Estrés, acoso, ansiedad, son palabras habituales de nuestro mundo, también del mundo laboral. Es cierto que lo factores individuales pueden favorecer la aparición de estos problemas, "pero las condiciones laborales, si no son las adecuadas, también pueden generar o empeorar" problemas relacionados con el bienestar emocional. Así lo recoge el informe presentado por UGT este martes por el Día Mundial de la Salud Mental. 

"La ansiedad o el estrés no están reconocidos como enfermedad profesional, sino que son tratadas como enfermedad común. Por eso, queremos llamar la atención de las causas", ha afirmado Pepe Álvarez, secretario general de UGT.

"Queremos que el país debata sobre la salud mental. No solo desde la perspectiva de una enfermedad común, sino desde la perspectiva de una enfermedad laboral", ha añadido Álvarez.

Hasta el 1 de octubre, se han contabilizado 451.646 bajas laborales de personas derivadas de problemas de salud mental en nuestro país. Mientras que "se estima que en 2023 acabará con más del doble de bajas que en el mismo periodo de 2016", tal y como refleja el estudio. 

Poner el foco, por consiguiente, en el entorno laboral resulta "imprescindible", remarca el sindicato. Según la Confederación de Salud Mental en España, el asegurar unas condiciones de empleo adecuadas podría reducir un 60% los casos de mala salud mental de las trabajadoras y un 80% los casos de los trabajadores. La razón, arguye UGT, "no es otra que el trabajo es el causante de estos problemas".

Más del 25% de los trabajadores sufren estrés laboral

En concreto, "se ha detectado la especial vulnerabilidad de ciertos colectivos más expuestos, que son los que sufren mayor temporalidad y parcialidad en los contratos: mujeres, migrantes, comunidad LGTB+", ha señalado Ana García, secretaria de Salud Laboral del sindicato.

"Si ganamos en salud mental, ganamos todos: los trabajadores y los índices de productividad. La precariedad enferma y mata. Por eso, esta problemática en el trabajo debe ser abordada de manera decidida", ha aseverado García.

Los días de baja ocasionados por trastornos mentales y del comportamiento superaron ya en 2021 el 15% del total de días de bajas registradas. Lo positivo es que empezamos a pedir ayuda, pero lo negativo es que cada vez la necesitamos más, sobre todo los menores de 25 años, entre los que las bajas por este motivo se han disparado un 91% desde 2019.

De hecho, más del 25% de los trabajadores de Europa padecen estrés laboral, según refleja es estudio de UGT. Frente a esto, sin embargo, menos de un 30% de las empresas han adoptado protocolos de actuación para prevenirlo.

Por otra parte, según el Ministerio de Sanidad, el coste de la depresión en nuestro país supera los 6.000 millones de euros, y las pérdidas de productividad por bajas laborales y prematuras representan el 67% de esa cantidad. Una enfermedad que se convertirá en el principal problema de salud en 2050, según los datos que se recogen en el Libro Blanco de la Depresión y el Suicidio de 2020.

Si bien no se trata exclusivamente de evaluar el entorno de trabajo, la duración de las jornadas laborales, el derecho a la desconexión, la influencia de la covid, la digitalización, el teletrabajo o la forma de ejercer el mando, sino de garantizar empleos estables. En este aspecto, conviene recordar que el hecho de estar desempleado duplica el riesgo de sufrir depresión. 

Propuestas para la protección de la salud mental

Para frenar el impacto de los problemas de salud mental, desde UGT proponen elaborar "una directiva especifica de seguridad y salud en el trabajo comunitaria dirigida a regular la gestión de los riesgos psicosociales en las empresas en el que se afronte de forma decisiva la gestión algorítmica y de Inteligencia Artificial". 

Además, reclaman actualizar la Ley de Prevención de Riesgos Laborales "para adaptarla a las nuevas realidades del trabajo, introduciendo las evaluaciones y las medidas preventivas relacionadas con la salud mental"; así como "la lista de enfermedades profesionales" para que se contemplen estas.

En la misma línea, la organización sindical pretende incentivar la negociación, en el seno de las empresas, de protocolos contra el estrés laboral, la violencia en el trabajo y el acoso laboral. "Garantizar la reparación del daño, así como evitar que vuelva a suceder, actuando
desde una perspectiva preventiva" es, abunda el informe de UGT, fundamental. 

Para ello, el sindicato pone de relieve la utilidad de formar y dotar de herramientas a las personas trabajadoras para que puedan identificar y saber actuar ante estas situaciones, pero también a quienes ejercen poder y mando sobre ellas.