Público
Público

El calentamiento global mejora la producción inglesa de vino

Reuters

Los recolectores británicos de una empinada ladera, que trabajan recortando racimos de pequeñas uvas púrpura entre hileras de viñedos, pueden considerarse precursores de un planeta más cálido.

En los últimos años unas pocas bodegas británicas, ayudadas por primaveras y otoños más afables, han revivido una tradición de vinos tintos que murió hace unos 600 años.

Los aficionados al vino hasta ahora muestran discrepancias, pero dicen que en un futuro los mejores tintos podrían provenir del norte del canal inglés si una conferencia mundial prevista para el mes próximo en Copenhague no logra acordar un pacto sobre el cambio climático.

"Nos ha beneficiado el calentamiento global", dice Chris White, gerente general de Denbies Vineyard, a unos 40 kilómetros al sur de Londres, mientras observa bandejas plásticas de uvas Pinot Noir que son vaciadas en una prensa vinatera en su bodega.

"El clima determina las variedades de uva que puedes cultivar", afirmó.

Los expertos en el clima han advertido que el calentamiento global modificará los patrones de siembra para los cultivos, hasta el punto que algunos países del tercer mundo podrían volverse demasiado cálidos o secos para cultivar suficiente trigo y maíz y alimentar su mercado interno.

Los dueños de viñas tienen claro que el aumento de temperaturas ya ha redibujado el mapa internacional del vino, y hay regiones que están desarrollando características propias de zonas más al sur.

"Borgoña se ha vuelto más grande y más madura", dijo a Reuters el crítico de vinos Robert Joseph. "Alsacia, al noreste de Francia, que solía producir un vino tinto muy ligero, ahora hace un vino tinto con mucho más cuerpo. Lo mismo pasada en Alemania", indicó Joseph.

CULTIVOS DIVERSOS

El vino es especialmente sensible al clima y a la temperatura porque su único valor radica en su sabor.

Si hace demasiado frío, las uvas no desarrollarán sabores frutales ni producen suficiente azúcar, generando un vino ácido.

Sin embargo, si hace demasiado calor, las uvas producen demasiado azúcar, generando un vino almibarado y rústico.

"Para que un vino funcione una uva debería tener un equilibrio armónico de azúcar y acidez", dijo Simon Field, comprador en el mercado de vinos Berry Brothers and Rudd.

Los vinos con espuma son los más indulgentes con las uvas poco maduras. Los vinos tintos son los que más calor y luz del sol necesitan.

"En el espumante no necesitamos los sabores complejos que uno esperaría de un tinto", indicó White.

Este es el motivo por el que la región de Champagne en Francia, que tiene un clima fresco parecido al del sur de Inglaterra puede producir los mejores vinos espumantes del mundo. Ambas regiones además tienen el mismo suelo calcáreo, lo que explica las pequeñas esquirlas de piedra blanca en el suelo en la finca de Denbies.

Estas similitudes han ayudado a los vinos espumantes ingleses a derrotar a sus rivales de Champagne en ocasionales catas a ciegas.

No obstante, Reino Unido está mucho más al norte de las bandas de latitudes templadas donde las uvas tintas han crecido tradicionalmente.

Basándose en estudios de la universidad de Borgoña, Greenpeace dijo en un informe en agosto que las mejores latitudes para la producción de vinos en el hemisferio norte podrían moverse 1.000 kilómetros al norte a finales de este siglo si no se hace nada para detener el calentamiento global.

El informe hizo que 50 famosos chefs y sommeliers franceses escribieran una carta abierta al presidente Nicolas Sarkozy, instando a que tomase medidas, puesto que los vinos finos, "joyas de la cultura francesa", estaban en peligro.

Los productores de vinos británicos ven esta tendencia en parte como un péndulo que vuelve a moverse a su favor.

Reino Unido atravesó un "período medieval cálido" en los siglos en torno al año 1.000 D.C., dijo Philip Brohan, climatólogo del servicio meteorológico británico.

Esto posibilitó que la producción de vinos, introducida en Gran Bretaña por los romanos, prosperara bajo los normandos antes de perecer, dijo el profesor Richard Selley, autor de "The Winelands of Britain" (Los viñedos de Reino Unido).

Los historiadores dicen que un incremento en el comercio con Francia y la disolución de los monasterios en el siglo XVI por parte del Rey Enrique VIII -que operaban varios viñedos- también eran factores a tener en cuenta.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias