mitad consiguió acceder a Melilla.

El cierre de fronteras decretado por Marruecos al principio de la pandemia, en marzo de 2020, supuso también el final del porteo, el comercio atípico de mercancías entre ambas ciudades. También ha dado al traste con el empleo de un gran número de trabajadores y, sobre todo, trabajadoras transfronterizas que cada día cruzaban la frontera para acudir a su puesto en Melilla. Este empleo representaba un pilar clave para la débil economía de cientos de familias marroquíes de las pequeñas localidades vecinas, como Mariguari.

Según el activista José Palazón, presidente de la Asociación Pro Derechos de la Infancia de Melilla (Prodein), en 2021 está siendo más habitual ver a ciudadanos marroquíes intentado acceder a la ciudad a través del vallado fronterizo para solicitar asilo en la ciudad. Una forma de cruce que suelen utilizar las personas de origen subsahariano.

Hasta el pasado 16 de diciembre, 1.091 personas habían logrado acceder a la ciudad autónoma de forma irregular por vía terrestre, casi un 22% menos que el año pasado, según el último balance del Ministerio del Interior, que no precisa las nacionalidades de quienes logran cruzar frantera.

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