El presidente de los empresarios hosteleros se chotea de los derechos laborales: "Media jornada, de 12 a 12"
Tremending
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Escuchar al presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería de España, José Luis Yzuel, es como regresar al pasado. Yzuel, de hecho, es un señor como los de toda la vida, de los que se visten por los pies y se expresan con gallardía y convencimiento.
O eso creen ellos. El caso es que el tal Yzuel viene a decir que los camareros se quejan de vicio. Lo hace incorporando aspavientos en un discurso que sabe a carajillo y huele a Ducados.
"Que un camarero diga que trabaja diez horas, no creo que sea grave", comienza el señor Yzuel. "Trabajar de turno partido, los fines de semana, los festivos, ¡trabajar diez horas, qué dolor!", se va calentando. "Los camareros siempre han trabajado media jornada, de 12 a 12", remata.
Inferimos, por tanto, del animoso discurso de Yzuel que cualquier atisbo de mejora en las condiciones laborales de los trabajadores va contra natura. Inferimos también que si algo no es "como toda la vida" tiene la potestad de perpetuarse hasta el fin de los tiempos.
Una línea argumental según la cual el derecho de pernada, el lanzamiento de cabras desde campanarios o la posibilidad de atizar a un esclavo con un látigo estarían a la orden del día. ¿Por qué? Porque son "de toda la vida". Y así, sin darnos cuenta, termina uno legitimando la explotación.
Sorprende de este representante de los empresarios hosteleros su atrevimiento a la hora de reivindicar un pasado que no fue mejor. Un discurso desvergonzado que parece impugnar unos derechos que ha costado siglos alcanzar. Como apunta con sorna un espontáneo en redes, al señor Yzuel le faltó decir: "Las horas extras las van a cobrar por los huevos".
Ante el revuelo causado por sus palabras, Yzuel ha tenido que pedir disculpas. En un vídeo distribuido en la red social X (antes Twitter), ha calificado de "broma" sus comentarios de la víspera y ha lamentado "haber tirado de un chascarrillo" en un tema tan serio como los derechos laborales, en los que -dijo- la organización que preside "seguirá trabajando".
Estas disculpas suenan forzadas, qué quieren que les digamos. Además, dice Yzuel que aclara sus palabras. Lo que sí parece claro es que este empresario tiene mentalidad de eso, de empresario, y que lo quiere es ganar todo el dinero posible pagando lo menos posible a sus empleados.
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