La ciudad de Los Ángeles ha cambiado radicalmente en una semana. Con más de 16.000 hectáreas quemadas –unos 160 kilómetros cuadrados–, los incendios que asolan el condado estadounidense desde el 7 de enero han dejado al menos 24 personas fallecidas y por ahora otras 23 se encuentran desaparecidas. Todo EEUU se encuentra en vilo ante el fuego que ha provocado la evacuación de 150.000 ciudadanos.

Entre los focos más afectados se encuentran el barrio de Pacific Palisades, donde residen multitud de celebrities. Además, el incendio Eaton asola la comunidad de Pasadena; Hurst, la zona suburbial de Sylmar; Sunset, las colinas de Hollywood; Kenneth, el oeste de California y Creek, el bosque nacional de Ángeles. Aunque la mayoría han sido controlados, los tres primeros permanecen activos.

Las llamas de las que es pasto la ciudad de las estrellas han encogido el pecho de todo el país, que se ha volcado con la tragedia. El mandatario saliente, Joe Biden, canceló su viaje a Italia, donde tenía planeado reunirse con la primera ministra, Giorgia Meloni, y el presidente de la república, Sergio Mattarella. La Academia de Hollywood también ha pospuesto el anuncio de las nominaciones a los Oscar hasta el próximo 23 de enero. Además, se han cancelado múltiples premieres y ceremonias de premios, como los Critics' Choice Awards.

El nacimiento de la tragedia y la crisis climática

Las autoridades investigan las causas que han podido provocar esta ola de incendios. Aunque su origen todavía es desconocido, diferentes elementos medioambientales han alimentado su propagación. Entre ellos, los vientos de Santa Ana, que han alcanzado los 160 kilómetros por hora en algunas zonas. Estos vientos, característicos de California, han servido como catalizadores de las llamas.

Según explica un informe científico de la organización ClimaMeter, suelen originarse en las masas de presiones altas, frías y secas. Después, descienden con potencia desde las montañas hacia la costa del Pacífico, con rachas que pueden alcanzar la fuerza de un huracán.

La sequía, las altas temperaturas y la vegetación fácilmente inflamable son factores que han propiciado los incendios

Hay una serie de factores que hacen que esta zona sea per se propensa a los grandes incendios forestales: "Una combinación de sequía, temperaturas elevadas y vegetación que arde con facilidad", explican a Público los autores del informe, Greta Cazzaniga y Davide Faranda, investigadores del Instituto Pierre-Simone Laplace, un centro especializado en ciencias climáticas.

Los científicos han analizado cómo han cambiado en el presente –de 1987 a 2023– las condiciones meteorológicas que han provocado los actuales incendios forestales, en comparación con las condiciones ambientales del pasado –de 1950 a 1986–.

El estudio concluye que las condiciones meteorológicas que desencadenaron los incendios de California son hasta 5°C más cálidas, un 15% más secas y contenían vientos un 20% más fuertes. Así, estas llamas pueden vincularse a la crisis medioambiental.

La relación de los fuegos de Los Ángeles con la crisis climática es "evidente", según los expertos

"La relación con el cambio climático es evidente, ya que crea las condiciones para incendios más grandes y de propagación más rápida", expresan los científicos a Público. En este sentido, la emergencia climática "intensifica estas condiciones al secar los paisajes y aumentar el riesgo de fuegos".

Este análisis atribuye los actuales fuegos que asolan Los Ángeles a la crisis medioambiental, lo cual va en la línea de lo que la evidencia científica lleva tiempo subrayando, y es que esta emergencia agrava las condiciones de los incendios en California.

Greenpeace se ha hecho eco de un estudio publicado en la revista Nature en 2023, el cual reveló que el cambio climático está intensificando la peligrosidad de estos eventos en la región, incrementando en un 25% el riesgo de que los incendios experimenten un crecimiento extremo en un solo día. Así, los ambientalistas insisten en que, si bien la crisis climática no origina los fuegos, sí los hace más amenazantes.

Del paseo de la fama al paseo de las llamas

Nadie es inmune de esta peligrosidad, tal y como ha demostrado la ola de incendios actual. Múltiples celebrities, como Paris Hilton, Miles Teller y Leighton Meester, han perdido sus casas, mientras que otros como John Goodman y Anthony Hopkins también se han visto profundamente afectados.

Varios medios se hacen eco de las pérdidas que han sufrido estos famosos, precisamente porque suele ser poco habitual que tantas celebridades se vean tan determinadas por una catástrofe natural. Este hecho contribuye a una idea generalizada de que nadie, ni siquiera los más acaudalados de Hollywood, puede escapar de la crisis climática.

Pese a ello, los efectos de los fuegos "no se dejan sentir por igual", matizan Cazzaniga y Faranda en declaraciones a este medio. "Las personas más ricas pueden perder propiedades, pero a menudo disponen de recursos para reconstruirlas o reubicarse". Por el contrario, "las comunidades más pobres suelen carecer de acceso a ayudas para la recuperación, lo que las hace más vulnerables a las consecuencias a corto y largo plazo".

Ejemplo de la desigualdad entre ricos y pobres en los incendios de California es la contratación de bomberos privados. Mientras el resto del entorno arde, empresarios multimillonarios como Rick Caruso han recurrido a servicios particulares para proteger su propiedad.

Desde el 7 de enero, Los Ángeles atiende a una de las peores escenas de su historia. Mientras los bomberos continúan las labores de contención, EEUU aguanta el aliento y el resto del mundo mira con el corazón en la mano la inminente reentrada de Donald Trump, el magnate negacionista del cambio climático, en la Casa Blanca.