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El arte de la mentira política

Las maniobras de Francisco Camps

ERNESTO EKAIZER

Francisco Camps ha echado un verdadero pulso a Abraham Lincoln, quien escribió aquel apotegma que ya es famoso en la politología: 'Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo'. Pero quizá le faltara agregar: 'Salvo que se dejen'. El presidente valenciano ha engañado a todos todo el tiempo hasta ahora.

Convocó al Comité Ejecutivo, máximo órgano del PP valenciano entre congresos, para el pasado martes y anticipó al respetable público, bajo presión intensa de los lugartenientes de Mariano Rajoy, que su número dos, Ricardo Costa, sería cesado.

Camps ordenó que nadie hablara en la reunión del Comité Ejecutivo

Eran las seis y media en punto de la tarde, en el umbral mismo de la reunión del Comité Ejecutivo, cuando Camps y Costa llegaron finalmente a sellar un pacto. Camps le dijo que le parecía muy bien su idea, lanzada públicamente esa mañana, de que si Génova aceptaba formar una comisión para investigarle él dejaría temporalmente sus funciones, y también que apoyaba su permanencia como portavoz del partido en las Cortes.

Momentos antes de comenzar la reunión se esparció la orden de que nadie debía hacer uso de la palabra. Costa explicó su propuesta. Siguió Camps, quien dijo que apoyaba lo que proponía Costa y a renglón seguido hizo lo que uno de los participantes ha calificado como una 'arenga', a favor de la unidad del partido contra la cacería que, según el presidente, se impulsa contra el PP valenciano. Cuando alguna gente levantó la mano como para votar se le dijo que no, que no se iba a votar, que aplaudieran ya que llegaban los medios de comunicación y era necesario exhibir el clima de unidad y felicidad.

Ha logrado engañar a todos todo el tiempo... aunque sea de momento

En un texto cuya dudosa autoría se atribuye al escritor irlandés Jonathan Swift, El arte de la mentira política, se aborda, según evoca el profesor Jean-Jacques Courtine, la reflexión política de La República de Platón y de El príncipe de Maquiavelo: ¿Es necesario ocultar la verdad al pueblo por su propio bien, engañarle por su propia salud? Según el texto atribuido a Swift, 'la mentira política es el arte de convencer al pueblo, el arte de hacerle creer falsedades saludables para un buen fin'.

La falsedad saludable que Camps transmitió a su Comité Ejecutivo requería ahorrarse las huellas. Por esa razón no quiso que se votara ni que hubiera debate. Eso le permitía mentir a discreción. Pero, he aquí un problema: Camps vació de contenido la reunión. El Comité no resolvió nada porque nada fue sometido a su consideración.

Ayer Camps, al abordar la ejecución sumaria de Costa impuesta por Rajoy, dijo lo siguiente: 'Cese en relación a lo que se propuso, por unanimidad. Cese en relación a lo que el partido decidió ayer'. ¿Es que ninguno de las decenas de asistentes al Comité Ejecutivo va a levantar su voz para decir que se le hurtó el debate y que, por tanto, no pudo decidir lo que no se sometió a consideración? ¿Unanimidad cuando se pidió que nadie hiciera uso de la palabra y que debían limitarse a aplaudir ante los medios? Por orden e instrucción de Francisco Camps Stalin.

El cuartel general de Génova ha ejecutado sumariamente a Costa cuando el padrino de la operación Gürtel valenciana ha sido el hombre que ha logrado convertir aparentemente en papel mojado el apotegma de Lincoln. Ha conseguido engañar a todos todo el tiempoaunque no sea más que de momento. Tal vez porque se hayan dejado

 

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