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Cervantes vuelve a la ciudad que le llevó a la cárcel y a escribir el Quijote

EFE

Cervantes ha vuelto este verano a Vélez-Málaga a través de unos recorridos teatralizados, cuatro siglos después de que tuviese en este municipio problemas con la recaudación de los tributos de Felipe II, lo que le llevó a la cárcel, en la que engendró, según sus propias palabras, el Quijote.

Un establecimiento hotelero de la localidad malagueña ha organizado unos recorridos nocturnos teatralizados por el casco antiguo, con actores que dan vida a personajes históricos que han tenido relación con Vélez-Málaga y sus monumentos.

La visita incluye el paso por la denominada Casa Cervantes, en la que según la tradición popular se alojó el escritor en 1594 cuando estuvo en Vélez-Málaga como recaudador de unos tributos atrasados, denominados tercias y alcabalas, dirigidos a la financiación de las empresas militares del país.

Allí, Cervantes se hace presente al público y explica sus avatares como cobrador de impuestos y cómo por no poder justificar una determinada cantidad, acabó en la Cárcel Real de Sevilla.

Antonio Manuel Peña, organizador de los recorridos y profesor de Historia, ha manifestado a Efe que el escritor tuvo que acudir a Vélez-Málaga hasta en dos ocasiones, ya que en la primera no logró cobrar todo lo que la ciudad debía al monarca.

Según Peña, la historia está documentada, ya que se conocen las cartas que Cervantes remitió al rey dándole las cuentas y a sus avalistas, y lo que ocurrió es que no pudo justificar una de las partidas de Vélez-Málaga y se le acusó de quedarse con el dinero.

"Por eso, en Vélez-Málaga se dice que, por culpa de los veleños, Cervantes fue a la cárcel y allí empezó a escribir el libro más importante de la literatura universal", ha señalado Peña.

Según el historiador, el municipio malagueño "dejó huella" en el escritor y prueba de ello es su inclusión en la primera parte de "El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha", en el capítulo 41, en el que se narran las aventuras del capitán cautivo Ruy Pérez de Viedma.

Se trata de una novela corta insertada en el Quijote, de tintes autobiográficos, ya que su protagonista, al igual que Cervantes, estuvo cautivo en Argel.

Tras conseguir volver a la Península, Pérez de Viedma desembarcó en las costas de Málaga y una de las personas que le acompañaban afirmó: "¡Gracias sean dadas a Dios, señores, que a tan buena parte nos ha conducido! Porque, si yo no me engaño, la tierra que pisamos es la de Vélez-Málaga".

Peña ha considerado que es una frase "laudatoria por la llegada a Vélez-Málaga, agradeciendo la bonanza de esta tierra", por lo que ha argumentado que el escritor "no debió de pasarlo tan mal, y si después fue a la cárcel por culpa de los veleños, eso parece que no le dejó marcado".

De lo que no hay constancia histórica es de que el inmueble en el que se hospedó el "Manco de Lepanto" fuese la actualmente conocida como Casa Cervantes, una casa-palacio del siglo XVI propiedad de una de las familias principales del cabildo municipal, los Anaya Vélez de Mendoza.

"Es muy extraño que un recaudador de impuestos se alojara en la casa de una de las familias más distinguidas de la ciudad, pero seguro que tuvo que pasar por su puerta, ya que está enclavada en lo que era la entrada a Vélez-Málaga por el camino real de la costa", apunta el historiador.

El último recorrido teatralizado de la temporada tendrá lugar este sábado y en el acompañarán a Cervantes otros personajes históricos como Isabel la Católica o la marquesa de Quintana.

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