Este artículo se publicó hace 2 años.
Juan Carlos Izpisúa: "El momento más importante de nuestras vidas no es el nacimiento ni nuestra boda, es el de la gastrulación"
Investigador de reconocimiento mundial, Izpisúa atiende a 'Público' para hablar de genética y envejecimiento. Su equipo ha logrado hitos que lograrán prevenir enfermedades y darle una mayor calidad de vida a la vejez.
Jose Carmona
Salamanca-
Juan Carlos Izpisúa (Albacete, 1960), llega con prisa a la Plaza Mayor de Salamanca. Atiende a Público pero se lamenta y reconoce que tiene pocos minutos, ya que todo el mundo le está esperando en la planta de arriba de un restaurante. Izpisúa es co-creador del Age Open Science, unas ponencias sobre envejecimiento realizadas en Salamanca. Científicos de todo el mundo que han acudido al evento le esperan para los postres.
Izpisúa es profesor de investigación y ejerce la cátedra Roger Guillemin en Instituto Salk de Estudios Biológicos en California y entre sus hitos investigadores se encuentra la creación de "quimeras mono" con células de ser humano, un avance hacia un nuevo paradigma en el que se puedan desarrollar órganos de humanos en animales con el fin de hacer trasplantes.
Debe ser complicado para ustedes traducir a un lenguaje 'terrenal' todas sus investigaciones y avances. Este congreso, Age Open Science, tiene esa intención.
Sí es complicado, pero creo que es una iniciativa fabulosa el poder decirle a la gente de la calle lo que los científicos hacemos en el laboratorio. Ojalá se extienda más, porque va a ayudar a que la gente de verdad entienda lo que hacemos para que no consideran al investigador como alguien loco que está haciendo cosas raras.
Se suele pensar que nuestro trabajo algún día podrá servir al día día y no. Como hemos visto en estos dos últimos años con la pandemia, la ciencia ha salvado la vida de millones de personas.
¿El científico está aislado del mundo real?
Es una actividad muy exigente que requiere de muchísimas horas de trabajo y hasta nuestra propia familia nos echa de menos. Quizás esa esa reflexión que acabas de hacer es cierta, pero qué otra actividad humana no necesita de esa pasión y de esta dedicación para que las cosas funcionen.
Dice usted que el momento más importante en nuestras vidas es la gastrulación.
(Sonríe). Sí, es en ese momento del embarazo, alrededor de los 14 días después del desarrollo, cuando las células empiezan a ser distintas y son los precursores de todo lo que va a ser nuestro organismo. Es un momento muy delicado en nuestra vida. Piensa por ejemplo que un pequeño exceso de vitamina A en esos días de la mujer embarazada, que ni se da cuenta que ha tomado un poco más de vitamina, puede dar lugar a una serie de malformaciones congénitas realmente devastadoras.
"Ni nuestro nacimiento, ni nuestra boda ni nuestra muerte: la gastrulación es el momento más importante"
Es un momento muy delicado de nuestras vidas que hay que cuidarlo muchísimo, entonces de ahí esa reflexión. El momento más importante de nuestras vidas no es el nacimiento ni nuestra boda, es el de la gastrulación, porque justo en ese momento es donde se están tomando todas las decisiones que nos van a hacer ser humanos o ser otra especie animal. Esa diferenciación de células y está disposición en el espacio nos hace ser un animal u otro y estoy convencido de que es el momento más importante de nuestra vida.
La investigación en torno al envejecimiento y la genética han cambiado la forma de ver la esperanza de vida, la vejez, la prevención de enfermedades... Es una revolución.
Pero que no se confunda todo eso con la inmortalidad. Cuando somos jóvenes, una enfermedad normalmente es prácticamente inexistente. Sólo a partir de una cierta edad es cuando la enfermedad es obvia y manifiesta. El poder rejuvenecer una célula de alguna manera retrasaría la enfermedad, pero nunca el envejecimiento. El objetivo es tener una vida más saludable, pero obviamente nuestro reloj biológico tiene límite y eso no se puede cambiar (Risas).
Mejorar la calidad de vida en la vejez también es mejorar la dignidad de las personas, ¿no?
"Al final, lo que realmente queremos en nuestras vidas es estar sanos"
Qué frase más bonita. Yo no lo podría decir mejor. Al final, lo que realmente queremos en nuestras vidas es estar sanos.
Es cierto que la esperanza de vida aumenta sin precedentes, pero en Madrid ha descendido tres años de media.
En general, independientemente del caso particular, estamos en una segunda revolución en cuanto al envejecimiento. A principios del siglo XX se avanzó mucho con esas tres patas de higiene, antibióticos y vacunas.
Ahora somos más conscientes de la importancia de cuidarnos, de la importancia de la investigación y también somos mucho más conscientes de la importancia de actuar apropiadamente con nuestras células. Todo eso, de una manera quizás no tan exagerada como vimos al principio del s.XX, pero poquito a poco va haciendo que nuestros últimos años de vida no tengan que ser tan devastadores como eran hace 50 o 60 años.
Estoy totalmente convencido de que independientemente de casos particulares, la línea general es de de mejorar en nuestra calidad de vida con el paso del tiempo. La investigación para ellos fundamental y creo que es una de las mejores cosas que nuestra sociedad podía hacer, como se ha visto en los últimos dos años.
¿No es preocupante que ni siquiera después de una pandemia la ciencia no sea una cuestión primodial de Estado y abra portadas?
Es difícil saber quién es el culpable. Desde luego los científicos tenemos nuestra parte de culpa. Los medios de comunicación posiblemente también. Pero la educación es la mejor manera de resolver ese problema. Darle conocimiento a nuestros hijos, que van a ser aquellos que van a dirigir nuestra sociedad en veinte años, es la mejor manera de ayudar. Ojalá el tiempo que la juventud pierde en cosas sin importancia se pudiera aprovechar.
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