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Cartel promocional de 'traitors'
Cartel promocional de 'traitors'
Sergio Peris-Mencheta, conductor de 'Traitors'
Sergio Peris-Mencheta, conductor de 'Traitors'

‘Traitors’: adivina quién muere esta noche en HBO

La plataforma reta a 18 famosos a desenmascararse en un juego psicológico para ganar un botín de lingotes de plata. El formato neerlandés en el que se basa fue galardonado con el premio Rose D’Or al mejor reality y programa factual de 2022.

Aurora Muñoz

El andén es el último lugar donde todos los personajes de la trama aún pueden ser cualquier cosa y, allí es donde arranca Traitors, un juego de intriga con el que HBO se propone redefinir el ‘reality’. Para lograrlo, la plataforma ha reunido a 18 participantes en el castillo de la villa de Sigüenza (Guadalajara) y les encomienda una misión: quince de ellos serán designados como fieles y los tres restantes conformarán un cónclave secreto de los traidores. Nadie sabe en quién puede confiar, pero lo que todos conocen es que el objetivo final de los traidores es asesinar uno a uno a los fieles. Sus víctimas solo podrán evitarlo si logran llegar a un consenso para desenmascarar y desterrar a los verdugos. Aquel que consiga salvarse de la escabechina y llegar hasta el final se hará con un suculento botín de lingotes de plata, como corresponde a este entorno casi medieval.

Estamos, una vez más. ante la eterna batalla entre el bien y el mal, con dos equipos enfrentados. Si eres de los que disfrutaban de niños tratando de descubrir quién era el asesino del Cluedo o aprovechas tus tardes de sábados para jugar con amigos al  Among Us, Los Hombres Lobos de Castronegro o Mafia sabrás de qué estamos hablando. Las reglas de esta competición de roles ocultos son sencillas o, al menos, en teoría. Ganar es otra historia.

Este implacable formato bebe de De Verraders, una idea original de IDTV y All3Media para RTL4 en los Países Bajos que, después de su estreno en 2021, ha cosechado galardones como el premio al Mejor Formato de Concurso Reality de C21 Awards en 2022 y, más recientemente, el premio Rose D’Or al Mejor Reality y Programa Factual de 2022. Durante su emisión, el programa alcanzó a un 43% de share en la franja de audiencia entre los 25 a 54 años y un 50% para los que comprendían edades entre los 16 a 24 años. La BBC supo ver el potencial y llevó su propia versión a los televisores de los espectadores británicos en plena Navidad. Unas fechas idílicas para servir la venganza en plato frío junto con el pavo. No se equivocaron: el estreno atrajo a 3,8 millones de espectadores, convirtiéndose en uno de los diez mejores programas no guionizados de BBC One para el target entre 16 a 34 años.

Aquella fue la última vez que los protagonistas de este juego psicológico fueron anónimos. Los responsables del proyecto consideraron que su ‘virginidad’ televisiva aportaba frescura. Sin embargo, al exportar el formato a Estados Unidos, todo cambió. Una colección de rostros recurrentes en Grandes Hermanos y formatos similares coparon las elecciones del equipo de casting y, al frente de todos ellos, se situó al actor escocés Alan Cumming (The Good Wife), que ejercía de game master. Se acabó la candidez. 

La 'host' británica Claudia Winkleman en 'The Traitors'
La ‘host’ británica Claudia Winkleman en ‘The Traitors’

La adaptación española se fraguó durante la pandemia. Tinet Rubira, productor ejecutivo de Gestmusic (Banijay Iberia) y con la directora, Nia Sanjuán, se colocaron al frente del rodaje en junio del pasado año. Encerraron por separado a cada uno de los participantes durante cinco días para cumplir protocolo COVID y, a continuación, arrancaron la grabación de nueve jornadas consecutivas con temperaturas de 40 grados entre campos de lavanda. En total, el equipo acumuló 1.000 horas de metraje que se han resumido en ocho capítulos de una hora y, según asegura el productor, en la cena de celebración del preestreno, más de la mitad de los concursantes seguían desconociendo la identidad del ganador.

Un narrador para el baile de deslealtades

Sergio Peris-Mencheta ha sido muchos hombres. Lo hemos visto como el Cid Campeador en la segunda temporada de El Ministerio del Tiempo, también fue Gonzalo Fernández de Córdoba en la serie Isabel y César Borgia, en Los Borgia. Sobre el papel, conoce bien las intrigas palaciegas. Sin embargo, esta es la primera vez que le toca contemplarlas desde la retaguardia. «Hago lo mismo que hago cuando masterizo Lobos con amigos», simplifica, pero el actor no puede evitar disfrazarse y cambiar de piel. En esta ocasión, su mayor reto fue tratar de mantenerse neutral sin caer en la altanería de la que acusaron a Cumming en la versión estadounidense. «Lo ideal es no mantener más del contacto necesario con los participantes durante la grabación. Es importante lograr la imparcialidad. De cualquier otra forma, me hubiera pasado lo mismo que a Claudia. Somos seres sociales», dice en referencia a Claudia Winkleman, la conductora del formato en Reino Unido, que fue abandonando poco a poco su pose distante y casi cruel para acabar dando la sensación de que implosionaría si no tenía la oportunidad de abrazar a los triunfadores.

El intérprete español no pudo ver el trabajo de estos dos predecesores porque los programas de grabaron pocos días antes que arrancara el rodaje de Traitors en España, pero eso le dio la oportunidad de encontrar su propio camino. «Trabajar con HBO nos ha dado la oportunidad de apoyarnos en una estética más pulcra y, además, hemos podido hacerlo diferente al resto», expone la directora.

El programa comparte realizador (Javier Ruiz) con El Puente, aquel reality de #0, en Movistar Plus+, donde quince desconocidos eran enviados a la Patagonia argentina para construir un puente en un mes. Al terminar el proyecto, los concursantes debían elegir quién de sus compañeros se merecía el premio (100.000 euros) y el escogido decidía quedárselo en solitario o repartirlo entre todos en las cantidades que estimara oportunas. Fue un estreno que funcionó en 2017 e incluso tuvo segunda temporada pero, sobre todo, pasó a la posteridad por su calidad casi cinematográfica.  Sus hermosos planos generales y las narraciones en off lo hermanan con esta nueva iniciativa.

La meda redonda donde se señala a los traidores.
La meda redonda donde se señala a los traidores.

«Modificamos los inicios para que Sergio arrancara con una pequeña secuencia de ficción en la que introduce temas relacionados con la temática del formato», especifica Nia Sanjuán. Al hablar sobre esta nueva aventura profesional, el actor se muestra ilusionado, entusiasta. «He visto los dos primeros capítulos con mis hijos, que tienen el disco duro vacío y acumulan información, pero se saben los nombres de los 18 con haberlo visto solo una vez. Esto demuestra lo que engancha. Seguramente la gente no conozca a alguno de los participantes, pero todos son grandes en sus sectores. Les ves devanarse los sesos tratando de convencer al otro desde todos los lugares de los que son capaces. Son un reparto heterogéneo de jugones con el espíritu competitivo de los deportistas, la emocionalidad de los actores, la racionalidad de los escritores y periodistas… La mezcla es explosiva», resume.

Un casting híbrido para perpetrar la felonía

La selección de los participantes españoles es un intento de no renunciar a nada. Entre los elegidos, nos encontramos rostros conocidos que — ¿por qué no reconocerlo? — apelan a nuestra curiosidad malsana y prejuicios, mientras que otros, a pesar de ser primeras espadas en lo suyo, no son habituales de la pequeña pantalla y, por tanto, podrían aportar un plus de ingenuidad en la toma de decisiones pero, como rezaría un titular clickbait, el resultado te sorprenderá.

En este selecto grupo de aspirantes a traidores se encuentran intérpretes como Abril Zamora, Adrián Pino, Anna Allen, Fernando Guillén Cuervo, Rubén Ochandiano y Sandra Escacena; deportistas de la talla de Blanca Manchón, Jaime Astrain, Jaime Nava, Joana Pastrana o Ray Zapata; la actriz de cine para adultos Apolonia Lapiedra, la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes, el periodista Juan Sanguino, el escritor Julio Muñoz Gijón, la jugadora profesional de póquer Leo Margets, la cómica Paula Púa y el músico Skone. «La mayor parte de ellos confesaron que querían ser traidores, probablemente porque ese rol permite hacer justo lo que no hacemos en la vida: ser mala gente. Ahí está otro de los enganches», asegura Peris-Mencheta. Sin embargo, la traición es una senda solo apta para algunos.

Llegada de los participantes al castillo de Sigüenza.
Llegada de los participantes al castillo de Sigüenza.

Al repasar la lista es tentador detenerse en un nombre: Cristina Cifuentes. La expresidenta de la Comunidad de Madrid solo adelanta una cosa: «La gente piensa que la política es un mundo traicionero y no les falta razón. Si hay que mentir, me costará, pero lo haré». Toda una declaración de intenciones. Los candidatos pasaron por un mes y medio de pruebas de preselección con psicotécnicos y entrevistas personales que descartaron a todo aquel que no venía con las ganas de jugar ‘a muerte’. «Hay muy pocas cosas que me estimulen en la vida, la verdad. Lo que me gusta, me gusta mucho y lo demás me la suda bastante, pero mi círculo más cercano me animó a hacerlo y estoy muy contento», valora Rubén Ochandiano. El actor define el casting como una selección «marciana». «Todavía no entiendo el criterio, pero el grupo funciona y es un formato muy disfrutable. No sé cómo lo va a recibir el público, me resulta un misterio, pero como vivimos en unas coordenadas espacio temporales en las que parece que la dinámica es ‘buenos días, es usted una puta’, resulta difícil acertar. Quiero decir que da igual lo que hagas, que se van a cagar en tus muertos», bromea Ochandiano.

Julio Muñoz, uno de los elegidos que puede resultar menos mainstream, apoya la moción. «A mí me daba mucho pudor entrar como concursante. En primer lugar, no me veía entre gente que se dedica a discutir, es un perfil de tele con el que no puedes competir y, al mismo tiempo, temía que fuesen todos súper famosos y yo figurase como ‘la mascotita’ o algo así», confiesa el autor de la saga de novelas negras de humor El asesino de la regañá, que acumula más de 100.000 ejemplares vendidos. Las barreras no tardaron en caer. «Me lo he pasado muy bien. No tardas en darte cuenta de que todos tenemos muchas vivencias, cosas interesantes que contar. Está Leo, que es campeona del mundo de póquer y eso lo aplica a su movida, pero también tenemos a Ray, que es medallista olímpico y está preparado para competir y, bueno, ¿qué digo Skone, mi ojito derecho?. Los dieciocho son gente brillante en su parcela, aunque él fue mi gran descubrimiento», admite.

Este no es un ‘reality’ al uso, aunque la etiqueta sea inevitable. Desde el primer capítulo, puede apreciarse que el conflicto no está en la convivencia, sino en desarrollar la mejor estrategia para sobrevivir entre conspiradores e incluso el botín de los lingotes de plata se desdibuja como objetivo a lo largo de la competición. «Justo en aquel momento, tenía una obra en casa y la posibilidad de poner una piscina chiquitita arriba, pero me había quedado sin pelas. Cuando vino esto, me dije: ‘Aquí hay que aguantar y la pago’. Desde entonces, de broma, la llamamos la piscina de la traición», dice entre risas. Ochandiano, en cambio, reconoce que hubo momentos en los que se olvidó de que cobraban por aquello. «Para mí, el concurso tenía mucho que ver con un momento personal en el que me hacía bien jugar y estar rodeado de gente. Lo de menos era lo que llegase al banco», apunta.

Desde UwU invitamos a los dos participantes a que fantaseen con una segunda edición y propongan al concursante perfecto. Entre los citados aparecen nombres como Gabriel Rufián, el diputado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el exfutbolista Luís Figo. Habrá que esperar a ver cómo responden las audiencias pero, entre tanto, ya podemos disfrutar de esta versión vip de El pueblo duerme. Y tú, ¿quién crees que se llevará la recompensa final?