¿Puedo sacar a mi gato a pasear por la calle?

¿Por qué los perros sí y los gatos no? Si no tienes animales domésticos, seguro que alguna vez te lo has planteado. ¿Por qué hay tantos perros paseando por la calle, y (casi) ningún gato? Salvo los callejeros, claro, que ya se pasean solos. Pero los tutores de perros y de gatos lo tienen bastante más claro ya que conocen a sus animales: los perros y los gatos son muy diferentes y tienen comportamientos y necesidades diversas. 

A continuación, os explicamos si los gatos domésticos necesitan pasear por la calle, cuáles son los peligros a los que nos enfrentamos si los sacamos y qué precauciones debemos tener para que nuestro minino disfrute de la experiencia callejera si no está acostumbrado. 

¿Necesita un gato doméstico pasear por la calle? 

Un gato - Fuente: Unsplash
Un gato – Fuente: Unsplash

La respuesta corta es “no”, por regla general, y teniendo en cuenta de que se trata de un gato doméstico asentado en un domicilio concreto, ese gato no necesitará “conocer” la calle para tener una vida plena.  

Y es que los gatos son animales territoriales que sí necesitan tener un exhaustivo control de su zona de influencia. Si tienes un gato en casa, ya lo sabrás. Cualquier modificación que introduzcas en la casa, será estudiada a fondo por el gato ya que, para él, toda su existencia gira en torno a tu casa, que, para él, es “suya”.  

Toda la casa está plagada de marcas tranquilizadoras para ellos que perciben a través del olor: ya lo habrás visto frotarse contra paredes y muebles de casa. Lo hacen para dejar su olor en los mismos, a través de feromonas que generan ese marcaje invisible que lo declara como su territorio.  

Los gatos ferales o callejeros hacen lo mismo en sus zonas de influencia, una forma de dejar claro a otros gatos de otras comunidades que ese espacio es “suyo”. En nuestra casa no necesitan delimitar el espacio ante otros gatos, pero su naturaleza es así: los gatos domésticos no necesitan cazar, pero ponles un ratón de juguete y a ver cuánto tardan en sacar su instinto depredador… 

Al fin y al cabo, el rastro de feromonas gatunas que hay en tu casa (y que tú no puedes percibir) es la razón principal por la que tu gato se siente, por lo general, plenamente feliz en tu casa. Las otras dos razones son que tú también estás allí, su amigo, referente y “cocinero”, y la propia rutina de tu casa: a los gatos, como a la mayoría de los animales domésticos, les complace la rutina, pero… 

Tu gato de paseo por la terraza o el jardín 

Un gato - Fuente: Unsplash
Un gato – Fuente: Unsplash

Si tu gato no está esterilizado, de vez en cuando, y por razones que ya supondrás, sentirá la necesidad de darse una vuelta más allá de su territorio. Pero aún en el caso de que esté esterilizado, muchos gatos también sienten la necesidad de experimentar, previo pormenorizado estudio del espacio a experimentar, como una terraza o un jardín doméstico. Si pueden salir, saldrán y lo inspeccionarán a conciencia: los gatos también sienten curiosidad.  

Pero su curiosidad y el ritmo de su inspección lo determinan ellos mismos. Y esto es un factor fundamental para entender la razón por la que los gatos no son “animales de paseo” como los perros. En general, ya se pasean ellos mismos, no disfrutan con la tutela de otro animal sobre ellos. 

Por eso se dice que a los gatos les gusta la libertad… pero la libertad en su espacio conocido. Un gato feral no se mueve, en general, más allá de su territorio. Y un gato doméstico no quiere moverse más allá de su casa. De hecho, si le cierras una zona que suele frecuentar, no tardará en rascar con sus patas, diciendo: “¡Eh! Abre esa puerta, que esta es mi casa, ¿o no estás oliendo mis feromonas?” 

Los peligros de pasear a tu gato 

Un gato - Fuente: Unsplash
Un gato – Fuente: Unsplash

Así pues, el primer peligro al que te enfrentas si decides pasear a tu gato con correa por la calle es que él no se sienta cómodo. Lo más probable es que se muestre temeroso y retraído si no conoce el espacio por el que va a transitar, especialmente si no está acostumbrado al ruido de coches, personas y otros animales como los perros.  

Por supuesto, deberás tener mucho cuidado con el arnés o correa a usar para que no pueda escaparse: porque ten por seguro que si no le gusta lo que ve o se asusta, saldrá corriendo… y adiós gato. Muchísimo cuidado, especialmente en la carretera y con los coches. 

En este sentido, un gato acostumbrado a su rutina hogareña puede sufrir una sobreestimulación repentina si sale a la calle: tantos olores y ruidos nuevos que no sabrá dónde meterse. Si en según qué zonas de la ciudad nosotros ya nos sentimos “sobreestimulados”, imagínate un gato que tiene sus sentidos “a flor de piel”. 

Así mismo, el resto de los animales pueden ser un peligro para él: desde los perros, hasta los pájaros, ya que, si ve uno, puede que sienta la necesidad de poner a prueba sus habilidades cazadoras. Los propios humanos también podrían alterarle, especialmente los niños que se pueden sentir atraídos hacia el minino… pero él tal vez no tenga entusiasmo por ser acariciado por unas manos que no son las tuyas. 

En definitiva, antes de sacar a pasear a tu gato, debes preguntarte: ¿por qué lo quieres pasear? ¿Va a obtener el gato algún beneficio de ello? ¿O es que quieres que los demás vean lo que mola tu gato? Si lo que quieres es una excusa (peluda) para salir a la calle, mejor un perro. O incluso puedes quedar con un humano… o hasta pasear solo.

Consejos para pasear a tu gato 

Gato
Gato

De cualquier forma, existen algunos supuestos que pueden facilitar los paseos “externos” de tu gato. Por ejemplo, que se trate de un gato muy socializado desde cachorro y acostumbrado al exterior, que sea de carácter tranquilo y poco impresionable y que percibas claramente que ante las salidas responde adecuadamente y sin estrés. 

Así pues, si estás decidido a sacar de paseo a tu gato como rutina, lo más importante es asegurarte de contar con un arnés o correa adecuada y segura y establecer una zona muy concreta de paseo para que el gato se acostumbre pronto a la misma. 

En este sentido, lo más indicado es que sean espacios pequeños, alejados de ruidos molestos, especialmente de los coches y, a poder ser, de otros animales: pequeños jardines acotados pueden ser los espacios ideales para ellos, de forma que esté controlado en todo momento y no pueda escapar por un descuido. 



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