Este artículo se publicó hace 4 años.

Mes y medio encerradas en su lugar de trabajo: el confinamiento extrema la precariedad de las cuidadoras

Una empleada doméstica trabajando una imagen de archivo. EFE
Una empleada doméstica trabajando una imagen de archivo. EFE

Madrid-Actualizado a

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El sueldo Alejandra es de 800 euros a pesar de cuando fue contratada el SMI ya estaba en 900

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"Quiero que al menos me reconozcan como trabajadora, al igual que ellos trabajan en sus empresas y tienen derechos"

“El subsidio es importante, pero no suficiente”

"Estamos haciendo un trabajo que sostiene la vida de la gente, y ahora ha salido más a flote, sobre todo por las compañeras internas"

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"La Administración no puede delegar en un cuerpo a cuerpo"

Lorea Ureta, militante de este colectivo, explica que también "se quedan fuera del subsidio todas las trabajadoras del hogar cuyo empleador muera"

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“Solo ha cambiado que estoy totalmente encerrada”

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Al igual que Alejandra, Bárbara no tiene contrato —"mi sueldo y ya"— y ni le han ofrecido un extra por la situación

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“Lo ven como si fuera lo mejor par mí”

"No está muy valorado este trabajo. Es lo que le pone a una mal a ratos, sobre todo en esta situación en la que estás colaborando", zanja.

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