Las restricciones de agua alcanzan 600 municipios de una España que se seca
La crisis climática intensifica una sequía que obliga a las comunidades a tomar medidas.
Elena Ortuño Vidal
Madrid-Actualizado a
España se seca. Desde que inició el año, la sequía se ha intensificado en un escenario que ha tenido que asumir y actuar en consecuencia de los bajos niveles hídricos del país. Este miércoles, la Agencia Catalana del Agua (ACA) declaró la situación de emergencia en 24 municipios, en los que se están viendo afectadas 26.000 personas. Pero no es Catalunya la única que sufre la ausencia de lluvias.
Los municipios con restricciones ya suman más de 600. En algunas zonas de Andalucía las limitaciones por agua se remontan a finales del primer cuatrimestre. Desde abril, 80.000 personas de la comarca del Guadiato y de Los Pedroches, de la zona septentrional de Córdoba, se ven obligadas a recoger agua en garrafas de un camión cisterna. ¿La razón? El embalse de Sierra Boyera, que los suministraba, apenas contenía un 0,10% sobre su capacidad total.
Tampoco su 'plan B' funcionó, puesto que el trasvase realizado desde el pantano de La Colada transportó líquido contaminado por vertidos agroganaderos, no apto para el consumo humano. Este miércoles, la compañía que suministra el vital servicio ha ampliado el contrato de camiones cisterna cinco meses más.
Al ser consultado por Público, Julio Barea, responsable de Agua en Greenpeace, pone el foco en las consecuencias extremas de la sequía: "Se está viendo afectado el principal uso del agua contemplado por la ley: el abastecimiento humano".
Hoy, casi 30 municipios de la Costa del Sol Occidental (Málaga) afrontan periodos temporales en los que por los grifos no corre ni una sola gota de agua. Y es que los siete pantanos de la provincia juntos acumulan 167 hectómetros cúbicos; es decir, un 27% de su capacidad total.
En la localidad de Aracena y otras poblaciones dependientes del sistema de abastecimiento de Puerto Moral (Huelva) el suministro se interrumpe durante cinco horas de la madrugada; una limitación que se hace más severa en Cumbres Mayores. En la comarca onubense, los vecinos padecen desde mayo cortes que se alargan hasta las 11 horas diarias, desde las 21.00 hasta las 8.00 horas.
Además de las fuentes sin agua, las restricciones varían según el municipio. Este verano muchos vecinos no podrán disfrutar de los ansiados baños en piscina dada la prohibición de rellenar dichas instalaciones en localidades de la comarca del Guadalhorce y la Axarquía, entre otras. También se ha cerrado el grifo de los lavapiés, las duchas de las playas y la manguera para lavar los coches.
Los tentáculos de la aridez han alcanzado a su vez las áreas menos pensadas del territorio peninsular. Los vecinos de Galicia, acostumbrados a salir de casa con un paraguas, ven mermar sus reservas hídricas mientras se acercan peligrosamente a cifras de prealerta. El embalse de Cecebre se encontraba a principios de julio al 68,68% de su capacidad. En el mismo mes de hace una década las aguas rozaban el 90%.
Los principales problemas se registran en A Mariña, donde el Concello de Xove se ha sumado a los de Barreiros y O Valadouro al solicitar a los vecinos que no usen el agua de la traída más que para lo esencial ante su escasez y el aumento de población en verano.
La sequía como señal de alerta
España está condicionada por el clima mediterráneo, que alterna largos periodos de sequía con episodios de lluvias intensas y de corta duración. Durante este 2023, sin embargo, la asiduidad de las temporadas áridas ha crecido a la vez que mermaban las precipitaciones. Así, las cifras se acercan peligrosamente a la desertificación.
Desde la ACA han confirmado a este medio la situación crítica a la que se enfrenta el país: "Hay que tener en cuenta que el Plan de Sequía lo tenemos activado desde septiembre de 2021. Desde entonces, se ha revisado la situación en las 18 unidades en las que se dividen las cuencas internas con carácter mensual y esta es la primera vez que se declara el escenario de emergencia en alguna zona".
Esta es la primera vez que se declara el escenario de emergencia desde que se aprobase el Plan de Sequía de Catalunya
En lo que llegamos de siglo, España ha experimentado cinco episodios de sequía, pero nunca antes habían sido tan intensos como el presente. La crisis climática está intensificando y alargando este tipo de fenómenos.
"La sequía actual ha encadenado más de 30 meses sin lluvias importantes, con el excepcional paréntesis de mayo y junio de 2023, que incrementó de manera leve las reservas en cinco puntos", destacan desde la ACA. Cabe señalar que el anterior periodo de sequedad registrado alcanzó 18 meses sin precipitaciones.
Julio Barea va un paso más allá y alerta de lo que nos espera si no actuamos en consecuencia: "España experimentará sequías diez veces peores que las actuales". Al respecto, alude a la mala gestión en el abastecimiento del agua. "Hemos aumentado exponencialmente su consumo. Lo que está pasando no es solo culpa de la sequía", denuncia.
Recursos poco convencionales
Mientras tiene lugar la lucha directa contra la crisis climática, la desalinización y la regeneración son las tecnologías por las que se apuesta hoy en día. Si bien muy distintas entre sí, en 2022 y 2023 dichos recursos han aportado más de 250 hm3, más agua de la que cabe en el embalse de Susqueda, uno de los más grandes entre las cuencas internas.
En el próximo lustro, la ACA prevé que se duplique la capacidad de desalinización (desde los 80 hm3/año a los 160 anuales) y de regeneración (de los 70 actuales a los 120 hm3/año). Aún así, desde Greenpeace señalan que, aunque son alternativas, "no son las que nos van a salvar de las sequías".
La organización ecologista defiende la reducción del regadío intensivo industrial y la concentración parcelaria de fondos de inversión internacionales en un 27%. Apoyan su petición en que España es el segundo país europeo con más estrés hídrico: el 75% de su territorio está en riesgo de desertificación.
España es el segundo país con más estrés hídrico de Europa
"Utilizan muchísimas hectáreas de regadío que provocan la esquilma de los recursos hídricos, así como de los pequeños agricultores, que ven imposible luchar contra estas grandes explotaciones", apunta Barea, consciente de la impopularidad de su propuesta.
El especialista en Hidrogeología alerta de que vivir en una zona de estrés hídrico podría incluso conllevar el abandono del lugar, lo que compara con los inmigrantes climáticos del sur del Sahel: "Después del aire que respiramos, el agua es el recurso más valioso que tenemos. Sin agua no hay vida".
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