Los argumentos para criticar a los miembros del Gobierno se han vuelto un poco endebles. Si la mayor crítica que se le puede ocurrir a alguien es dirigida a su ropa, el listón está muy bajo.
Los columnistas Rubén Amón y Teodoro León Gross vieron conveniente hacer una crítica a la ropa que los miembros del Gobierno vistieron en su reunión en Toledo.
Y no es que llevasen ropa extravagante, nadie iba con una batamanta o vestido de rapero, llevaban ropa totalmente normal. Típica vestimenta de ir de fin de semana de casa rural con los amigos.
Publicidad
Pero como nadie llevaba un traje o un vestido, sino ropa totalmente cómoda y normal para las circunstancias, parece que esto debe ser motivo de crítica. También se evidencia la ausencia de chalecos y ropa de caza, quizás ahí reside el problema.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Los tuiteros han reaccionado a estas críticas señalando que si la ropa de los miembros del Gobierno es el mayor objeto de crítica que se puede utilizar ahora mismo, quizás es mérito del propio Gobierno. O demérito de los críticos por no encontrar algo realmente importante en lo que fijarse.