Este artículo se publicó hace 4 años.
Zahara de la Sierra, el pueblo gaditano que resiste "aislado y feliz" sin ningún caso de coronavirus
La localidad cortó sus accesos por carretera el mismo 14 de marzo, el Ayuntamiento exime de pagar luz y agua a los autónomos durante todo el confinamiento, y han creado una red de repartidores para que los vecinos no tengan que salir a comprar.
María Serrano
Sevilla-
A 500 metros de altitud, sobre un risco del Parque natural de la Sierra de Grazalema, (Cádiz) se ubica el municipio gaditano de Zahara de la Sierra. Santiago Galván, alcalde del PSOE de este pequeño pueblo lleno de vida casi todos los días del año por sus vecinos y turistas, recuerda a Público como desde el primer día de estado de alarma, el municipio tomó medidas que hoy son garantía para evitar el contagio por coronavirus de todos los vecinos y trabajadores que llegan hasta el pueblo diariamente.
Galván y su equipo de gobierno no tardaron en tomar una decisión firme aquel sábado 14 de marzo, el corte de la carretera de circunvalación que rodea Zahara desde la periferia y que permitía por varias entradas el acceso de "turistas despistados, familiares y población de fuera".
El alcalde relata a Público que "fue una decisión que no dudamos en tomar por seguridad y que con la ayuda de los agentes de policía y guardia civil podemos cumplir a rajatabla". Los cuatro accesos fueron cortados ese mismo sábado 14 de marzo. "Una junta extraordinaria permitió que tomáramos esta decisión para controlar el único acceso con agentes de la policía que hacen turnos para que a Zahara solo lleguen aquellos vehículos que sean de absoluta prioridad".
Zahara de la Sierra decidió así llevar la seguridad de sus vecinos al extremo y para ello cuenta con el beneplácito de ellos que secundan esta batalla para que el virus ni se asome por el pueblo.
Público ha podido hablar con voluntarios, comerciantes, familias, y es que, tal y como comenta Galván, "Zahara resiste aislado y feliz de que el único caso por coronavirus esté aún lejos, en el pueblo de Algodonales y que solo haya afectado a un solo vecino" (hasta el momento).
“Santiago ¿qué nos toca hacer hoy?”
El alcalde recuerda a Público que ha creado medidas extraordinarias. Entre ellas, una bolsa de voluntarios "para poder gestionar todas las tareas extras que le permitan tener el pueblo totalmente desinfectado". Una curiosidad, nos cuenta, es el vado sanitario: "No hay ningún coche que, entre hoy por el punto de control, que no sea previamente desinfectado antes de entrar en nuestras calles". Los voluntarios hacen esta limpieza en apenas unos segundos. "Lo más importante es la desinfección de las ruedas" que tiene que pasar cada vehículo de entrada y salida.
Antonio Atienza es uno de los empresarios que ha prestado voluntaria su maquinaria y ha provisto de una cisterna al gobierno local para la limpieza de vehículos en el vado sanitario. "Los coches llegan y les limpian las ruedas con un sistema de limpieza que carga el producto a través de esta cisterna".
La poca actividad que provoca la pandemia le ha permitido a Antonio Atienza llevar sus tractores a la calle dos días a la semana para desinfectar Zahara los lunes y jueves. "Yo voy en el tractor. Juani, trabajador del ayuntamiento y Joaquín, voluntario de la bolsa extraordinaria van con la manguera para que no quede ni un rincón sin proteger".
Galván aclara que la desinfección es igual de importante que los puntos de control. Sobre el trabajo, aclara que no hay descanso en estos tiempos de lucha y "más cuando se muestra la solidaridad tan fuerte de los nuestros". Santiago tuvo incluso que dejar la bolsa de voluntarios en lista de espera, ya que había "demasiados vecinos dispuestos a colaborar en las nuevas tareas que quería desarrollar el ayuntamiento en el estado de alarma".
Tabaco, medicamentos, comida del supermercado a domicilio
Pero la labor vecinal no acaba ahí. Auxi y Isabel son heroínas para todas las familias que aguardan cada día los pedidos desde sus casas. "El Ayuntamiento, junto con una empresa que gestiona en verano un campamento en el municipio, han subvencionado este servicio a domicilio para que estas dos trabajadoras puedan ser las manos y pies de los zahareños en estos días tan difíciles".
Ambas hacen horario de nueve y media de la mañana a las dos de la tarde, y luego continúan de cinco y media a ocho. Auxi señala que "es un auténtico placer ayudar a los vecinos, que te llamen, te digan qué necesitan y luego Isabel y yo los llevamos con nuestros coches casa por casa". Auxi tiene una niña pequeña, que por trabajo no puede atender en cada momento, pero sabe que esta labor hace mucho bien entre los suyos, "también entre los mayores que no son pocos los que viven solos en nuestro pueblo".
¿Cómo se reparten los paquetes? Auxi señala que ella misma coge las bolsas de plástico y coloca todos los productos, desde la farmacia, al estanco de María, la comida del supermercado de David y su cuñado Juan, que también tramitan de forma gratuita el servicio a domicilio. O los productos frescos de la pescadería o frutería de la plaza de abastos. Auxi cuenta cómo los pedidos se hacen también a la tienda de informática. "Los vecinos nos piden tóner para la impresora, un cargador de móvil de la tienda de informática y llevamos incluso todo ese material a cada una de las casas".
María lleva muy poco tiempo frente al único estanco que tiene Zahara.. "Los primeros días del virus la gente me dejaba las estanterías vacías, pero gracias a la labor de Auxi e Isabel y la tranquilidad que tienen los vecinos, ha cambiado mucho nuestro día a día".
Medidas para los autónomos
Mientras dure el estado de alarma, Santiago Galván y el equipo de gobierno municipal protegen a los vecinos más vulnerables con un programa de garantía de alimentos y exención de cuotas. "No son pocos los vecinos que no tienen trabajo y se quedan sin esperanza. También están los autónomos y restaurantes que han tenido que cesar totalmente su actividad".
Por ello, este año, desde el fondo de contingencia, los restaurantes y bares del pueblo estarán exentos de pagar la tasa de veladores y los autónomos que hayan tenido que cesar su actividad tendrá gratuita la factura de luz y agua durante todo el confinamiento.
Sara Naranjo habla en primeras personas de esta realidad y de las medidas que le permiten seguir viviendo en Zahara, a pesar de que las circunstancias familiares no están siendo fáciles. "Mi marido este año no puede ir a la cosecha del vino en Suiza donde se trae un buen dinero para el resto del año y yo no sé aún si abrirán la piscina municipal donde trabajo toda la temporada".
Mientras tanto y con lo que van pudiendo, tiran para delante en casa sabiendo que están sanos y salvos. "Tengo dos hijos uno de once, Fede que cada mañana hace las tareas que mandan a diario desde el colegio y el otro pequeño que no se da cuenta realmente lo que está pasando".
Sara se divierte haciendo manualidades con sus pequeños por las tardes, gracias a la monitora de ocio y tiempo libre que desarrolla una serie de actividades cada tarde por la página de Facebook y que pocos vecinos dejan de cumplir. "Como ves aquí nadie se aburre, no paramos de estar en contacto y crear actividades, aunque sea desde su casa cada uno", destaca satisfecha Sara a Público.
Mientras tanto, Galván tiene el WhatsApp conectado en todo momento."Desde los grupos de control de acceso, los sanitarios, los tenientes alcaldes, estamos sin estar físicamente juntos, en conversación hasta la noche para que nada falle".
Incluso por la tarde, ya a última hora, la actividad en Zahara no cesa, Santiago señala que "queremos hacer cosas para los más pequeños y por eso pusimos desde la semana pasada un coche con luces y música para los más niños y niñas que están encerrados", afirma. "Es una gozada que te digan cómo se ríen y saltan cuando ven el coche pasar por su casa".
Hasta las doce de la noche, se mantiene la guardia en el control. "A las seis estamos otra vez con la ronda sin cejar en nuestro empeño". Santiago es uno de los vecinos que sin duda se patea más las calles. "Sin turistas, ni vecinos ni bares y ambiente". Sin embargo, la tarea sigue sin descanso cada mañana con la labor de muchos, como Antonio, David, Auxi, Isabel, Juani, María… porque en Zahara de la Sierra va a ser muy difícil que el covid-19 se pueda asomar.
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