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Un polémico manifiesto reaviva el debate sobre el futuro del catalán

Decidir la “lengua de cohesión social”

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Manifestación en defensa de la educación pública en lengua catalana. EFE

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BARCELONA.- ¿El bilingüismo provocará en pocas décadas la desaparición de la lengua catalana? La presentación la semana pasada del manifiesto Por un verdadero proceso de normalización lingüística en la Catalunya independiente, promovido por el Grup Koiné, ha generado una fuerte polémica y un agrio debate sobre el idioma que ha llegado a la arena política. El texto, que cuenta con la adhesión de más de 200 personas vinculadas a la lengua -como filólogos, lingüistas, escritores o traductores-, aboga por la “restitución al catalán del estatus de lengua territorial de Catalunya” y la “reversión de la práctica de la subordinación sistemática y generalizada del uso del catalán al uso del castellano”.

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Los datos constatan que el conocimiento del idioma es elevado entre la población de Catalunya, aunque su uso está claramente por debajo del que tiene el castellano. La última Encuesta de Usos Lingüísticos elaborada por la Generalitat detallaba que en 2013 el 80,4% de la población sabÍa hablar catalán, un punto menos que en 2003, pero en cambio sólo era la lengua habitual para el 36,3% de la población, mientras que el castellano lo era para el 50,7%. En sólo una década, el porcentaje de personas que señalan al catalán como su lengua habitual ha caído en diez puntos, aunque también es cierto que desde 2008 ha aumentado ligeramente.

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Decidir la “lengua de cohesión social”

Para la traductora y periodista Diana Coromines, integrante del Grupo Koiné, el catalán está en un “proceso de desaparición de la lengua”. Coromines, que también forma parte de la nueva asociación Llengua i República, expone que el “bilingüismo social es perjudicial y realmente no es tal, porque una parte de la población es monolingüe castellana. En este bilingüismo social hay un desequilibrio. Según la sociolingüística esto es una fase en la desaparición de una lengua”. Coromines advierte que “se pone énfasis en que el conocimiento del catalán es bueno, pero el dato preocupante es que la transmisión intergeneracional ha caído más de 10 puntos en 10 años”.

Preeminencia para sobrevir

La polémica generada por el manifiesto saltó con fuerza a la arena política el miércoles, cuando el líder de Catalunya Sí Que es Pot (CSQP), Lluís Rabell, lo cualificó como “racista” y “fundamentalista cultural” en el pleno del Parlament. La razón es que un punto del documento señala que la dictadura franquista “utilizó una inmigración llegada de territorios castellanohablantes como instrumento involuntario de colonización lingüística”.

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“Disponer de soberanía favorecería la matriz valorativa de la lengua per se, sin tomar ninguna medida, y esto facilitaría el establecimiento de grandes consensos lingüísticos”

¿La hipotética consecución de un Estado catalán independiente es la panacea para resolver la situación del idioma? “Disponer de soberanía favorecería la matriz valorativa de la lengua per se, sin tomar ninguna medida, y esto facilitaría el establecimiento de grandes consensos lingüísticos”, apunta Miquel Àngel Pradilla. Para Francesc Xavier Vila, “las lenguas que progresan son las que tienen un Estado propio o propicio y ahora no tenemos ni una cosa ni la otra”. En opinión de Diana Coromines, si el proceso soberanista culmina con la independencia, “la clave para revertir la situación del catalán dependerá sólo de nosotros. Si no culmina con la independencia, evidentemente se puede seguir trabajando para revertir el proceso de sustitución lingüística, pero la clave no la tendremos nosotros”.

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