La situación de los caballos que conducen los carruajes es preocupante. En Sevilla, donde es muy habitual esta práctica, pueden llegar a hacer turnos de doce horas seguidas, que derivan en episodios de deshidratación, y el Ayuntamiento de la ciudad sólo plantea una revisión médica obligatoria al año. El calor y el cansancio pueden llevar al animal a circunstancias extremas, que pongan en riesgo su salud. Esta situación no es exclusiva en España: esta semana un caballo se desmayaba al llevar en un carruaje a cinco personas por las calles de Charleston, EEUU, que había dado evidencias de su agotamiento.
Las asociaciones animalistas critican esta forma de maltrato animal. Los expertos han asegurado que el caballo volverá a "su trabajo" cuando se recupere.