Este artículo se publicó hace 14 años.
Christiania, el mercadillo más hippie
El barrio bohemio y libre de Copenhague también tiene en esta época navideña un espacio con el toque alternativo que le caracteriza.

Hace treinta años un grupo de jóvenes idealistas se trasladó a un cuartel militar abandonado de Christianshavn (puerto de Christian) con el fin de formar una nueva comunidad libre. Y lo consiguió, pese a que el camino no fue fácil y la historia, larga y llena de batallas, tuvo más de una derrota, pero también victorias. Esta comunidad independiente con un estatus semilegal fue todo un experimento social que hoy sigue manteniendo vivos muchos de esos ideales, por eso cuando uno viaja a Copenhague no puede dejar de pasar por alto este barrio. Desde finales de noviembre y hasta finales de enero su interés es aún más especial gracias a que acoge el mercadillo más hippie de la ciudad. Uno puede perderse un día entero recorriendo sus puestos donde se vende todo tipo de artesanía hecha por los propios habitantes del barrio, pero no es lo único que engancha, aquí el arte se mezcla con la gastronomía y la música en vivo, lo que hacen del mercado una completa fiesta.
En Christiania viven cerca de un millar de personas, familias enteras que conviven bajo unas normas de libre convivencia, en un área de 34 hectáreas que se organiza en torno a Pusher Street, mitad asfalto, mitad adoquinada y mitad de tierra. Los vehículos a motor brillan por su ausencia, se lleva la bicicleta, el reciclaje es una de sus máximas y las viviendas -con las puertas abiertas de par en par- son coloridas casitas de madera e incluso contenedores de barcos, muchos de ellos adaptados como residencia.
No gustan las fotos, la gente va a lo suyo y ya no se vende ni se compra marihuana y hachís tan libremente como en épocas pasadas. Hay lugares para comer y beber, salas de conciertos que son escenario de grandes bandas de música y también tiendas que venden camisetas y productos ecológicos, pero hay cosas que no han cambiado con el paso de los años, como el cartel que al salir por la entrada principal de la ciudad reza: "You're now entering the EU" (está usted entrando en la Unión Europea) y es que los habitantes de Christiania no se consideran pertenecientes a la UE que, como están las cosas por aquí, uno no sabe si sería mejor.
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