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Barack Obama, favorito en un país cada vez más cambiante

El aún presidente confía en conseguir la reelección ya que cuenta con el apoyo de los nuevos electores clave: hispanos, mujeres. El huracán 'Sandy' ha jugado en su favor y los sondeos le avalan en los estados bisagra

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De las presidenciales de 2012 emerge la imagen de una país en crisis, cada vez más variado desde el punto de vista demográfico, lo que tendrá implicaciones diversas en los comicios, sobre todo en el partido republicano que no parece adaptarse; todavía inquieto por la crisis económica; y que sigue confiando en la figura del presidente en tiempos de catástrofe, como parece demostrar el huracán Sandy.

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El propio Karl Rove, cerebro del expresidente George Bush, lo reconocía la semana pasada, Sandy ha sido buena para Obama. "Sin la tormenta, Romney hubiera tenido más oportunidades de hablar del déficit, de la deuda, de la economía. La campaña se paró. Cuando la atención se centra en otro tema, no es bueno", dijo. Sobre todo si el otro tema es una catástrofe tan dramática como fotogénica, que ha recordado todos los errores cometidos durante el huracán Katrina en 2005 y las declaraciones del candidato republicano sobre lo mucho que recortaría FEMA, la agencia de gestión de desastres que tanto falló en Nueva Orleans.

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"Sin la tormenta, Romney hubiera tenido más oportunidades de hablar del déficit, de la deuda..." "El más perjudicado, en principio, es Romney. El republicano venía repuntando en las encuestas y ganando momentum gracias a un avance notable en segmentos demográficos clave, como el voto femenino. Este impulso se cortó", asegura Claudio Remeseira, analista de la Universidad de Columbia. "El margen de acción del exgobernador quedó también reducido: sus primeras apariciones públicas para pedir ayuda para los damnificados y recibir donaciones de sus simpatizantes lo muestran en un papel claramente menor que el que le toca desempeñar a Obama como comandante en jefe. Y en un país que tiende a unirse después de una crisis, cualquier ataque excesivo hacia el presidente puede enojar a los votantes en disputa".

Los primeros sondeos son favorables al presidente. Según una encuesta del Washington Post del 31 de octubre, prácticamente 8 de cada 10 posibles votantes, incluyendo dos tercios de los simpatizantes de Romney, consideran que Obama ha hecho un trabajo "excelente" o "bueno" en su manejo de la tormenta.

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El domingo, el estadístico Nate Silver, que ya adelantó la victoria de Obama en 2008 equivocándose sólo en el resultado de uno de los Estados, publicó en su blog de The New York Times, una nueva predicción en la que le daba más de un 80% de posibilidades al candidato demócrata. 

Las elecciones no se juegan en todo Estados Unidos sino en unos pocos swing states, estados que se columpian entre las dos opciones políticas y que decidirán el ganador. En las presidenciales de 1960 y de 1976, los comicios se jugaban en una treintena estados, incluidos California, Illinois, Nueva York y Texas.

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Aunque son lo más poblados del país, apenas han estado presentes en el mapa electoral porque ya se sabe cómo votarán, los tres primeros por Obama, el otro por Romney. En estas presidenciales, tan sólo tres estados han monopolizado dos tercios de las etapas de las campañas: Florida, Virginia y sobre todo Ohio, que ha sido desmenuzado por los estrategas  y bombardeado sin piedad con propaganda de los dos partidos. Y eso que este último representa el 12% de la población estadounidense y tan sólo 19 de los 270 "grandes electores" necesarios para ganar.

Pero Ohio es la clave, ningún candidato ha conseguido la Casa Blanca sin llevarse este antiguo estado industrial, esencialmente blanco (83% de su población) que representa una idea un poco obsoleta del votante.

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No hay nada como las cifras para darse un buen baño de realidad.  Las tendencias demográficas no son favorables a los republicanos. Si Obama gana será gracias al voto de las minorías y de las mujeres. La proporción de votantes blancos se reduce cada vez más. Eran el 87% de los votantes en las presidenciales de 1992, las que llevaron Bill Clinton al poder, son ahora algo poco más del 70% y drececiendo. "Si Romney pierde", declaraba a la página web Político un estratega republicano, "será porque habrá hecho una campaña como en los años 90, que se centra sólo en los suburbios blancos, sin entender que el electorado es ahora mucho más diverso".

Según un reciente sondeo, el 74% de los hispanos votaría por Obama y el 26% por Mitt Romney En este nuevo contexto, la gran variante es el voto hispano. Cada cuatro años, con motivo de las presidenciales, se habla del poder del voto latino. Aunque este nunca acaba de materializarse este año podría realmente ocurrir. Los hispanos son una realidad muy presente. Primera minoría de Estados Unidos -50,5 millones de personas, 16% de la población- su peso no para de aumentar. Este año podrían ser clave en tres de los swing states: Colorado, Nevada y por supuesto Florida. En Arizona se han movilizado en una campaña sin precedentes para echar al que se autodenomina "sheriff más duro de América", Joe Arpaio, el símbolo de la ley antiinmigrantes, que por primera vez en un largo reinado de veinte años, se arriesga a perder su puesto.

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Según un reciente sondeo de Latino Decisions, el 74% de los hispanos votaría por Obama y el 26% por Mitt Romney que propone a los ilegales "auto deportarse". Datos de anteriores presidenciales apuntan a que ningún candidato ha llegado a la Casa Blanca sin al menos el 40% del voto hispano.

Un grupo de mujeres porta una pancarta a favor de Obama durante un mitin en Cincinnati. Reuters

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Las mujeres han sido otro de los grandes temas de este campaña a raíz de toda la polémica generada en torno a algunas declaraciones inauditas del bando conservador. El partido republicano ha adoptado una plataforma muy extrema, más parecida a la visión del candidato a vicepresidente Paul Ryan, un católico conservador que propuso otorgar derechos al feto.

Obama aventaja en 11 puntos a Romney en intención de voto de las mujeres En 2011, Ryan y otros republicanos patrocinaron un proyecto de ley que pretendía fortalecer las prohibiciones federales a la financiación del aborto e instalar el concepto de "violación forzada". La tormenta política desatada de las polémica declaraciones del representante de Misuri, Todd Akin, sobre la "violación legítima" tampoco ha ayudado a los republicanos.

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Las mujeres también parece confiar mas en Obama en el tema económico. Una reciente encuesta del Washington Post apuntaba que el presidente estadounidense gozaba de 11 puntos de diferencia (48% frente a 37%) frente a Romney en el voto de confianza femenino para sacar al país de la recesión.

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