Carles Tamayo, difamado por un bulo que él mismo creó
El youtuber se hizo viral hace unas semanas después de que un usuario lo acusara de explotación laboral vía Twitter. Comenzó entonces una campaña de difamación. Pero detrás de esa campaña sólo había una persona: él mismo. ¿El objetivo? Concienciar sobre la facilidad de crear y difundir bulos en Internet.
Carles Tamayo es uno de los youtubers españoles más conocidos en el ámbito de los reportajes periodísticos. El catalán, que acumula 670.000 seguidores en Youtube y más de 120 vídeos, crea contenido sobre sectas, pseudociencias y estafas, entre otros muchos temas. En 2019 se infiltró en la secta sevillana del Palmar de Troya, en 2020 destapó una estafa piramidal con la academia IM Mastery Academy (cuya investigación ayudó a que más 1.000 afectados pudieran presentar una demanda colectiva) y en 2022 colaboró con los Mossos d'Esquadra para la detención del pederasta Lluís Gros Martí.
En su último vídeo, que en apenas 24 horas ha conseguido más de 100.000 visualizaciones, ha decidido dejar al lado las sectas y las estafas ajenas y hablar de la campaña de difamación que recibió hace unos días en redes. Una campaña que empezó con la denuncia de un usuario anónimo en Twitter y que sirvió para que cientos de personas lo tacharan de explotador laboral. Pero nada es como parece, pues fue él mismo quien orquestó todo esto.
El contexto
7 de septiembre de 2023. El usuario Toni García [Tonina93] contesta a Tamayo a un tuit después de que el youtuber se quejara de una cuestión de impago por parte de RTVE. “Fue a hablar el que lleva 2 meses sin pagarle a la única empleada que tiene en el equipo. Tengo una amiga que lleva desde hace unos meses trabajando como productora para Tamayo y tengo un par de cosas que decirle al señorito: sácate el palo del culo. Abro hilo por ella”.
García acusa directamente al youtuber de explotador laboral y expone una serie de capturas de pantalla de Whatsapp donde supuestamente vemos una conversación entre Tamayo y su trabajadora. El catalán aparentemente se ríe de la chica, que es periodista, y ridiculiza su trabajo.
Las capturas empiezan a rular por Twitter, Tamayo llega a ser trending topic y las opiniones contra él empiezan a calar. “Espero que la cancelación pública que tanto le gusta caiga completamente sobre su cabeza”. “Todos los progres pecan de lo que predican”. “No se salva ni uno”. “Resultó que Tamayo es tremendo trozo de mierda”.
Estaba claro que aquellos que se dedicaron a criticar al youtuber no se imaginaban que detrás de esa difamación solo había una persona: el mismísimo Tamayo.
Crear un bulo paso a paso
Así lo explica el youtuber en un vídeo de 30 minutos publicado en su canal, en el que trata de demostrar lo fácil que es comprar no solo una cuenta falsa, sino también miles de bots que ofrezcan visualizaciones y engagement a lo que publicamos en redes.
Para organizar toda la campaña de desinformación contactó con expertos en creación de bulos, contrató cientos de bots para viralizar el hilo de Tonina93 y hasta pagó por aparecer en un medio digital.
Según cuenta, “solo” tuvo que pagar 200 euros para publicar en Diario 16, donde apareció una noticia haciendo referencia a la polémica de Twitter y que sirvió para darle cierta “veracidad” a la polémica. En el vídeo no duda en denunciar la falta de esfuerzo de los medios de comunicación por verificar las informaciones que publican. Pagas y ¡ale!, a difundir contenido falso.
El “premio gordo” llegó cuando Sergio Candanedo [Un Tío Blanco Hetero] se hace eco de la noticia en su Twitter (unos tuits que acabó borrando) y en su directo de Twitch. El propio Tamayo cuenta en su vídeo que las interacciones de uno de los influencers de la fachosfera más conocidos en España fueron lo que necesitaba para que la polémica se viralizara cada vez más. Y así, todo ese espectro de personas que ya de por sí odiaban al youtuber catalán pudieron ir creyéndose la versión de Toni García.
¿Pero de verdad se lo creyó la gente?
Tamayo cuenta en el vídeo que, como era de esperar, muchos se olían que todo esto podía formar parte de un experimento social para uno de sus próximos vídeos de Youtube. Parece que su público ya lo conoce demasiado bien y sabe cómo construye su contenido.
Muchos usuarios no han tardado en criticar al creador porque consideran que realmente la polémica apenas se la creyó nadie. Lo acusan de haber hecho un reportaje con un mensaje pensado con anterioridad pero que no se corresponde con lo que ocurrió realmente.
Así lo reflejan gran cantidad de comentarios en el vídeo: “El hecho que digas que esto se lo ha creído alguien, eso es el verdadero bulo”. “Parece que crear bulos no es tan fácil, porque muchos te vieron venir. Me temo que esta vez no te ha salido demasiado bien el experimento”. “La idea no era mala del todo pero la ejecución fue malísima y os pillaron enseguida”. “Tremenda película te has montado teniendo en cuenta que el bulo no ha calado”.
Creíble o no, el punto es otro
La cuestión entonces es: ¿Tan importante era que todo el mundo creyera que Tamayo era un explotador? ¿O el eje del vídeo en realidad es otro?
“El reportaje narra las 24h siguientes desde la creación del hilo y de cómo de manera orquestada se puede crear una realidad falsa y que, aún así, esta tenga difusión. Y no es ningún ejercicio de ficción”, explica Tamayo en su Twitter.
En apenas 30 minutos trata de explicar la facilidad con la que se puede crear un bulo, contratar bots e incluso pagar a algunos medios de comunicación digitales para alimentar el fuego de una noticia falsa. Está claro que hubo muchos que no se lo creyeron. Pero otros que quizás no conocieran tanto el tipo de contenido de Tamayo cayeron en la trampa. ¿Qué habrá pasado con estos? ¿Se habrán enterado de que todo era mentira?