Miles de agricultores se movilizan en Mérida: "En defensa de nuestro campo"

Miles de agricultores han recorrido este jueves las calles de Mérida rechazando los bajos precios y manifestándose por la agonía y asfixia que viven por el encarecimiento de los insumos. 

La movilización, convocada por APAG Extremadura Asaja y Asaja Cáceres, La Unión Extremadura, Aseprex, Agryga, Agricultores de Don Benito y la Asociación de Agricultores del Valle del Jerte y Comarcas, ha contado con unas 5.000 personas, reunidas bajo el lema: "En defensa de nuestro campo".

Un amplio dispositivo policial ha vigilado la protesta en la que se han tirado cohetes y petardos y se han hecho sonar cencerros y bocinas. La manifestación ha ido precedida de dos tractores. 

La movilización ha sido respaldada por todos los partidos de la oposición en la región, PP, Cs y Unidas por Extremadura, además de Vox.

El presidente de Apag-Extremadura-Asaja, Juan Metidieri, en representación de los convocantes ha considerado la manifestación "un éxito", aunque ha lamentado que los agricultores deban salir a la calle a reclamar unos precios justos de sus productos y un coste razonable de los insumos, han recogido fuentes de Europa Press. 

Luis Cortés, representante de La Unión, ha pedido al presidente extremeño que se ponga al frente de las reivindicaciones de los agricultores. 

Algunos de los organizadores han criticado el "el ninguneo" que sufren como agricultores y ganaderos profesionales y el que sufre el sector primario extremeño con respecto a otras regiones españolas en la política por la Política Agrícola Común (PAC). Insisten que la situación se ve agravada por la "nefasta" reforma la PAC, que pone a la agricultura "en peligro de muerte".

Por otro lado, el presidente del PP en la provincia de Badajoz, Manuel Naharro, ha indicado que "Extremadura es campo y tiene que seguir siendo campo", como mejor medida contra la despoblación".

Irene de Miguel, portavoz de Unidas por Extremadura ha criticado "el mercado neoliberal y sin regulación", que asegura que condena a los productores a "a unos precios de miseria".