El día que una presentadora de la BBC tuvo a bien brindarle una peineta a todo un país

La vida, en ocasiones, te coloca en situaciones que entrañan cierta complejidad. Imaginen que un gesto íntimo, compuesto en un ambiente privado y dirigido a una sola persona o a un grupo reducido de personas, se convierte –fruto del azar– en un ademán de uso (y disfrute) generalizado.

Algo así le ocurrió a esta presentadora de la BBC que tuvo a bien esgrimir una peineta privada, dirigida en exclusividad al cenutrio del cámara, que los rigores del directo convirtieron en una peineta masiva, remitida a toda una audiencia.

Y es que Maryam Moshiri, que así se llama esta voluntariosa hacedora de peinetas catódicas, nunca pensó que su gesto iba a alcanzar semejante repercusión mediática. Mención aparte la profesionalidad de Moshiri, capaz de envainarse el dedo corazón en cuestión de segundos y proseguir con su flemática locución como si de nada se tratase.

Llegado este punto, no queda otra que imaginar el rostro mohíno de la señora Jones, vecina ilustre del barrio de Kensington, mujer de bien, de las que degustan el té con leche estirando ligeramente el meñique, al toparse con semejante insolencia en la televisión pública de su amado país.

Toda una vida cotizando para que una periodista le brinde tremenda peineta al otro lado de la pantalla. No hay derecho.