Los animales que desaparecerán en España por culpa de la sequía

//

Pese que el pasado mes de enero tuvo un carácter normal respecto a la pluviometría según señala en su último Informe mensual de seguimiento de la situación de sequía y escasez el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la precipitación del año hidrológico 2022/2023 fue un 17,1% inferior respecto a la media estando el 14,6% del territorio nacional en emergencia por escasez de agua

Pero esta escasez de agua no se explica solo por la pluviometría lo que define la sequía meteorológica, el cual es un fenómeno climático habitual de España debido a nuestro clima mediterráneo, sino también por la sequía hidrológica que, como explica WWF, tiene que ver con el almacenamiento y la gestión de recursos hídricos disponibles. 

En este complejo contexto en el que conviven diferentes parámetros de sequía meteorológica e hidrológica, con zonas de España muy afectadas, como Catalunya o Andalucía, el ecosistema sufre sus consecuencias, en particular determinadas especies que son muy vulnerables a la escasez de agua, animales que pueden desaparecer en España por culpa de la sequía. 

Reptiles 

Lagarto gigante de La Gomera - Fuente: Wikipedia
Lagarto gigante de La Gomera – Fuente: Wikipedia

De la lagartija batueca a la lagartija roquera pasando por la lagartija colirroja, son diversas las especies de saurópsidos o reptiles que podrían desaparecer si la sequía hidrológica se agrava en España. En este sentido, los estudios acerca del cambio climático son más abundantes en relación con la subida de temperatura que con la disponibilidad de agua potable lo que complica el análisis de la supervivencia de estas especies en situación de déficit hidrológico.  

De cualquier forma, existen especies en peligro crítico de extinción como los lagartos gigantes de El Hierro o de La Gomera, endémicos de estas islas y considerados símbolos, que podrían desaparecer en cuestión de años debido a los efectos de la sequía prolongada.  

Anfibios 

Tritón del Montseny - Fuente: Wikimedia
Tritón del Montseny – Fuente: Wikimedia

Dada su especial condición semiacuática, diversas especies de anfibios son algunas de las que peor podrían soportar un escenario de sequía prolongada. Recordemos que los anfibios necesitan agua para desarrollar su fase larvaria de forma que, sin charcas y humedales, no pueden sobrevivir.  

Y es que los humedales peninsulares son uno de los hábitats más afectados por la falta de lluvias y los problemas en la gestión de los recursos hídricos: solo el 12% de los ecosistemas húmedos está bien conservado mientras que en los últimos 35 años han reducido su tamaño en un 35%.  

Zonas como Doñana, las Tablas de Daimiel, la Albufera de València o el Mar Menor están en peligro lo que afecta directamente a muchos de sus habitantes como el sapo partero bético, uno de los pocos ejemplos de la naturaleza en el que el macho se encarga de la gestación de las crías.  

Mención aparte merece el tritón del Montseny, un anfibio endémico del noreste de la península ibérica que está críticamente amenazado de extinción debido a la destrucción de su hábitat.  

Aves 

Alcaudón chico - Fuente: Wikimedia
Alcaudón chico – Fuente: Wikimedia

También son muchas las especies de aves que podrían verse afectadas por la sequía ya que, para empezar, la falta de agua supone menos semillas e insectos, lo que se traduce en menos disponibilidad de alimento lo que, a su vez, supone menos huevos, reduciéndose la población de cada especie.  

Así, por ejemplo, el alcaudón chico se encuentra en peligro crítico al tratarse de una especie insectívora que, además, es habitual en zonas especialmente afectadas por la sequía en los últimos meses como Aragón y Catalunya.  

Otras especies viven situaciones diferentes ya que prefieren no migrar hacia el sur debido a que el calor es excesivo o porque encuentran poco alimento: es el caso de las cigüeñas que, en algunos casos, permanecen en España durante el invierno lo que altera también las condiciones de otras especies al producirse una mayor competencia por el alimento. 

Insectos 

Mariposa apolo - Fuente: Pixabay
Mariposa apolo – Fuente: Pixabay

Pero como hemos hablado en otras ocasiones, son los animales más pequeños, aquellos que forman la base de la pirámide trófica, los que pueden ser más relevantes para el futuro del ecosistema peninsular tal y como lo conocemos.  

Si determinadas especies de insectos desaparecen, habrá menos alimentos para aquellos animales que viven de ellos, además de que supondrá una menor polinización, lo que se traduce en menor reproducción de las plantas, menos semillas, menos frutos, menos alimento, menos vida sobre la tierra: el efecto dominó que tan bien conocemos en la naturaleza. 

Especies de mariposas como la apolo está sufriendo la destrucción de su hábitat de alta montaña debido a las reforestaciones masivas de pastizales de montaña, entre otros factores. Además, hay que tener en cuenta que las orugas más pequeñas son muy sensibles a la desecación lo que complica su desarrollo.  

Entre los invertebrados en peligro crítico de extinción encontramos también al Iberus gualtieranus, una especie de gasterópodo terrestre endémico de la península ibérica, propia de lugares áridos y pedregosos, el Leucorrhinia pectoralis, un pequeño libelúlido, o el Protonemura gevi, un microendemismo de la Sierra de Segura. 

Peces 

Salmón del Atlántico - Fuente: Pixabay
Salmón del Atlántico – Fuente: Pixabay

El salmón del Atlántico es una de las especies más significativas de nuestro país que ha sido recientemente incluida en la Lista Roja mundial de especies amenazadas publicada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. 

Y es que al menos el 17% de las especies de peces de agua dulce amenazadas se ven afectadas por el cambio climático, incluida la disminución del nivel del agua, el aumento del nivel del mar que hace que el agua del mar suba por los ríos y el cambio de estaciones. 

En el caso del salmón del Atlántico la población mundial disminuyó en un 23% entre 2006 y 2020: “las represas y otros obstáculos bloquean el acceso a las zonas de desove y alimentación, mientras que la contaminación del agua y la sedimentación, principalmente debidas a la tala y la agricultura, conducen a una mayor mortalidad de los jóvenes salmones”, señalan los expertos de la UICN. 



Deja una respuesta

Your email address will not be published.