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El poblado de chabolas de Kenia que se rebeló contra la fábrica y el Gobierno que contaminó sus vidas

Owino Uhuru es un pueblo de chozas encajadas entre múltiples industrias que asfixian el aire y el agua con plomo y donde los niños enferman y las mujeres sufren abortos. Ahora, tras la lucha de sus habitantes, las autoridades han declarado estas factorías ilegales.

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Una de las familias afectadas por los vertidos de plomo de una fábrica ilegal abierta en el poblado chabolista de Owino Uhuru, en Mombasa (Kenia) cuyos habitantes han interpuesto la mayor demanda colectiva de la historia de este país contra su Gobierno.- EFE/Javier Marín

MOMBASA.- No tenían casi nada, y lo poco que les quedaba lo mataron con plomo. Pero Owino Uhuru, un poblado de chabolas, rompió el silencio de quienes nacen derrotados e interpuso la mayor demanda colectiva de la historia de Kenia en contra de la fábrica que contaminó sus vidas y del Gobierno que lo permitió.

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Sus casas están encajadas entre los muros de las fábricas que asfixian la zona industrial más densa del país, a las que en 2007 se sumó una planta de reciclaje de baterías de coche levantada por una compañía india, literalmente, dentro del poblado.

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En la imagen, niños de Owino Uhuru, un asentamiento chabolista de Mobasa (Kenia), recogen agua aún contaminada por los vertidos de plomo de una empresa de reciclaje de baterías de coche que fue cerrada después de que murieran y enfermaran numerosos habitantes de la comunidad.- EFE

"Esa fábrica era ilegal", admite el director adjunto de Salud Pública en el Ministerio de Sanidad keniano, Samuel Okuche, para este reportaje elaborado con la colaboración del European Journalism Centre (EJC).

Una niña camina por las calles del poblado chabolista de Owino Uhuru, en Mombasa (Kenia), cuyos habitantes han demandado al Gobierno por permitir la actividad de una fábrica ilegal levantada entre sus viviendas (al fondo) que emitía vertidos de plomo.- EFE/Javier Marín

Debido a las continuas protestas de los vecinos de Owino y la repercusión que lograron en los medios de comunicación nacionales, la fábrica fue cerrada en junio de 2008, pero solo cuatro meses después el Ayuntamiento de Mombasa autorizó su reapertura.

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