¿Qué es el sugar dating y cuando puede convertirse en una estafa sentimental?
Te contamos los riesgos que hay detrás del sugar dating y cómo puedes evitar malas experiencias
Judith Vives Bellalta
Las relaciones personales y sentimentales pueden adoptar muchas formas diferentes más allá de la pareja tradicional. Por ejemplo, las que se establecen entre hombres maduros y mujeres jóvenes, basadas en el intercambio de experiencias y el apoyo económico. Este tipo de relación, sin duda, no es nueva, pero sí que es más reciente la forma con la que nos referimos a ella: sugar dating.
Este concepto hace referencia al fenómeno en el que un hombre de alto poder adquisitivo, llamado sugar daddy, establece una relación afectiva con una mujer más joven, la sugar baby. La relación se basa en un acuerdo a largo plazo en el que el hombre proporciona estatus social, apoyo económico y mentoría a su pareja a cambio de compañía y apoyo. Por definición suelen ser relaciones basadas en la exclusividad y un cierto estilo de vida sofisticado.
¿Sabes de donde procede el término de sugar daddy? Surgió a mediados del siglo XX, cuando una joven modelo, Alma de Bretteville Spreckels, se casó con el responsable de una fábrica de azúcar que era 24 años mayor que ella. De forma cariñosa ella empezó a llamarle “sugar daddy”. Con el tiempo, este concepto ha hecho fortuna para definir este tipo de relaciones.
Una idea errónea en este tipo de relaciones personales es la de pensar que se trata de encuentros esporádicos y transaccionales. Sin embargo, el sugar dating va más allá del intercambio de dinero por compañía ocasional, y acostumbra a implicar un compromiso a largo plazo y una estabilidad emocional y económica.
Los riesgos del sugar dating
El sugar dating puede resultar atractivo por los beneficios económicos y sociales que ofrece. Pero no es oro todo lo que reluce, y tras este tipo de relaciones nos podemos encontrar con muchos riesgos e incluso con estafas. Por eso es muy importante saber de lo que hablamos cuando nos planteamos este modelo de relación, y valorar las consecuencias que puede tener.
Una de ellas, para las jóvenes que se meten en esta relación, es el riesgo de la dependencia económica y desigualdad de poder. Una sugar baby puede volverse económicamente dependiente de su sugar daddy, lo que puede limitar su autonomía y capacidad para tomar decisiones independientes. En estas situaciones, el sugar daddy puede volverse controlador o manipulador. En ocasiones, este tipo de relación puede conllevar un estigma social.
Más allá de esta situación, hay que tener en cuenta otros riesgos asociados al sugar dating. Entre ellos, la aparición de los llamados Salt sugar daddys, es decir, de los falsos sugar daddys que, lejos de cumplir con su parte del acuerdo, lo único que buscan es aparentar, estafar económicamente u otros objetivos oscuros.
Cómo identificar posibles estafas
Ante la proliferación del sugar dating, los estafadores no han perdido la ocasión para utilizar este reclamo para cometer sus estafas.
Se han dado muchos casos en los que hombres que se hacen pasar por sugar daddys contactan con sus víctimas a través de Instagram u otras redes sociales. Les envían mensajes donde ofrecen “sueldos” semanales a cambio de compañía, y cuando la víctima pica el anzuelo, le piden sus datos bancarios y empieza la presión para obtener dinero de estas jóvenes mediante diferentes argumentos.
Normalmente, ponen como excusa que necesitan cubrir los gastos de una transferencia o validar una cuenta, y con este pretexto le piden a la víctima le haga un ingreso económico por PayPal. Tras esto, desaparecen sin dejar rastro. También pueden pedir que se hagan transferencias mediante tarjetas regalo o criptomonedas.
Algunas de estas estafas pueden incluir también casos de phishing, con lo que obtienen información confidencial, o incluso ataques de malware.
Además del riesgo de estafa, es conveniente saber que un sugar daddy no pide fotos sexys o te pide “probarte” antes de iniciar la relación. Tampoco hace promesas poco realistas, como sueldos millonarios o coches de alta gama que suelen ser reclamos para cazar una víctima para robarle o incluso para la explotación sexual.
Siempre recuerda que las bases de este intercambio están en la discreción, el respeto y el acuerdo mutuo. Si sientes que algo no encaja con esto, debes apartarte para evitar una posible estafa.