Los secretos del canto de las ballenas

Al igual que sucede con los delfines, se cree que los ancestros de las ballenas también eran mamíferos terrestres. El hecho de que respiren aire de la superficie, que sus aletas pectorales se parezcan a las manos y que presenten un movimiento vertical de la columna vertebral al nadar parece demostrar el origen terrestre del animal más grande del mundo.  

Pero hay algo más en lo que las ballenas se parecen a los mamíferos terrestres de los que descienden: su sistema para producir sonido. Varios estudios científicos han analizado el canto de las ballenas y cómo la contaminación acústica humana puede estar silenciando su complejo sistema de comunicación. 

¿Por qué ‘cantan’ las ballenas? 

Ballena - Fuente: Pixabay
Ballena – Fuente: Pixabay

Varios científicos japoneses investigaron entre 2016 y 2018 el canto de las ballenas jorobadas en las aguas costeras de la isla Chichijima en el archipiélago Ogasawara, a unos 1.000 kilómetros al sur de Tokio. También llamadas ballenas yubartas, las jorobadas son una especie de cetáceo de la familia Balaenopteridae que pueden llegar a alcanzar los 16 metros, siendo una de las ballenas más grandes. 

Los machos de esta especie emiten un canto complejo que puede durar hasta 20 minutos cuyo propósito podría ser el apareamiento ya que es más habitual en la temporada de reproducción. Sea como fuere, parece evidente que es una forma de comunicación que, tal y como descubrieron los investigadores japoneses que realizaron un monitoreo acústico de los “cantantes”, alcanzaba su punto máximo antes del amanecer y al anochecer, reduciéndose durante el día.  

Además, también se demostró que las mareas modificaban los patrones de canto de forma que aumentaban con marea alta y disminuían con la marea baja. 

La contaminación acústica afecta al canto de las ballenas 

Ballena - Fuente: Pixabay
Ballena – Fuente: Pixabay

En esas mismas fechas y en el mismo entorno, otro estudio se ocupó del canto de las ballenas y cómo existen otros factores no naturales que también lo alteran. Utilizando dos grabadoras submarinas, varios miembros de la Asociación de Observación de Ballenas de Ogasawara e investigadores de la Universidad de Hokkaido capturaron el canto de las ballenas. 

Se descubrió que las ballenas tendían a reducir o detener temporalmente el canto después de que pasaran barcos en un radio de unos 1.200 metros y que la mayoría de ellas no reanudaban su sesión de sonidos hasta al menos media hora después.

“Parece que las ballenas jorobadas dejan cantar temporalmente en lugar de modificar las características sonoras de su canto bajo el ruido generado por un transatlántico de pasajeros”, señalaron los investigadores entonces. 

El canto de las ballenas, al descubierto 

Ballena
Ballena en las costas de Maui/foto: Pixabay

Inspirándose en los estudios citados, un grupo de científicos daneses y austriacos trataron de ir un paso más allá para tratar de desentrañar el misterio del canto de las ballenas estudiando la laringe de estos gigantes acuáticos.  

Y es que, no lo olvidemos, las ballenas han debido adaptarse, después de miles de años de evolución, a una vida bajo el mar modificando sus sistemas de comunicación para mantener la efectividad en el entorno acuático: “Las ballenas dentadas y barbadas evolucionaron a partir de mamíferos terrestres que tenían una laringe que cumplía dos funciones: proteger las vías respiratorias y producir sonido. Sin embargo, su transición a la vida acuática impuso exigencias nuevas y estrictas a la laringe para evitar la asfixia bajo el agua”.  

Si bien los odontocetos ―que tienen dientes en lugar de barbas y entre los que están delfines y orcas― desarrollaron una voz nasal, en el caso de los misticetos o ballenas barbadas su laringe aún tiene función fonatoria y respiratoria, como en el caso de sus parientes terrestres: así pues, ¿cómo logra la laringe de una ballena producir esos sonidos bajo el agua? 

Para poder investigar este órgano, los científicos consiguieron tres laringes de tres ballenas varadas, un rorcual boreal, una minke y una jorobada diseccionándolas para estudiar su anatomía. Su análisis demostró que estos mamíferos marinos habían desarrollado estructuras únicas para emitir sonidos.  

Si bien en la mayoría de los mamíferos las cuerdas vocales pueden obstaculizar el flujo masivo de aire, las ballenas barbadas desarrollaron tejidos especiales que forman una estructura de U dentro de la laringe, tal y como señalan los investigadores en una publicación de la Universidad del Sur de Dinamarca.  

“Esta estructura en U empuja contra un gran cojín de grasa en el interior de la laringe. Cuando las ballenas empujan el aire de sus pulmones a través de este colchón, este comienza a vibrar y esto genera sonidos submarinos de muy baja frecuencia”, señalan los investigadores. 

Para avanzar en su estudio, se construyó un modelo computacional de toda la laringe de la ballena, demostrando que la frecuencia se puede controlar mediante la modulación muscular. Todo ello ha permitido a las ballenas comunicarse de forma eficiente bajo el mar.  

Así mismo, los investigadores confirmaron los estudios precedentes acerca del efecto de la contaminación acústica en el canto de las ballenas: “el rango de frecuencia y la profundidad máxima de comunicación de 100 metros que predecimos se superponen completamente con el rango de frecuencia dominante y la profundidad del ruido provocado por el hombre causado por el tráfico marítimo”. 

En este sentido, los investigadores señalan que los océanos cada vez son más ruidosos debido a las rutas marítimas, las actividades de perforación y los cañones sísmicos, abogando por regulaciones estrictas para ese tipo de ruido. Y es que, como hemos visto, las ballenas necesitan su canto para comunicarse. Y si no cantan, su ciclo vital puede verse profundamente afectado, incluido el apareamiento. 



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