La generación que dejó de creer en ser esclava del trabajo
Así redefinen los centennials la tradicional idea de éxito laboral y priorizan su vida personal
Judith Vives Bellalta
“Búscate un trabajo para toda la vida”. Ese consejo que un día fue habitual para nuestros padres y abuelos, en la sociedad actual ha dejado de tener sentido. En nuestro mundo, marcado por el estrés y la precariedad, hemos aprendido a dar valor y priorizar otros aspectos que antes se dejaban en segundo plano. Si en anteriores generaciones, el éxito laboral era el objetivo para muchos, hoy lo es encontrar un equilibrio razonable entre la vida personal y profesional. Y eso puede implicar que tengamos que renunciar al trabajo o a algunos sacrificios para poder progresar en él y evitar quemarnos.
Desde la pandemia se ha producido una auténtica revolución, un cambio de paradigma laboral en la que una nueva generación de trabajadores está redefiniendo qué significa tener éxito en el trabajo. Durante generaciones prevaleció la idea de que "vivir para trabajar" era la norma. Seguro que más de uno ha visto a sus padres o abuelos dedicando largas horas a su trabajo, con la esperanza de conseguir un anhelado ascenso o una mejora salarial. Pero hoy, ya no tenemos claro que esa sea la única manera de triunfar.
Es aquí donde entra en juego el concepto de "quiet ambition" o ambición silenciosa. Este término, que ha ganado popularidad recientemente, describe a aquellos que buscan avanzar en sus carreras, pero sin sacrificar su bienestar personal y su salud mental. En lugar de hacer inacabables horas extra, muchos prefieren disfrutar de una vida equilibrada donde el trabajo es solo una parte de un conjunto donde lo personal tiene gran importancia.
La pandemia de covid-19 jugó un papel importante en este cambio de mentalidad. Obligados a replantear sus vidas, muchos trabajadores se dieron cuenta de que hay más cosas en la vida que solo trabajo. Las encuestas confirman este cambio: la mayoría de los trabajadores más jóvenes ya no sueñan con llegar a ser jefes. En lugar de eso, buscan otros roles con los que puedan implicarse en la empresa sin dejar de lado su vida personal.
Nuevas tendencias laborales
Esta revolución laboral y social ha hecho surgir nuevos conceptos, como los del "quiet quitting" y "quiet ambition", que reflejan un rechazo a la cultura del trabajo intensivo que dominaba en décadas pasadas.
"Quiet quitting" se refiere a cumplir con tus tareas laborales, pero sin ir más allá de lo estipulado. No se trata de hacer lo mínimo, sino de evitar sobrecargarse con trabajo adicional que no está en tu descripción de tareas. Y aunque algunos empresarios podrían ver esto como una falta de compromiso, para muchos jóvenes es simplemente una forma de mantener su salud mental y evitar el agotamiento.
Esta tendencia ha generado un gran debate en redes sociales y medios de comunicación. Algunos consideran que es una forma de rebeldía contra la idea de que el trabajo debe dominar nuestras vidas. Otros, en cambio, lo ven como una renuncia a la cultura del esfuerzo. No faltan los que acusan a los jóvenes de ser más holgazanes que sus padres. Pero lo cierto es que, para muchos, es una manera de mantener el equilibrio y asegurarse de que el trabajo no les robe la vida.
Por otro lado, la "quiet ambition" lleva esta idea un paso más allá. En lugar de simplemente cumplir con las tareas básicas, se trata de avanzar en la carrera profesional, pero de manera equilibrada y sin sacrificar el bienestar personal. No se trata de renunciar a las ambiciones, sino de perseguirlas de otra manera más relajada y sostenible.
Entre los millenials y centennials se impone una nueva forma de ver el éxito. Ya no es solo cuestión de escalar posiciones rápidamente, sino de encontrar un camino que permita vivir plenamente.
Impacto en las empresas
Estas tendencias están obligando a las empresas a replantear la gestión de los recursos humanos. Muchas empresas que solían depender del trabajo extra gratuito ahora deben adaptarse a una fuerza laboral que valora más su tiempo y su vida personal. Esto no solo está transformando la cultura laboral, sino que también plantea retos importantes.
Las empresas que no se adapten a estas nuevas realidades corren el riesgo de perder a sus empleados con más talento. Pero aquellas que escuchen y respondan a estas nuevas expectativas serán las que logren retener a los mejores talentos y crear un ambiente laboral más saludable y productivo.
Entonces, ¿qué deben hacer las empresas frente a este cambio de paradigma? La respuesta es simple: adaptarse o quedarse atrás. En un mundo donde el bienestar y la salud mental es clave, las organizaciones deben centrarse en ofrecer un entorno que valore la flexibilidad, la conciliación y el equilibrio entre la vida personal y profesional.
Las empresas deben proporcionar un entorno que permita a los empleados sentirse valorados y respetados. Esto incluye políticas de teletrabajo, horarios flexibles y oportunidades de crecimiento que no requieran sacrificar la vida personal.
El éxito ya no se mide únicamente por el ascenso rápido en la escalera corporativa. Para las nuevas generaciones, el éxito también se define por la capacidad de disfrutar de la vida fuera del trabajo. Esto significa tener tiempo para la familia, los amigos, los hobbies y, sobre todo, para uno mismo.