¿Sabías que las panteras negras no existen?

Diversos estudios científicos han demostrado desde hace años que las panteras negras no existen como una especie aparte del mundo animal. Esos félidos negros de mirada inquietante que despiertan nuestra fascinación son jaguares o leopardos con melanismo, una variación genética que supone una coloración adaptativa fruto de la eficacia del camuflaje y/o la termorregulación en diferentes hábitats, especialmente en los bosques húmedos asiáticos. 

Y lo que vemos como negro en esas imágenes es realmente un moteado oscuro que los últimos estudios científicos han descrito de forma más certera usando cámaras de luz infrarroja.  

Pantera, un género taxonómico 

Dos leopardos rugen - Fuente: Pixabay
Dos leopardos rugen – Fuente: Pixabay

El término “pantera” procede del latín panthera (gato salvaje), un género taxonómico que abarca cinco especies de félidos: el león (Panthera leo), el tigre (Panthera tigris), el leopardo de las nieves (Panthera uncia), el leopardo, (Panthera pardus) y el jaguar (Panthera onca). 

Justamente estas dos especies de “panteras” son las que han generado esa taxonomía incorrecta a nivel popular denominada “pantera negra” en base al mito que se fue creando alrededor de un supuesto félido de color negro que sería una especie aparte de los ya descritos anteriormente. Pero no, las panteras negras son jaguares o leopardos con melanismo

Panteras negras: leopardos o jaguares con melanismo 

Una cría de "pantera negra" - Fuente: Pixabay
Una cría de “pantera negra” – Fuente: Pixabay

Cuentan que fue en 1909 cuando se registró gráficamente por primera vez una pantera negra en Adís Abeba en Etiopía, una fotografía que hoy forma parte del archivo del prestigioso Museo Nacional de Historia Natural de los Estados Unidos de Washington D.C. 

Desde entonces, el mito sobre una especie aparte del resto de félidos conocidos empezó a correr como la pólvora. ¿Existía realmente un félido de color negro en la sabana africana y los bosques húmedos asiáticos? 

Tras décadas de estudio que rechazaban la existencia de una especie aparte de félido negro, un grupo de científicos entre lo que se encontraban profesionales de instituciones de Malasia, Brasil, Botsuana, Tailandia, Sri Lanka, Irán o Estados Unidos ha presentado un mapeo de panteras negras a nivel mundial que nos ha servido para conocer la distribución de los leopardos con melanismo que, además, explica esta característica tan peculiar. 

Una ventaja adaptativa 

Una "pantera negra" escondida - Fuente: Pixabay
Una “pantera negra” escondida – Fuente: Pixabay

Los investigadores formaron una gran base de datos de registros verificados de todo el rango de la panthera pardus, es decir del leopardo, para mapear la frecuencia geográfica del melanismo. Usando algoritmos de modelado de nicho concluyeron que la frecuencia global de melanismo fue del 11% “con una distribución espacial significativamente no aleatoria”. 

En este sentido, distintos tipos de hábitats presentaron frecuencias significativamente diferentes de melanismo que aumentó en los bosques húmedos asiáticos y se redujo notablemente en los entornos abiertos y secos.  

Los investigadores concluyeron que el melanismo de los leopardos está fuertemente afectado por la selección natural, probablemente impulsada por la eficacia tanto del camuflaje como de la termorregulación en diferentes hábitats. Así pues, las hipótesis “clásicas” sobre la coloración adaptativa de estas panteras negras parece confirmada. 

En este sentido, los leopardos con melanismo cuentan con una ventaja adaptativa que favorece el camuflaje en hábitats oscuros en las horas de menos luz: en los bosques más espesos, la oscuridad favorece la caza de estos animales que se mueven casi como fantasmas en la noche hasta que atacan a su presa. 

El hecho de ser especialmente activos por la noche junto a su carácter solitario explica también la dificultad de su estudio a gran escala hasta fechas recientes lo que contribuyó a aumentar el mito a su alrededor. 

El moteado de las panteras negras 

Un leopardo con melanismo - Fuente: Pixabay
Un leopardo con melanismo – Fuente: Pixabay

Dos años antes del estudio reseñado, varios investigadores de la Universidad Nottingham de Malasia usaron una técnica diseñada por la Universidad James Cook de Australia para analizar la densidad de la población de leopardos melanísticos en el país del sudeste asiático siendo, según sus responsables, “el primer intento exitoso para estimar el tamaño de la población de una especie con fenotipos melanísticos” y abriendo la posibilidad de nuevos estudios sobre las denominadas panteras negras. 

Y es que los progresos de las cámaras fotográficas también han logrado que los fotoperiodistas desvelen los misterios de las panteras negras mucho más de cerca. Hasta ahora, las fotografías nos mostraban félidos negros de brillantes ojos, pero algunas imágenes recientes captan ese icónico moteado de muchos félidos, aunque en un patrón muy oscurecido… casi negro

Recordemos que el melanismo es el exceso de pigmentación oscura en un animal, población o grupo, el cual se debe a la mutación de diversos genes como Agouti o MC1R.  

En este sentido, se cree que los genes responsables del melanismo pueden contribuir a ofrecer una mayor resistencia a los virus ya que se ha observado un incremento considerable de melanismo en leopardos que viven en hábitats donde se han registrado pandemias.

Además, no hay que olvidar que la melanina proteger la piel captando la energía de los fotones —las partículas elementales de las radiaciones electromagnéticas— por lo que puede ser una ventaja para estos animales. Una ventaja más para estas “panteras negras” que tanto nos fascinan



4 Comments

  1. Félidos…¡¡¡No felinos!!!
    Los felinos son solo los gatos como subfamilia de los félidos, pero estáis hablando de la subfamilia llamada panterinos, que son FÉLIDOS.
    🙂

Deja una respuesta

Your email address will not be published.