Una expresión muy nítida del gran déficit de reconocimiento de las personas migrantes en nuestra sociedad es que, muy raras veces, en el debate público es posible oírles hablar con voz propia, directamente, sin intermediarios. Son personas que se hallan minorizadas, invisibilizadas. Todavía más en el caso de muchas mujeres. Como nos decía una compañera: “no queremos que hablen por nosotras”.  

Esta falta de reconocimiento social de las personas migrantes se halla en la línea del concepto de los subalternos de Antonio Gramsci, desarrollado por la filósofa india Gayatri Spivak y que plantea que hay un norte global que acapara el saber, el conocimiento, el progreso y que tiene una misión civilizadora sobre el resto del mundo, justificando de ese modo el neocolonialismo y el trato de tipo colonial y despectivo a las personas migrantes. Así, se denomina sub-saharianos a los africanos provenientes del sur del Sahara cuando se les debería denominar sud-saharianos ya que el término sud es un término geográfico y el término sub se utiliza de modo peyorativo.

Uno de los autores que más ha desarrollado la teoría del reconocimiento es Axel Honneth, de la tercera generación de la Escuela de Frankfurt y que plantea la importancia del reconocimiento moral, más allá de lo afectivo y social, como fundamento de nuestro desarrollo como seres humanos.

Un ejemplo paradigmático de la desvalorización de las personas migrantes es que, tras la pandemia, ni siquiera se ha reconocido que los migrantes han sido uno de los pilares en los que se ha sustentado nuestra sociedad para resistir el confinamiento y el embate de la Covid-19, en buena parte porque los migrantes han sido fundamentales para mantener muchas de las estructuras básicas de producción, distribución y venta, trabajando además en los puntos más peligrosos de todas las cadenas, jugándose la vida por la comunidad.

Hay muchos datos que nos confirman que la Covid-19 tuvo un efecto mucho más letal en las personas migrantes. Está bien documentada la afectación de la comunidad filipina en Londres o la de los afroamericanos en Estados Unidos. O la mayor afectación en distritos como o Moratalaz en Madrid o Nou Barris en Barcelona, distritos con alto nivel de migrantes, donde los datos de movilidad nos indicaron que era mucho más alta que en el resto de Madrid y Barcelona.

Y no solo eso, sino que no hemos tardado en ver que ya hay quien les echa la culpa de todo, convertidos en el chivo expiatorio de todas las crisis.

Superar las barreras al reconocimiento social de las personas migrantes es el planteamiento que inspira este debate transcultural Construyendo Puentes: Migración y Transformación Social que se celebrará el 19 de noviembre en Madrid, en la Universidad de Comillas, organizado por Espacio Público y el Instituto para el Estudio de las Migraciones de la Universidad de Comillas. El evento se divide en dos bloques:

El primero consiste en 5 mesas de trabajo que abordarán los siguientes temas: a) Discriminación y convivencia cotidiana; b) Emociones, identidad y bienestar; c) Discursos públicos y medios de comunicación, d) Instituciones, derechos y barreras estructurales, e) Cohesión social y políticas de convivencia. Cada mesa tendrá un moderador/a.

El segundo bloque será moderado por Khadija Amin, periodista que presentaba la edición matinal de las noticias en la televisión nacional en Kabul. En esta mesa redonda, constituida por mediadores/as sociales interculturales, se enseñarán los resultados obtenidos en el bloque anterior. Esta segunda parte se podrá seguir vía 'streaming' aquí: 

Este debate se enmarca en la extensa trayectoria de Espacio Público como referente en la defensa de los derechos humanos y los derechos de las personas migrantes y en las relevantes investigaciones sociológicas y psicosociales sobre la temática del Instituto universitario de estudios sobre migraciones de la Universidad de Comillas. Este debate es también una profundización en la línea de dos debates transculturales previos celebrados en el Hospital Pere Claver y el Aula Magna de la Universidad de Barcelona.