Frustración en Las Médulas: "Si no es por los vecinos arde todo"
Habitantes de esta zona del Bierzo leonés se quejan de que las autoridades no les dejen actuar y que desalojan zonas seguras sin conocer el territorio afectado.

El Bierzo--Actualizado a
Los romanos dejaron en la comarca de El Bierzo explotaciones mineras tras extraer el oro y alterar el paisaje. Este entorno cultural se ha puesto en peligro este verano por las llamas pese a las diversas figuras de protección que tiene. Miles de años de historia dañados por el fuego.
Inés, vecina de Priaranza del Bierzo, municipio donde el incendio se quedó a las puertas, se queja de que no dejaban subir a casas donde no había fuego. Cuenta un caso de una vecina fallecida a la que tardaron cuatro días en enterrar por estos cortes que considera excesivos e innecesarios. "Ponen una patrulla aquí y otra allá y los pueblos que quedan dentro se aíslan aunque el fuego ni pueda llegar. Hay mucha desorganización", destaca.
"Si no es por los vecinos arde todo. En cuanto mueran las personas mayores que conocen los montes se perderá" este espacio natural, se indigna. "Los operativos no sabían ni por dónde andar para atacar el fuego. Están desorganizadísimos", añade un parroquiano de Borrenes.
Ambos destacan que son los vecinos los que han evitado que el incendio haya causado más daño. En Orellán siete personas evitaron que las llamas avanzasen hacia Voces y La Chana. Lo hicieron tras esquivar el cordón de la Guardia Civil que les desalojó previamente de sus casas "al darlas por perdidas". La queja común es la falta de medios y las trabas de las autoridades al trabajo de extinción de los propios habitantes del lugar: "Nos han dejado arder".
Los daños por décadas en un espacio declarado Patrimonio de la Humanidad, Monumento Natural y Bien de Interés Cultural es lo que más le duele a esta dueña de un estanco-bar. Las prioridades para la reconstrucción también son otro foco de críticas de los lugareños. Destacan que vayan a restaurar el mirador de Orellán, un punto turístico por sus vistas de Las Médulas, algo que consideran no aporta nada a quienes viven aquí.
"Si no llega a quedarse el dueño de un restaurante hubiese perdido sus propiedades. Acabó refugiándose en una cueva. La gente prefiere morir aquí que irse", señala la estanquera, ya más frustrada que enfadada. "Desde un despacho no pueden tomarse estas decisiones. Tienes que conocer para saber. Debe ser una junta vecinal que conoce el territorio quien decida cómo distribuir los recursos". Inés pide que la reconstrucción centra la inyección de dinero a estas instituciones de autogestión local.
La falta de prevención es otra causa de resquemor en Las Médulas. En abril se anunció una red de sensores para la detección temprana de incendios. Pero no llegaron a tiempo. Desde Borrenes, un pequeño municipio berciano más cercano a Las Médulas, un señor a la fresca apoyado en su bastón se queja que deberían apagar los incendios en invierno.
"Están deseando que se pierdan los pueblos para no tener que preocuparse por ellos", critica su interlocutora, otra vecina de la comarca. Apunta a que de llegar el fuego al núcleo urbano hubiese ardido todo por las tradicionales casas de corredor del Bierzo, muchas ya abandonadas y en mal estado. "Los señoritos sentados en Madrid, Valladolid y León lo ven todo muy bonito. Mandaron a ocho camiones de bomberos, el Ejército y no apagaron nada. Ni bajaron el bulldozer que traían con él, que podía haber hecho un cortafuegos", incide Manolo, que así se llama este borrenés, mientras pasa una patrulla de la Guardia Civil. Desde Borrenes la conversación también gira sobre cómo los vecinos son quienes apagan el fuego poniéndose en peligro y los trabajadores públicos quienes se lo impiden, llegando casi al enfrentamiento físico. No sin motivo, ya que este año otro voluntario local ha muerto por las llamas en esta misma provincia.
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