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La guerra entre castellano y catalán sólo se libra en Madrid

El mundo educativo de Catalunya asiste perplejo a la campaña de la derecha y medios afines. La Ley de Educación se ha limitado a ordenar el sistema lingüístico vigente en los últimos 25 años

FERRAN CASAS / LEA DEL POZO


Alumnos de Primaria salen del aula de un centro educativo de la red concertada en Barcelona - GUILLEM SÁNCHEZ / ACN

El Parlament aprobó el miércoles la primera Ley de Educación de Catalunya (LEC). Horas después, la derecha mediática embistió fijándose sólo en el apartado lingüístico. Según sus tertulianos y portadas, la LEC acarrea, de facto, la “secesión” idiomática de Catalunya y condena al castellano al “destierro” de las aulas catalanas. Rajoy se aventuró a anunciar que, seguramente, el PP la llevará al Tribunal Constitucional y, a la defensiva, Zapatero llamó a no truncar “una paz ciudadana bastante amplia”.

La escuela catalana, hastiada y perpleja ante este tipo de campañas, se ha situado en el punto de mira. Pero el debate es recurrente e idéntico al que, ahora hace un año, provocó un manifiesto que afirmaba la supremacía del castellano frente al catalán, el gallego y el euskera. Se recogieron decenas de miles de firmas que reposan en algunas redacciones y sedes de partidos nacionalistas españoles.

La LEC se sancionó con amplísima mayoría gracias a CiU, PSC y ERC. ICV-EUiA votó en contra y, como los sindicatos, entiende que cuestiona el carácter público y progresista del sistema. Sólo el PP y Ciudadanos (17 de los 135 diputados del Parlament) esgrimieron el “conflicto” lingüístico.

La norma dota de marco legal al modelo de inmersión en catalán y otorga a la Generalitat una coraza para hacer valer sus competencias y no aplicar, por ejemplo, la tercera hora de castellano, cosa que hasta ahora tampoco hacía desoyendo un decreto estatal. Hacer una tercera hora (o más) dependerá de cada centro y de la realidad lingüística del entorno. Es decir, más castellano donde menos se hable y al revés. El objetivo sigue siendo que al acabar los alumnos dominen castellano y catalán por igual.

La comunidad educativa, desde 2006 inmersa en un debate que arrancó con el Pacte Nacional per l’Educació y que la LEC intenta cerrar, asume que la polémica del Ebro para abajo “tiene mucho de político y nada de pedagógico”. Ellos ni han tratado sobre la lengua.

Que el catalán debe seguir siendo “vehicular” para garantizar la igualdad de oportunidades sólo lo discuten asociaciones minoritarias y radicales del entorno de UPyD y Ciudadanos. El supuesto derecho de los castellanoparlantes a vivir al margen del catalán en Catalunya es su razón de ser.

El PP, como demostró su diputado Rafael López el miércoles, es más moderado. Saben que atacar ese consenso les penaliza y por eso la dirección hace equilibrios entre los duros del partido en Catalunya, espoleados por la dirección nacional y sus medios afines, y la voluntad de “normalizarse”.

Montserrat Ros, la líder de la federación de enseñanza de CCOO, es tajante: “A la comunidad educativa le importa un bledo el debate de la lengua porque es irreal. No hay problema. El tema se zanjó con la inmersión. El problema es del catalán, que está en retroceso”, zanja. Sí admite el empeño de ERC en que el asunto se visualizara en la LEC. “Blindar la inmersión fue su condición para transigir en asuntos como cuestionar el modelo público”, apunta.

Los partidos han incorporado a la ley lo que consagra el Estatut y varios decretos vigentes sobre usos lingüísticos en la red pública y concertada. La comunidad educativa coincide en que no hay, por tanto, novedad sobre la que sostener que habrá menos castellano.

El otro gran sindicato de las escuelas, la USTEC, que también se opone a la LEC, es favorable al blindaje del modelo lingüístico. Su portavoz Rosa Cañadell carga contra la tercera hora de castellano, que no se aplicará a no ser que el TC tercie. “No hacía falta. Ningún informe demuestra que los niños saben menos castellano que en el resto del Estado”, afirma antes de mostrarse de acuerdo con la autonomía de centros y maestros para, con criterio pedagógico, distribuir las horas de lenguas en función de la realidad social y lingüística. Además, como recuerda Ros, la sintaxis o estructura morfológica se suele impartir conjuntamente para ambas lenguas. Y en Catalunya se da, a diferencia del resto del Estado, una hora adicional semanal de clase concediendo así más margen.

El presidente de la Confederación Estatal de Movimientos de Renovación Pedagógica, Ricard Aymerich, sostiene que el tema “se vive con naturalidad hasta que se politiza” y que se utiliza “más el castellano que el catalán” en algunos ámbitos educativos. Coincide con las sindicalistas en que el sistema perdura por el “consenso generalizado” en torno a un método que Jordi Pujol pactó con la pedagoga Marta Mata, del PSC, en los 80. Y en 1994 el TC falló a su favor como vía para garantizar el aprendizaje del castellano y, a la vez, hacer del catalán una “realidad efectiva”. El alto tribunal avaló la discriminación positiva como un método eficaz para “corregir situaciones de desequilibrio heredadas”.

Preocupan otras cosas. Aymerich indica que lo que es necesario es plantearse un “cambio metodológico global” y, en el capítulo lingüístico, la representante de CCOO lamenta que el problema es que se acaba con un nivel “no suficiente” en ninguna de las dos lenguas. Diagnostica que el problema está en la masificación de los parvularios.En la posición de la comunidad educativa (padres incluidos) está, seguramente, la razón del poco eco que encuentran algunas portadas en las calles de Catalunya.

¿Se podrá estudiar en castellano?

La lengua vehicular es el catalán. Sin embargo la LEC establece que en la “primera enseñanza”,  si los padres lo piden “en el momento de la matrícula”, se podrá  recibir atención individual con el castellano como vehicular.

¿Hasta ahora se podía aprender en español?

Hasta ahora era casi igual. Lo regulaba la ley de política lingüística de 1998. Poquísimos padres pedían educación vehicular en castellano. Según los últimos datos –extraoficiales–, 23 familias sobre un millón de alumnos.

¿Se permite separar a los alumnos?

Las LEC prohibe separar alumnos por lengua en diferentes líneas o centros.

¿Cuántas horas de catalán hay?

La mayoría de las escuelas de Catalunya imparten tres horas de catalán y dos de castellano a la semana. Sin embargo, estas horas se van adaptando y cambiando en función de la realidad social.

¿En qué hablan los docentes?

La LEC establece que los docentes “normalmente utilicen el catalán en las actividades de enseñanza y de aprendizaje”. La realidad es que en muchas zonas, sobre todo de la provincia  de Barcelona, ambas lenguas se combinan en las aulas.

¿Cuáles son los resultados?

El informe Pisa de 2007 da una media de comprensión lectora de 477 puntos en la OCDE. En España, para el castellano es de 461. Los niños catalanes tienen una calificación superior (477), al igual que gallegos (479) y vascos (487). Los andaluces, monolingües, 445 puntos.

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