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70-69. El Madrid remonta al Armani Jeans Milano en los últimos segundos y respira en la Euroliga

EFE

El Real Madrid calmó las aguas turbulentas por las que discurría en la ACB en la pista del DKV Joventut, al que derrotó el domingo pasado a domicilio, y también ha tranquilizado el movimiento de la nave en la Euroliga ayudado por un calendario que le brindaba otro partido en casa, frente al Armani Jeans Milano italiano, después de capitular contra el CSKA Moscú más accesible que se recuerda en los últimos tiempos.

Felipe Reyes guarda la chispa del Real Madrid. El pívot campeón del mundo eleva las miras de un equipo respaldado por los resultados y el juego de la mano de Joan Plaza que, esta temporada, por primera vez, se enfrenta a una puesta en escena complicada. El Madrid parece uno con Reyes en pista y otro cuando el ex colegial coge sitio en el banquillo.

Vivía en el alambre antes de saltar a la cancha del Joventut y de recibir al bloque de Piero Bucchi y, despachados ambos escollos, puede permitirse el lujo de disfrutar mejor temperatura ambiente. Se lo debe a Reyes y, desde luego, al estadounidense Louis Bullock, autor de la canasta que permitió al grupo español enjugar cinco puntos de desventaja en el último minuto para ganar por un solitario tanto.

El arsenal madrileño da para mucho más, pero la experiencia del ejercicio pasado, desfigurado en las citas que no perdonan los fallos, varió la perspectiva madridista hacia la etapa 2008-09. Los de Vistalegre han planificado el trabajo con la idea de conseguir el momento óptimo de forma para más adelante, para estar eufóricos en el tramo decisivo de los títulos.

Los blancos han planificado el curso con la intención de carburar como la seda más tarde, cuando la manga ancha se cierra y las consecuencias de cada resultado brotan según suena la bocina, cuando ya no hay errores gratuitos.

El concepto entra dentro de lo habitual. Los equipos grandes saben que el reparto de habichuelas queda lejos, que disponen de un margen inicial para el borrón que, con el paso de las jornadas, desaparece. La estrategia, por generalizada que sea, requiere un mínimo y el Madrid echa de en falta resortes para vadear ileso la etapa de ajustes y plantarse en el tramo caliente de la temporada con solidez.

Reyes le está salvando de la quema. Bullock también. El griego Lazaros Papadopulos, un enorme jugador, no acaba de sacar lo que lleva dentro, los problemas físicos han afectado a varios jugadores, el nacionalizado Venson Hamilton necesita tiempo y el calendario no atiende a planificaciones de ningún tipo (CSKA Moscú, Tau Vitoria, DKV Joventut....).

El Madrid despegó con mejor aspecto que nunca esta temporada. El estadounidense Louis Bullock veía aro (dos triples en el primer cuarto), el también americano Jeremiah Massey firmaba once puntos como titular, el rebote ignoraba a los italianos y la producción local dentro de la zona dictaba sentencia.

Diez puntos en la pintura y el buen funcionamiento global anunciaban un distanciamiento madridista inminente (21-12). Pero Reyes enfiló el banquillo, entró Papadopulos y, sin saber porqué, sin que el heleno fuera responsable único y directo, el cuadro milanés levantó el vuelo.

El Milano cogió el mando del tanteo mediante un parcial de 0-10 (21-22), enseñó los dientes (2-17 y 23-29 m.16) y Reyes tuvo que abandonar urgentemente la placidez de la banda para regresar al meollo de la pugna. El rebote había pasado a manos milanesas, la ventaja había cambiado de manos y una tarde con aspecto placentero para los locales oteaba nubes en el horizonte.

Reyes intervino tímidamente en ataque a la vuelta del banco. Pero su mera presencia modificó el decorado. El belga Axel Hervelle asumió esa parte del trabajo. Embocó ocho puntos -un par de triples - y reanimó al Madrid a tiempo de dar caza a los italianos antes del intervalo (37-38).

El ala-pívot alteró las sensaciones. Hervelle convirtió la figura de un bloque sumido en la confusión en el perfil de un conjunto que empieza a desplegar las alas. Al menos en lo estético, un aspecto de tremenda influencia en lo psicológico. Aunque también en lo práctico.

El Madrid abandonó los bandazos entre la desorientación y la esperanza para asentarse entre ambos extremos y trazar un camino de estabilidad para aplacar la inquietud de un rival sumido en las urgencias que provoca la necesidad de triunfos (0/3 en los tres primeros partidos continentales).

Algo parecido sucedió en los entresijos del equipo italiano. El tercer cuarto discurrió en medio de un tira y afloja más propio para la ocasión que los impredecibles altibajos anteriores (51-51 m.30) y preparó el escenario para el corte final con un Madrid pendiente de solucionar la papeleta (56-53) y aprovechar el impulso de la victoria del pasado domingo en la pista del DKV Joventut.

Los blancos trataron de explotar el éxito de Badalona, pero la escuadra italiana atisbaba el abismo mucho más próximo. En la penuria descubrió la fuerza para anotar un parcial de 8-16 y meterse medio partido en el bolsillo a poco más de cincuenta segundos para la bocina (64-69), aunque en casa de un adversario que nunca ha traicionado la virtud de la entrega.

Igual que Bullock nunca ha rehusado la responsabilidad de un lanzamiento decisivo. El 70-69 hay que agradecérselo al compromiso del estadounidense. La ocasión de intentarlo a la constancia de Reyes y a la entrega de un equipo que está, en lo humano, por encima de los resultados.

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- Ficha técnica:

70 - Real Madrid (21+16+19+14): Sánchez (-), Bullock (8), Mumbrú (8), Massey (15), Reyes (15) -cinco inicial-, Hosley (-), Papadopulos (-), Llull (11), Hervelle (10) y Tomas (3),

69 - Armani Jeans Milano (20+18+15+16): Hawkins (13), Sangare (2), Hall (21), Thomas (9) Rocca (4) -cinco inicial-, Vitali (6), Katelynas (4), Beard (2), Mordente (5) y Bulleri (3).

Árbitros: Belosevic (SRB), Rocha (POR) y Jasevicius (LTU). Excluyeron por personales a Beard (m.32) y Rocca (m.40)

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