Este artículo se publicó hace 15 años.
"La banca tiene miedo"
El presidente del ICO tiene en sus manos el control de casi 40.000 millones que deben llegar a empresas y familias para minorar la crisis
El presidente del ICO, la entidad pública a través de la que el Gobierno está intentando hacer llegar el crédito a las empresas y los hogares, no cree en salidas milagrosas a la crisis. Confía en que las medidas del Ejecutivo ayuden a que el crédito fluya, pero admite que el mercado tiene que ajustarse y que va a ser duro.
Las empresas tienen que olvidarse de financiar los proyectos sólo con créditos, sin poner capital propio como hacían antes, y los hogares de que el banco les dé todo lo que piden.
El ritmo de los últimos años es insostenible, según Aurelio Martínez, las entidades tienen miedo porque, en este contexto de crisis, no ven nada claro quién tiene la solvencia suficiente para devolver los créditos.
«La economía tiene elementos positivos que funcionarán en seis o nueve meses»
¿Cómo resumiría la situación actual de la economía española?
La economía española está en una fase de ajuste rápido con una desaceleración importante del PIB. En este contexto, hay un acusado incremento de la destrucción de empleo. Pero también hay elementos positivos que funcionarán en seis o nueve meses, como la bajada del Euribor, que implicará un ahorro financiero de 18.000 millones de euros para los hogares; la desaceleración de la tasa de inflación, que nos permite restablecer la competitividad, y la depreciación del euro frente al dólar.
¿Cómo afecta a la crisis que haya menos crédito?
«El problema de la banca ahora no es la liquidez, sino la dificultad para valorar los riesgos»
En este momento, ya hay liquidez en el sector financiero. Los mercados han empezado a absorber emisiones de deuda, eso sí de muy alta calidad, procedentes de los gobiernos y de las grandes corporaciones. La liquidez ha dejado de ser un problema en España porque entre el fondo de adquisición de activos a la banca, los avales públicos y los créditos del ICO, el Estado va a inyectar en la economía española casi 200.000 millones de euros. Es el esfuerzo financiero más grande que nunca se había hecho en la economía española; es el 18% del PIB español.
Entonces, ¿por qué no acaba de llegar o llega despacio el dinero a las empresas y hogares?
Porque los 200.000 millones no se han emitido todavía o no han llegado aún, y porque las entidades financieras se están encontrando con un segundo problema que es la valoración del riesgo. Los departamentos de riesgos de los bancos son muy sensibles a prestar a empresas porque no tienen la seguridad de que les vayan a devolver el dinero. Esa es la razón fundamental, que las entidades financieras miran mucho más las solicitudes de créditos.
«El Estado no puede avalar a las pymes como a la banca porque es más difícil su seguimiento»
¿Cómo se puede solucionar?
En la valoración del riesgo no hay soluciones mágicas. Algunos piden que desde el Estado se avale a las empresas, y eso es muy complicado porque no tenemos instrumentos públicos suficientes para analizar los balances y los proyectos de futuro de las empresas una a una.
Si el Estado compra activos a la banca y avala sus emisiones, ¿por qué no también a las empresas?
Porque entidades financieras hay 90 y empresas, 3,5 millones. Y también porque las entidades están inspeccionadas, controladas y vigiladas por el Banco de España y las empresas no. En resumen, el sistema financiero tiene varios sistemas de seguridad y con las empresas es más complicada la valoración y más difícil su seguimiento y vigilancia.
¿Y a través de Sociedades de Garantía Recíproca?
Las SGR están haciendo su papel y habría que intentar que este fuera más activo. Se las podría reavalar a través de CERSA (reaseguradora de las SGR), pero su impacto es pequeño todavía y no creo que sea la solución a corto plazo. Se podría consolidar como instrumento para el futuro, en el que las comunidades se implicaran cada vez más.
¿La solución podría ser la creación de un banco público que asuma los riesgos que rechazan las entidades privadas?
En el pasado teníamos una banca pública y se privatizó porque el resultado no fue bueno. Se usó como un instrumento de gobierno para hacer política económica directa y acabó desprestigiada. Yo creo que volver a resucitarla es complicado, casi imposible. Creo que hay que apostar por una banca (pública) de segunda generación, en la que el Estado no interviene tan directamente, salvo en operaciones estratégicas o muy grandes, que se consideren vitales para el desarrollo de la economía española. Lo fundamental es que esta entidad (lo que hace el ICO) desarrolle productos y busque colaboración con los bancos para que los distribuyan. La ventaja es que así llega a toda España de manera inmediata. El inconveniente es que la decisión última de la concesión del crédito la toman las entidades financieras privadas. Para ayudar a que acepten más peticiones, lo que hay que hacer es flexibilizar las líneas de liquidez. No sólo inyectarles fondos, sino también asumir parte del riesgo. Es la vía más razonable. Son mecanismos buenos.
¿Las entidades españolas están a la altura de la crisis o no se comportan como deberían?
Las entidades españolas están aguantando comparativamente mejor que la media mundial. Pero no son inmunes; nadie lo es. Mientras las de otros países han tenido que ser intervenidas, nacionalizadas o fusionadas, las nacionales han aguantado bien. Pero en un momento tan complejo macroeconómica y financieramente, con una concentración tan fuerte en el sector inmobiliario (el 47% del crédito concedido a las empresas está en el ámbito inmobiliario), tienen que ser extremadamente cautas y mirar los riesgos con extremada prudencia.
¿Podrían hacer algo más?
En términos objetivos siempre se puede hacer más. Todos podemos hacer un poco más: la banca, el ICO... todos. Es difícil la valoración. Si yo tuviera que gestionar alguna entidad financiera privada lo haría con criterios muy prudentes.
¿Están notando que las entidades no quieran colocar los créditos del ICO?
Nuestros instrumentos están ahí, al alcance, pero nos estamos precipitando a la hora de valorar el comportamiento de las entidades. Históricamente, a las líneas del ICO les ha costado introducirse. Con la publicidad que están haciendo las entidades financieras de la Línea ICO-Liquidez yo creo que se va a agotar en dos meses. No me puedo creer que vaya mal. Sería contradictorio para ellas mismas.
¿Habrá que traspasar entonces parte de los 10.000 millones de la Línea ICO-Pyme a la de Liquidez?
Aunque se suban los márgenes de esta línea, la inversión de las pymes está cayendo y es razonable que no vaya con mucha fuerza. Tenemos autorización para traspasar parte sus fondos. Y si hiciera falta todavía más, se volverá a ampliar.
¿Circunstancias excepcionales no piden soluciones excepcionales?
Yo creo que las entidades financieras hacen su negocio prestando y no creo que tengan ninguna maldad no dando el crédito. Es absurdo. ¿Cómo va una entidad a decidir que no vende? Lo que sí es verdad es que tienen problemas de valoración de riesgos. Tienen miedo. Todos los departamentos de riesgos dudan de los balances que les presentan sus clientes. Luego está el problema de que las empresas españolas, probablemente impulsadas por las entidades financieras en momentos de exuberancia, se acostumbraron en el ciclo anterior a acometer sus proyectos de inversión sin poner apenas capital propio y tirando únicamente del crédito bancario porque se lo ofrecían barato. Eso ahora ha cambiado; cuando los bancos hacen sus análisis de riesgos piden al cliente que ponga más capital, que arriesgue algo. Y los particulares igual. Nos hemos acostumbrado a que nos financien el 100% de la casa y a que nos compren el coche para captarnos como cliente. Pero esto ya no puede ser; ese ritmo es imposible de seguir. Es un ajuste complicado.
Las entidades españolas se quejan de desventaja competitiva con las europeas por las ayudas públicas de otros países...
Los bancos han protestado y también lo ha dicho el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, porque podrían estar introduciendo competencia desleal en el sistema. Debería haber una normativa homogénea sobre cómo enfrentarse a los activos tóxicos para evitar esas diferencias. Es muy difícil, porque cada país está pensando su propia normativa. Unos parámetros mínimos iguales en todos los países sería lo sensato. Yo creo que las entidades financieras españolas llevan en este aspecto algo de razón, como el propio Gobierno ha dicho.
¿Si lo hacen en otros países, España debería seguir esa línea para no quedar en desventaja?
Habrá que ver en qué porcentaje y cómo se hace. Ya hay algunas ventajas en algunas entidades europeas. Si has nacionalizado la banca, el nivel de riesgo de esa entidad ya es diferente. Estamos ante tantas medidas que generan tanta distorsión que hay que hacer una valoración un poco más global. Hay que esperar un poco y ver qué decide el Ministerio de Economía. Las entidades financieras españolas nunca han querido la nacionalización porque les quitaría autonomía. Es una decisión compleja.
¿Es posible que haya que llegar a recapitalizar alguna entidad financiera porque tenga problemas?
Por ahora, aparentemente no. Las cuentas que se están cerrando de 2008 son de beneficios razonables, y eso que la mayoría de las entidades, otras no tanto, están dedicando parte de sus resultados a una dotación prudencial para cubrirse en 2009. A pesar de eso, el agregado está bien. Lo crucial es este primer semestre.
¿Sería eficaz que medidas como la limitación de sueldos se trasladaran a España?
Ya ha habido entidades que en este contexto de crisis se han autolimitado. Me parece razonable. Las remuneraciones que se pagan en el sistema financiero son muy altas. Yo, más que cambiar las cantidades, cambiaría el sistema. El sistema de retribuciones en este momento se ha fijado mucho en el corto plazo, en los resultados del mismo año. Eso no tiene ningún sentido. Yo creo que debería buscar la estabilidad de la empresa, y su solvencia y perdurabilidad a largo plazo. Alguna de las operaciones de alto riesgo que se han acometido quizá no se hubieran hecho en un contexto de largo plazo, a cinco o diez años.
¿Cómo valora el plan de rescate financiero de Estados Unidos?
Ahora hay valoraciones muy apresuradas. La cuantía es ingente (1,5 billones de euros). El sistema de aislar los activos tóxicos ya está experimentado y funcionó en su momento, aunque tiene problemas como la fijación de precios o la absorción de las pérdidas. La primera valoración de los mercados ha sido bastante negativa. No sé si es porque se esperaba más cuantía o porque el sistema, tal y como está diseñado, no va a ser eficaz. Tengo que verlo más despacio. Mi intuición es que es un problema de diseño más que de cuantía, porque la cifra es muy elevada.
¿La solución a la crisis podría ser que las entidades pudieran, de alguna manera, aplazar sus pérdidas?
Es complicado, pero en todas las crisis ha pasado lo mismo. La solución en las crisis pequeñas es costear los problemas con la cuenta de resultados. En crisis más grandes se ha buscado hablando con el Banco de España o con lo que permiten los sistemas contables tener dos o tres años para poder absorber los activos malos y poder sanear las cuentas. La idea es buscar fórmulas para ganar tiempo y que el ajuste se haga a más largo plazo. Son fórmulas que tienen que ver el Banco de España y el Gobierno.
¿Por ejemplo?
Es el sistema que están aplicando los bancos y cajas al comprar activos a las promotoras en pago de los préstamos que tienen. Eso permite ganar tiempo porque la entidad tiene un par de años para deshacerse de los activos. Es un sistema que difiere el ajuste y minimiza las pérdidas, que se reparten entre la entidad y la empresa. Es una fórmula muy sensata. Da tiempo a que el mercado cambie. También la creación de un banco malo es una salida para ganar tiempo. Estas entidades compran los activos tóxicos y difieren el problema. Además, fijan un precio a esos activos y afloran las pérdidas de las entidades en función de la reducción que hacen de la valoración de esos activos. Si lo llevan inmediatamente a sus balances, están obligados a recapitalizarse para que la solvencia se mantenga. El banco malo mientras tiene un tiempo para ir saneando sus activos.
¿Pero también se retrasa el ajuste?
Ahora no sabemos cuántos son los activos con problemas ni a qué ritmo crecen. Por tanto hay que ser dinámico en la aceptación y el diferimiento. Estos 2,2 billones de dólares de activos tóxicos que calcula ahora el Fondo Monetario Internacional no será la última cifra que dé. La subirá seguro.
¿Ve posible la creación de un banco malo en España?
Por ahora no.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.