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"Para luchar contra el cambio climático debemos reducir cinco veces el consumo de carne"

La ganadería emite más del 14,5% de los gases de efecto invernadero mundiales. El eurodiputado de Equo, Florent Marcellesi, explica que en el mundo se consume una media de 40 kg de productos de origen animal por persona y año, 100 kg en España y que para lograr que el planeta sea sostenible, debiera ser de 20 kg, bienestar animal aparte.

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Imagen de archivo de una vaca pastando.

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BRUSELAS.- “Para luchar contra el cambio climático y tener un mundo sostenible, debemos reducir por cinco nuestro consumo de carne”. Así de tajante lo asegura el eurodiputado de Equo y miembro del Grupo de Los Verdes / Alianza Libre Europea Florent Marcellesi, quien explica que la media mundial de consumo de carne por persona y año es de 40 kilogramos, la de España es de 100 kg y para lograr que el mundo sea sostenible, debiera ser de 20 kg. 

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Para abordar esta cuestión y buscar soluciones, Marcellesi, Los Verdes europeos y Equo organizaban esta semana la conferencia Consumo de carne y cambio climático: un debate ineludible en la que reunían a ecologistas, animalistas, ganaderos ecológicos y consumidores. Diversos sectores con diferentes intereses, especialmente en cuanto al trato a los animales y el bienestar de estos, pero con un enemigo común: el cambio climático.

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“Comer carne procesada se ha vuelto más asequible que comer frutas y verduras. Esto es una grave incongruencia”

Marcellesi señalaba la importancia de tener una visión holística de la situación para ser capaces de hallar soluciones prácticas y reales que logren avances en la problemática ecologista y animalista. El eurodiputado criticaba que en el acuerdo de la Cumbre del Clima de París en 2015, en el que se fijó el objetivo de evitar que la temperatura del planeta aumente en 2 grados a finales de siglo, no se hiciera mención al problema ganadero ni al consumo de productos de origen animal. La cumbre de Marrakech en 2016 tan sólo supuso una ratificación de lo acordado el año anterior, por lo que esta problemática sigue en el aire.

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"Lo más fácil es dejar de comer carne. Es necesario si queremos que el planeta siga vivo. La tradición es una excusa para que algo se mantenga"

Los datos son esclarecedores: las emisiones de CO2, resultado de la producción, distribución y consumo de alimentos, de las personas vegetarianas son un 50% menores que las de quienes consumen carne a diario y las de las veganas, un 60%, según un estudio dirigido por la Universidad de Oxford en 2014. Y eso sin tener en cuenta ni la diferencia de consumo de agua y tierra para producir carne, ni el maltrato animal.

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Un momento de la conferencia 'Consumo de carne y cambio climático: un debate ineludible'. TWITTER /Equo Animales

La representante de Equo Animales, Paula Jarque, ahondaba en esta postura: “Nuestro objetivo es promover las dietas vegetarianas y veganas como paradigma de la lucha contra el cambio climático y el uso y abuso de los animales en la industria cárnica. Sin embargo comprendemos que este será un cambio progresivo que llevará un tiempo, educación, sensibilización y durante ese camino debemos velar por aquellos animales que forman parte de la cadena de consumo humano”.

"Las emisiones de CO2 de vegetarianos son un 50% menores que las de quienes consumen carne a diario y las de veganos, un 60%" 

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Para reducir el consumo de carne y la utilización de explotaciones ganaderas intensivas, la Vicepresidenta de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Ana Etchenique, explicaba la importancia de la información y la educación en esta cuestión: “El consumidor es cómplice de una larga cadena. El reto es comunicar el mensaje, encontrar un lenguaje y llegar a la gente. La mayoría no tienen ni idea.” “La gente debería ver con sus propios ojos cómo funciona la explotación ganadera intensiva”, aseguraba Etchenique.

No obstante, la ganadería, aun siendo extensiva y ecológica, sigue siendo un problema para el movimiento animalista. Esta conferencia fue testigo de uno de los aspectos en los que se antoja difícil encontrar un punto de unión entre el animalismo y la ganadería. Los animales, pese a vivir en mejores condiciones, siguen siendo considerados una mercancía y siguen muriendo para el consumo humano. Algo que no casa con las ideas de bienestar animal e igualdad entre especies que defiende el movimiento

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