Da igual que los bulos sean tan burdos como decir que un ministro quiere prohibir la carne o que una ministra quiere fomentar la pederastia. Siempre habrá desinformados que se lo crean y mercenarios que se presten a difundirlo pese a saber perfectamente que es una mentira como un piano.
En los últimos días ha vuelto a pasar con el bulo sobre Irene Montero consiguiendo que no se hable de lo realmente importante, de la necesidad de una educación sexual a los menores para prevenir los abusos. Y esto ya ha pasado suficientes veces como para que sea fácil comprobar que no surge de forma espontánea, sino premeditada y organizada. Y que se ha convertido en toda una herramienta de las derechas de todo el mundo, usando la mentira y el odio.
Ahora el tuitero y activista contra la desinformación, Julián Macías, ha resumido en un hilo precisamente esto. Cómo ha funcionado esta maquinaria en el caso del bulo sobre Irene Montero y las similitudes con otros casos.
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Macías explica cómo pese a lo burdo de la manipulación y al hecho de que nadie racionalmente puede creerse esas acusaciones, la mentira se ha extendido por los canales habituales, con organizaciones y televisiones de extrema derecha como altavoces. Y cómo replican un guión que en otros lugares del mundo "desde las mismas organizaciones antodemocráticas y ultracatólicas".
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Pese a lo burdo que parezcan estos bulos, lo cierto es que acaban penetrando en la sociedad y en el debate público. Incluso en ocasiones acaban teniendo repercusión en las televisiones públicas. Un fenómeno que lleva ocurriendo en los últimos años "ante la impunidad y pasividad de las autoridades", en palabras de Macías.