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Sáhara Occidental Dura represión marroquí contra las protestas por la desaparición de un comerciante saharaui en la Dajla ocupada

Lahbib Aghrichi, un conocido comerciante saharaui, desapareció el 7 de febrero. La familia desconfía de la investigación de la policía marroquí, lo que ha desatado grandes protestas en la ciudad que ayer se saldaron con nueve detenidos y varios heridos.

Fuerzas de seguridad marroquís actúan en Dajla, en el Sáhara Occidental ocupado.
Fuerzas de seguridad marroquís actúan en Dajla, en el Sáhara Occidental ocupado. Equipe Media

Las calles de Dajla, en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, llevan días siendo escenario de multitudinarias protestas y de una dura represión por partes de las fuerzas de seguridad marroquíes. Aunque la razón de las manifestaciones no se enmarcan esta vez en las reivindicaciones saharauis, sino en la desaparición en extrañas circunstancias de un conocido comerciante y la desconfianza en la investigación policial.

Casi dos semana después, un clamor popular se ha adueñado de las calles y las fuerzas marroquíes ha desplazado refuerzos desde otras ciudades ocupadas para socavar protestas totalmente pacíficas que solo piden una investigación real.

Lahbib Aghrichi, de 43 años y padre de tres hijos, salió el pasado 7 de febrero de la ciudad para cambiar "una importante suma de dinero", explican a Público fuentes familiares. Era algo habitual. Sin embargo, Aghrichi no regresó a casa para comer y tenía el teléfono apagado. La familia se alarmó y acudió a la Gendarmería, pero denuncian que no les hicieron caso.

Horas después, apareció el vehículo en una playa cercana. La policía, que tardó varias horas en acudir a la llamada de la familia, tomó muestras de huellas y se llevó el GPS y una cámara con la que el coche iba equipado. Recientemente, la policía ha entregado a la familia los supuestos restos mortales de Aghrichi, "un hueso y unos dientes, todos quemados", relata a Público desde Dajla Ahmed Aghrichi, hermano del desaparecido.

No se creen la versión policial después de dos semanas de informaciones contradictoritas y una deficiente investigación, apunta. "No estamos seguros de que esos restos sean de mi hermano. Nadie nos da un papel sellado y firmado que lo confirme, no nos dejan hacer una prueba de ADN independiente y la Policía ya nos ha mentido varias veces en los últimos días. No podemos fiarnos", asegura.

Esto ha llevado a que miles de personas salgan a las calles de Dajla para pedir explicaciones y exigir información veraz del paradero de Aghrichi. Según fuentes saharauis en la ciudad, la vigilancia policial de estas manifestaciones ha sido intensa y violenta. Pero el lunes, el despliegue fue mayor, acompañado de paramilitares marroquíes. Por la tarde, las fuerzas de seguridad irrumpieron en la protesta cargando con porras y palos y disparando pelotas de goma. También destrozaron vehículos aparcados, según diferentes vídeos publicados en redes sociales, allanaron domicilios y detuvieron a nueve personas. Las mismas fuentes confirman que todas han sido puestas en libertad a excepción de Rachid Esghayer, un activista saharaui que ya estuvo en prisión por su militancia.

Las razones de la movilización popular no obedecen solo a la desaparición, denuncia la familia, sino también a las incoherencias en las distintas versiones de la policía. Según explica el hermano del desaparecido, tras el hallazgo del coche fue la propia familia la que comenzó a investigar la desaparición, ya que la Policía no les dio ninguna información al día siguiente.

Gracias a las grabaciones de varios establecimientos pudieron ver el coche de Aghrichi circulando el día de su desaparición, pero él no iba a volante, sino dos desconocidos. Al lado circulaba otro coche conducido por otro comerciante marroquí, El Attaoui Youssef, con el que Aghrichi solía tener relaciones comerciales. Cuando la familia le preguntó por su hermano, este negó haberlo visto en varios días. "Era mentira, claro, nosotros lo habíamos visto en las cámaras conduciendo junto al coche de mi hermano. Era el principal sospechoso", asegura.

Cuando lo pusieron en conocimiento de la Policía marroquí, el sospechoso fue detenido, aunque lo pusieron en libertad a las dos o tres horas. "Órdenes de arriba", le dijeron los agentes a Aghrichi. Al día siguiente, Youssef apareció muerto en la playa; se suicidó, según la versión policial. No obstante, unas imágenes tomadas por unos pescadores que encontraron el cuerpo muestran evidentes signos de violencia, tal y como ha podido observar Público. En el permiso de enterramiento de Youssef, al que la familia ha tenido acceso, también figura como naturaleza del deceso "muerte violenta", aunque la policía insiste en el suicidio.

"Fue cuando comenzamos a pedir explicaciones. Todo es muy sospechoso, está claro que se nos está ocultado algo", alega el hermano. Las manifestaciones exigiendo una investigación seria se fueron extendiendo y la represión marroquí fue escalando hasta llegar a las brutales cargas de la tarde del lunes, en las que la familia del desaparecido fue golpeada, denuncian.

La familia sigue sin saber por qué se puso en libertad al principal sospechoso de la desaparición de Aghrichi, porqué nadie les ha dado información sobre lo que grabó la cámara del coche ni de los datos recopilados por el GPS. Tampoco entienden por qué mienten sobre las causas de la muerte del sospechoso ni por qué no se ha investigado quiénes iban conduciendo el coche del desaparecido.

Demasiadas preguntas sin contestar, opina la familia, para creer que los restos que les han mostrado una semana después sean realmente de Lahbib Aghrichi. "No queremos recibir los restos y que el caso acabe archivado. Exigimos una investigación independiente", reclama Aghrichi.

Los crímenes han sido condenados el Frente Polisario, que critica " el silencio del Secretario General de las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad" ante lo que consideran una "violación continuada del derecho internacional humanitario". Sidi Omar, representante saharaui en la ONU, recuerda que la responsabilidad de la comunidad internacional en el proceso de descolonización del Sáhara Occidental incluye garantizar la "integridad física y moral" de la población civil saharaui.

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