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El Papa admite que el caso de abusos sexuales en un colegio del Opus Dei de Leioa "no fue juzgado bien por la Iglesia"

Un profesor del colegio Gaztelueta fue condenado a 11 años por abuso sexual a un alumno. El Supremo redujo la pena a dos y luego la Audiencia de Bizkaia evitó que el docente entrara en  prisión. Agotada la vía judicial, el Papa ordenó recientemente investigar de nuevo el caso.

Entrada del colegio Gaztelueta de Leioa (Bizkaia). / EFE
Entrada del colegio Gaztelueta de Leioa (Bizkaia). / EFE.

En el vuelo de regreso de su viaje a Bareín el pasado martes, el Papa Francsico hizo referencia a los casos de abusos sexuales a menores mal juzgados por la Iglesia católica. Habló de forma genérica y no se refirió a ninguno en concreto, aunque fuentes de El Vaticano consultadas por El Correo Vasco aseguraron que era "lícito" pensar que las palabras del Papa también aludían a los abusos sexuales a un menor cometidos por un profesor en el colegio Gaztelueta de Leioa entre 2008 y 2010, conocido como el caso Gaztelueta.

"He recibido dos quejas en los últimos meses sobre casos de abusos que habían sido encubiertos y no juzgados bien por la Iglesia: inmediatamente pedí un nuevo estudio y ahora se está haciendo un nuevo juicio; también está esto entonces, la revisión de los antiguos juicios, no bien hechos. Hacemos lo que podemos, todos somos pecadores, ¿sabes? Y lo primero que tenemos que sentir es la vergüenza, la profunda vergüenza de eso", dijo el Papa en el avión.

El pasado mes de septiembre el Papa Francisco ya ordenó la instrucción de un proceso canónico sobre el caso Gaztelueta, por el que un profesor del colegio Gaztelueta, del Opus Dei y situado en la localidad vizcaína de Leioa, fue condenado por el Tribunal Supremo a dos años de cárcel por abusos sexuales continuados a un exalumno, cuando era menor, entre los años 2008 y 2010.

La Audiencia de Bizkaia había condenado en 2018 al profesor a 11 años de prisión, al considerar probado que durante dos cursos citaba al niño en su despacho para celebrar preceptorías, habituales en ese centro para analizar la evolución académica, personal y espiritual del alumnado, y que durante ellas abusaba sexualmente del menor, a cuyo relato otorgó total credibilidad.

El Tribunal Supremo rebajó de once a dos años de cárcel la pena impuesta al docente porque, aunque consideró que el alumno, que en el momento de los hechos era menor de edad, había sido objeto de abusos continuados por parte del procesado, estimó que no estaban probados los hechos más graves descritos por la víctima. 

Posteriormente, el pasado mes de febrero de 2022, el Tribunal Constitucional no admitió a trámite un recurso de amparo presentado por el condenado, decisión con la que quedó cerrado el procedimiento judicial.

Ahora queda pendiente la investigación religiosa, si bien hay un precedente que en un primer momento se cerró en falso en 2015. Según ha explicado en varias ocasiones Juan Cuatrecasas, el padre de la víctima y uno de los fundadores de la asociación Infancia Robada, aquellas primeras pesquisas realizadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe sólo fueron un intento por ocultar lo que ocurrió. "Llegaron a pedir que se restituyera el buen nombre del profesor", explica Cuatrecasas.

Cerrada ya la vía judicial, El Vaticano decidió abrir su propio proceso. Juan Cuatrecasas, se mostró, en declaraciones a Europa Press, "esperanzado" con este "paso" que ha dado el Vaticano porque considera que "es parte del proceso de reparación", aunque lamentó que llegara "tarde" para su hijo.

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