Horteradas y frikadas del verano que todos acabamos utilizando
Palos selfies, hinchables y estampados tropicales. Hay una larga lista de elementos exclusivos del verano que, aunque no queramos admitirlo, todos usamos y/o hemos tenido al menos una vez en la vida, por lo menos. ¿Quién no se merece ser el Pepito Piscinas de este año?
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Cuenta la leyenda que durante un breve tiempo unas pelotas hinchables de la marca Nivea vivían en las playas españolas. Nadie sabía como habían llegado ahí y no tenían dueño, pero cada verano estaban en la arena esperando que alguien las eligiera para jugar. La realidad de esa historia es que había una avioneta que lanzaba esas pelotas y con eso llegaba el verano, igual que la primavera llega cuando lo dice El Corte Inglés. Pero igual que llegaron se fueron y nadie sabe dónde. Durante un tiempo, las playas carecían de elementos divertidos, más allá de los cubos de plástico para hacer castillos de arena.
No obstante, unos nuevos habitantes llegaron a costas y piscinas. Seguramente fomentados por el boom de las redes sociales, los hinchables gigantes se pusieron de moda en 2017 y, desde entonces, son un imprescindible cuando llega el tiempo de ponerse a remojo. Los flotadores con forma de flamenco rosa han sido, sin duda, los reyes del verano, aunque con el paso de los años los unicornios también han ido tomando fuerza.
Ante la popularidad de estos hinchables, nuevos diseños han ido tomando fuerza tiñendo cada rincón acuático de colchonetas con estampados veraniegos como piñas o cactus. Pero también han salido al mercado flotadores para grupos, como porciones de pizza que se pueden unir, o sandías. Tampoco puede faltar el aguacate, con su hueso de quita y pon, y un donut al más puro estilo de Los Simpson.
¿Moda hortera?
Nunca digas de esta agua no beberé porque a pesar de las críticas, todo el mundo quiere disfrutar de un chapuzón descansando encima de un hinchable divertido y, además, que sea fotogénico. O mejor dicho, instagrameable.
Y para sacar buenas fotos, ¿qué tal el palo selfie? En su día solo lo usaban los turistas asiáticos y, al cabo de un tiempo en todos los hogares había uno de estos artilugios para conseguir sacar una buena fotografía que compartir en redes sociales, cuando el brazo no daba para más.
Tradiciones veraniegas
Lo que hace mucha gente cuando va a la playa es traer más equipaje que cuando viaja al extranjero. Y sino que se lo digan a Lolita. Sillas plegables, neveras… Todo para un día entre el mar y la arena. Hay que ir cómodos y bien equipados. Hay quién incluso se lleva iglús para echar la siesta a la fresca.
Lo que llegó como un gadget para que las familias con bebés pudiesen disfrutar de un buen día de playa, ahora se ha convertido en un elemento más a cargar. Esa pequeña tienda de campaña hace la competencia a los parasoles de toda la vida, y lo bueno que tiene es que es más resistente al viento, y que te llevas menos arena a casa, ya que las pertenencias están bien resguardadas en el interior.
Los must de las abuelas que todos los jóvenes replican
De los abanicos no diremos nada, porque su uso es todo un arte y, además, históricamente han sido un claro elemento de la comunicación no verbal. De hecho, seguro que tus abuelas te han contado que cerrar lentamente este complemento para darse aire era equivalente a un "sí" y que para dar un "no" bastaba con agitarlo con rapidez. Pero estamos aquí para devolver a la memoria colectiva otro elemento que muchas octogenarias usan todavía: los espráis de agua con ventilador.
Algo sí que funciona, asegura la usuaria de Twitter Queduroserposmo. En su cuenta compartió una guía de “la termodinámica de las abuelas andaluzas”. A través de un hilo, detalló las indicaciones para esquivar el calor durante el verano. Y sí, los ventiladores están en la lista y son un clásico del verano. Algunos lo llamarán hortera, otros friki. Al final, todo el mundo termina subiéndose a la moda del verano y adquiere estos productos, porque lo que importa son las risas, el divertirse y refrescarse.