GINEBRA.- El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, alabó este lunes la iniciativa de las alcaldesas de Barcelona y Madrid, y de los ediles de otras ciudades europeas, de ofrecer plazas de reubicación para refugiados.

En su discurso ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que comenzó su segunda sesión regular del año, Zeid "alabó" las políticas tomadas por los alcaldes de Barcelona, Madrid, Lampedusa y París, entre otras localidades, por su solidaridad y su ejemplo. "Con varias ciudades europeas como Barcelona y Madrid listas para reubicar y asentar personas, los Estados de la Unión Europea necesitan cumplir sus compromisos", sostuvo.

Zeid recordó que en septiembre de 2015, los Estados miembros se comprometieron a reubicar 160.000 refugiados estancados en Grecia e Italia, pero hasta el mes pasado, sólo 1.600, menos de un 1% ─destacó─ han sido realmente reubicados. "Vemos una tendencia creciente a no cumplir con los compromisos internacionales, el rechazo de la más básica humanidad, y el portazo en la cara de seres humanos necesitados", denunció.

De hecho, el alto comisionado instó a Europa a encontrar la manera de resolver la crisis migratoria de forma que respete los derechos humanos, "incluido en el contexto del acuerdo con Turquía". "Es totalmente posible crear un sistema de gobierno migratorio que funcione, incluso para amplios números de personas, y respetar los derechos individuales de los que necesitan protección. Si los gobiernos europeos pueden acabar con la histeria y el pánico de la ecuación, estoy seguro que podrán lograrlo", subrayó.

Zeid denunció que los solicitantes de asilo y migrantes que están estancados en Grecia e Italia estén retenidos contra su voluntad en centros de internamiento mientras se resuelve su situación. "Incluso niños no acompañados están confinados en prisiones o en centros rodeados de vallas de alambre de espino. La detención nunca es en el mejor interés del niño, que tiene que ser prioritario sobre los objetivos de inmigración". Finalmente, el máximo responsable de la derechos humanos de la ONU lamentó la "amplia retórica anti-inmigración" que se ha expandido en el continente europeo, que, según sostuvo, sólo incita a la xenofobia.