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Bélgica pide el "estricto respeto" de la legislación de la UE en la venta de Opel

EFE

El Gobierno belga quiere que la operación de venta de Opel al fabricante austríaco-canadiense Magna se lleve a cabo con "estricto respeto" a la legislación comunitaria y reclama a las autoridades alemanas que informen adecuadamente a todos los países afectados por la operación.

Bélgica recibió el viernes con decepción el anuncio de General Motors, la matriz de Opel, de que, tras hacerse con la marca europea, Magna procederá al cierre progresivo de la fábrica que el constructor tiene en Amberes, en la que trabajan 2.600 personas.

El titular belga de Exteriores, Yves Leterme, aprovechó ayer un encuentro ya previsto con los secretarios de Estado de Comercio de España, Silvia Iranzo, y de Competitividad de Hungría, Zoltan Mester, para acordar con ambos países, donde también hay plantas de Opel, el intercambio de información sobre el caso Opel.

En declaraciones a la agencia Belga al término de la reunión, Leterme se quejó de que Alemania no ha invitado al Gobierno belga a una cita para discutir cómo se repartirán las garantías públicas que hay que ofrecer a Opel para que salga adelante la operación de rescate.

El Ejecutivo belga insiste en que el asunto requiere un "enfoque común europeo" y considera especialmente importante garantizar que no hay ayudas de Estado ilegales.

Leterme dejó claro que, en caso de sospecha, Bélgica denunciará el asunto a la titular comunitaria de Competencia, la holandesa Neelie Kroes.

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