¿Sabías que el sexo de las tortugas marinas viene determinado por la temperatura de la incubación del nido? ¿O que algunas especies de tortugas regresan a la playa donde nacieron para nidificar? Son algunas de las curiosidades vinculadas a la reproducción de las tortugas marinas que pasamos a explicar a continuación.
Siete especies de tortugas marinas
Para comenzar a entender a este complejo animal del que todavía se desconocen diversas vertientes de su comportamiento, debemos saber que la tortuga marina (quelonioideos) se divide en dos familias (Cheloniidae y Dermochelyidae) a los que pertenecen las siete especies vivas.
Son la tortuga verde, la tortuga de carey, la tortuga boba —la más pequeña y abundante en el Mediterráneo— y la tortuga laúd, —la más grande, llegando a medir más de dos metros—. Y también tenemos tres especies de distribución más limitada como la tortuga olivácea, la tortuga bastarda y la tortuga plana, la cual habita únicamente en la costa norte de Australia.
¿Cuándo y dónde se reproducen?
Como en otros aspectos de su naturaleza, la madurez sexual de las tortugas marinas varía según la especie, pudiendo llegar en el caso de la tortuga verde —la mejor estudiada— a los 50 años de vida, aunque lo habitual es que la alcancen mucho antes, pudiendo llegar a vivir hasta los 80 años.
Una vez alcanzada la madurez sexual, las tortugas marinas se aparean por ciclos, en el caso de la tortuga laúd cada tres o cuatro años. Por su parte, la reproducción de la tortuga bastarda es estacional, siendo de abril a agosto aproximadamente, mientras que la tortuga boba suele iniciar el ritual de reproducción a principios de primavera, ya que se considera la mejor época para la supervivencia de las crías.
En cuanto al lugar elegido para desovar, resulta muy singular el comportamiento de algunas tortugas marinas, como las verdes, que son capaces de recorrer más de 2.000 kilómetros de distancia para volver a la playa en la que nacieron para desovar. Es lo que se conoce como filopatría, algo común también a diversas aves migratorias o a los propios salmones.
No obstante, se trata de un aspecto muy debatido por los expertos, asumiendo que no todas las tortugas marinas presentan esta costumbre: la tortuga laúd, por ejemplo, puede poner sus nidos en diferentes lugares separados de muchos kilómetros.
Cortejo y apareamiento
Pese a las diferencias entre especies, lo habitual es que el ritual del cortejo entre las tortugas marinas se inicie con las migraciones con fines reproductivos. Generalmente es la hembra la que controla el proceso de apareamiento.
Mientras los machos intentan mantener contactos físicos con la hembra con las aletas o mordiendo el cuello, la hembra puede negarse huyendo. Pero si acepta al macho, este inicia el proceso de cópula. En algunos casos, este proceso tiene lugar cerca de la costa, a poca profundidad, pero en el caso de la tortuga bastarda, por ejemplo, el ritual tiene lugar en alta mar.
Una faceta curiosa del apareamiento de la tortuga marina es que se puede aparear con más de un macho, estando sus huevos fecundados por el esperma de varios machos. Este comportamiento puede explicarse como una fórmula para evitar la infertilidad masculina, eliminando el esperma de baja calidad, manteniendo también la diversidad genética de la población.
Nidificación e incubación
Al margen del proceso de filopatría ya expuesto, se cree que las tortugas marinas eligen la playa en la que van a generar los nidos y poner los huevos valorando diversos aspectos, incluyendo la topografía submarina, el tipo de arena y su textura, así como la presencia de vegetación o rocas. Hay que tener en cuenta que la nidificación y la incubación es el proceso más delicado y deben elegir bien el lugar en el que lo hacen, por ejemplo, evitando la marea alta para que el agua no se lleve los huevos.
En algunas especies, esta temporada de anidación —tras almacenar durante meses el esperma— se produce de forma masiva conociéndose como arribadas: cientos de tortugas abandonan alta mar para seleccionar una playa en el que iniciar el proceso de nidificación. Una vez escogido el lugar adecuado se ayudan de sus aletas delanteras y traseras para apartar la arena e ir cavando el hoyo que suele tener entre 40 y 60 centímetros.
Cuando consideran que el nido está completo, comienzan a poner los huevos que en el caso de la tortuga verde puede ser una cantidad que oscila entre los 100 y los 200. Una vez que termina de desovar, cubre el hoyo con la arena que retiró previamente y la tortuga regresa al mar. No vuelve para vigilar los huevos ni revisar el nacimiento de las crías. De hecho, puede que se encuentre con ellas en el mar en un tiempo, pero no las reconocerá como propias.
Hay que tener en cuenta, en este sentido, que las tortugas hembra se sienten menos seguras en tierra ya que su hábitat natural es el mar por lo que deben regresar cuanto antes al agua. No hay que olvidar que algunas hembras, como la tortuga bastarda, desovan tres veces durante una temporada, por lo que su labor no ha terminado con una sola puesta.
Una vez que las tortugas se van, se inicia la incubación que dura entre 40 y 70 días dependiendo de la especie. Es el momento más delicado para la supervivencia de las futuras tortugas ya que los huevos están expuestos a numerosos peligros y depredadores. En este sentido, se considera que solo el 10% de las crías logra llegar a la etapa adulta.
Nacimiento de las tortugas marinas
La textura de los huevos de tortuga no es de cáscara rígida como los de las aves, sino de corteza flexible lo que impide que se rompan al caer al nido. Resulta curioso, así mismo, que el sexo de la futura tortuga viene determinado por la temperatura de incubación en el nido: si la temperatura es inferior a los 29,5 °C habrá un porcentaje mayor de machos, si es superior a esa cifra, un porcentaje mayor de hembras.
Las crías tratan de emerger de noche para evitar los depredadores y, así mismo, también resulta singular que las pequeñas tortugas esperen a que todas sus hermanas salgan del huevo para dirigirse todas juntas al mar, en uno de esos fascinantes espectáculos que nos depara la naturaleza.