Maine coon: así son estos gatos gigantes

En franca competencia con el savannah por ser el félido doméstico más grande del mundo, el Maine coon puede presumir de ser la raza no híbrida de mayor tamaño ya que el savannah es un cruce entre doméstico y serval.  

Pero la historia del origen de este gigante manso que hubiera hecho las delicias de Víctor Hugo está mucho menos documentada y es más misteriosa. ¿Cómo surgió un gato con esta suerte de gorguera de pelo alrededor del cuello y ese descomunal tamaño para lo que estamos acostumbrados en un gato doméstico? Te lo contamos a continuación. 

Maine coon, el gato gigante que llegó del frío

Maine coon - Fuente: Pixabay
Maine coon – Fuente: Pixabay

Al escritor francés Victor Hugo se le atribuye aquella célebre frase de que “Dios hizo al gato para que el ser humano tuviese el placer de acariciar un tigre”. Y aunque no fue exactamente así, no cabe duda de que los gatos domésticos poseen muchas características de sus parientes félidos, pero son un poco más pequeños… y menos peligrosos. 

Porque si la pareja de tigres siberianos que acaban de llegar al zoo de Madrid pertenece a una especie cuyos ejemplares más pesados pueden llegar a los 300 kg, un gato Maine coon no supera los 9 kg. Ambos son félidos, pero de un tamaño y peso un poco diferentes. 

Pero a buen seguro que, para los primeros habitantes de Maine, el estado más nororiental de Nueva Inglaterra en Estados Unidos, el encuentro con aquellos primeros gatos peludos fue toda una experiencia. Porque no hay datos concretos sobre el origen de esta raza, más allá de algunas leyendas. 

Las leyendas del Maine coon: un mapache, un grumete y María Antonieta 

Maine coon - Fuente: Pixabay
Maine coon – Fuente: Pixabay

Una de las historias más repetidas en Maine es la que protagoniza María Antonieta de Austria, esposa de Luis XVI en época revolucionaria. Cuando la guillotina comenzaba a amenazar seriamente a la corte francesa, la reina diseñó un plan de huida que incluía, entre otras muchas cosas, llevarse consigo sus seis gatos preferidos.  

Un capitán colaborador de la reina los embarcó esperando su llegada. Pero la fuga real se vio truncada cuando María fue apresada. Así que el barco partió sin ella confiando en que más adelante pudiera reunirse con sus enseres (y sus gatos) al otro lado del Atlántico. No fue así, como sabemos. Pero aquellos gatos habrían sido el origen, tras entrar en contacto con félidos salvajes de los bosques de Maine (más del 90% del estado son áreas naturales) dando como resultado este gigante manso. 

Otras historias hablan, también, de un grumete llamado Tom Coon que habría llegado a Maine en un barco con gatos que él cuidaba para proteger las mercancías de las ratas. Y es que los gatos fueron protagonistas de muchos viajes transatlánticos hasta el punto de que algunos llegaron a tener hasta autorizaciones especiales como honorables miembros de la tripulaciones o de la guardia costera.

Según esta historia, Tom habría llevado a Maine alguno de estos gatos de largo pelaje de procedencia desconocida hasta que algunos decidieron quedarse a vivir en Maine, quedando con el apellido de su primer tutor. 

Pero la historia más rocambolesca es la que señala que el Maine coon es el fruto de la unión (imposible desde un punto de vista biológico) de gatos salvajes y mapaches. Este mito deriva de la cola tupida y el color más común del Maine coon, atigrado marrón. De hecho, racoon significa “mapache” en inglés.

El Maine coon en la actualidad 

Maine coon - Fuente: Pixabay
Maine coon – Fuente: Pixabay

Pero el origen genético más probable de esta raza es el cruce de gatos salvajes de las frías regiones de Nueva Inglaterra con los primeros gatos domésticos que llegaron a Estados Unidos en los barcos de los colonos. En este sentido, conocemos otras razas con las que comparten muchos rasgos, como el gato de bosque noruego o el siberiano, especialmente esa melena leonina que les brota del cuello. 

Sea como fuere, los primeros documentos sobre la existencia del gato de Maine nos llevan a mediados de siglo XIX cuando algunos ejemplares se presentan a varias exposiciones. De hecho, la primera exposición de gatos celebrada en el Madison Square Garden en 1895 fue ganada por un Maine coon: fue un gato de dos años llamado Cosey que vivía en la calle 27 de Manhattan el que se llevó el premio a mejor gato de pelo largo que, por cierto, se cansó de estar en una jaula, y según dicen los medios de la época, llegó a morder a uno de los que intentó acariciarlo por enésima vez. 

Y es que hasta los gigantes mansos tienen derecho a enfadarse cuando son exhibidos, aunque ganen un premio que dudosamente les reportará a ellos mucho beneficio. De cualquier manera, más de un siglo después, el gato oficial del estado de Maine es una de las razas más deseadas del mundo por su imponente aspecto, su dócil carácter y su famoso maullido. De hecho, también los llaman “gato cantor” por sus melodiosos miaus.  

Maine coon - Fuente: Unsplash
Dos Maine coon – Fuente: Unsplash

Y a pesar de que lo que puedas pensar, su melena lustrosa no requiere cuidados complicados ya que no se enreda demasiado solo necesitando uno o dos cepillados diarios. Eso sí, las estadísticas sobre esta raza nos dicen que tiene más tendencia a tener displasia de cadera y miocardiopatía hipertrófica felina, además de atrofia muscular espinal. 

Si al leer este artículo te has enamorado de los Maine coon (es comprensible) recuerda que hay miles de gatos esperando una adopción en los centros de acogida. Y aunque los gatos de pura raza sean adorables, también lo son los que están esperando tu ayuda, aunque tengan una melena menos poblada y no midan 120 centímetros de largo. 



2 Comments

  1. Maravilloso artículo, de estas criaturas hermosas, pero el comentario final, el párrafo final, «Si al leer este artículo te has enamorado de los Maine coon (es comprensible) recuerda que hay miles de gatos esperando una adopción en los centros de acogida. Y aunque los gatos de pura raza sean adorables, también lo son los que están esperando tu ayuda, aunque tengan una melena menos poblada y no midan 120 centímetros de largo. «, eso, señor David Rubio, le honra a niveles kilométricos, le hace muy grande y se lo agradece de corazón una persona que con lo que puede, junto con otras personas, rescata animales y busca adopciones para ellos. Muchas gracias

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