Las claves de la nueva ley trans que pone el foco en la protección de los menores

La aprobación esta semana de la ley trans deja atrás meses de mucho ruido, manifestaciones a favor y en contra, y algunas dudas en el aire. La ley modifica el procedimiento para cambiar el sexo en el registro y el DNI. Hasta ahora se exigía informe médico o psicológico y dos años de hormonación. Ahora, sólo hace falta pedirlo. Los menores de 12 años no pueden cambiar su sexo en el registro. Los de 12 y 13 años necesitan autorización de un juez y los de 14 y 15 de sus padres. A partir de los 16 no se necesita permiso. Noruega y Países Bajos tienen la misma norma que España. Escocia ha intentado también aprobarla, pero Reino Unido ha vetado la ley y eso, entre otras cosas, ha llevado esta semana a la líder escocesa a dimitir. La ley trans no regula la hormonación, porque depende de las comunidades autónomas. El asunto sigue siendo delicado. Suecia, por ejemplo, prohibió el año pasado los bloqueantes hormonales en menores. Reino Unido también acaba de prohibir los tratamientos irreversibles. La principal son los menores. La oposición está en contra de que puedan cambiar de sexo sin el informe de un experto y asegura que quedan desprotegidos. Igualdad responde que no necesitan informe médico, porque no están enfermos y que la ley les protege. La segunda crítica es la que habla de que se puede cambiar de sexo varias veces, pero la ley contempla que es posible dar marcha atrás una vez. Si uno quisiera volver a cambiar, tendría que intervenir un juez. La tercera polémica viene de parte del feminismo. Temen lo que pasó en Escocia, donde un condenado por violación entró en una prisión para mujeres. A los tres días, le cambiaron a una masculina. En España, ya hay desde hace años una instrucción que permite a las personas trans ir a la cárcel correspondiente al sexo sentido bajo supervisión de expertos. Estas son las polémicas surgidas durante la tramitación. Ahora que la ley trans entrará en vigor veremos sus efectos reales.

-Redacción-