Hay tuits que delatan. Que muestran la cara verdadera de quien los escribe. La comunicación política, saturada de eufemismos y medias verdades, es un campo de minas que conviene desactivar.
La cuenta de Twitter de Vox, experta en sembrar el desconcierto en ese campo abierto que es la opinión pública, nos habla de "la industria nacional". También de un supuesto acoso por las "políticas ruinosas del Gobierno". Olvida, eso sí, nombrar a esa "industria nacional" que dice defender.
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Pues bien, el diputado de Compromís Joan Baldoví hace aquí las veces de artificiero. Desactiva un discurso perverso a sabiendas, y no duda en nombrar lo que otros eluden: "Vox, como siempre, defendiendo los intereses de la España que madruga: Iberdrola, Endesa y Naturgy".
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Se trata, a fin de cuentas, de intereses de clase. Rubén Sánchez se apunta a la desactivación. El secretario general y portavoz de Facua no duda en desenmascarar el discurso de Vox, lo hace situando a la formación ultra en poco menos que en lacayos de las grandes compañías energéticas.
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Y entretanto, como apunta Domingo, bloquean todo tipo de políticas sociales. Un discurso, el de los hechos, que contrasta y de qué manera con toda es palabrería que apela a la "España que madruga" que dicen defender:
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