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Chus Gutiérrez humaniza el naufragio de pateras en "Retorno a Hansala"

EFE

Inspirada en la realidad del drama actual de las pateras, "Retorno a Hansala" es la nueva película de la directora Chus Gutiérrez, un filme a medio camino entre la "road movie" y el documental, protagonizado por José Luis García Pérez y Farah Hamed y rodado entre España y esa pequeña localidad marroquí.

Tras su recorrido por festivales como el de Toronto, Dubai o Valladolid y ser nominada a tres premios Goya, "Retorno a Hansala" llega a las salas españolas este viernes para mostrar, alejándose de las cifras, una historia que surgió, según ha comentado hoy la cineasta andaluza, "tras leer una noticia en el periódico".

En ella se explicaba cómo después del hundimiento de una patera el propietario del Tanatorio de los Barrios (Cádiz) había decidido ponerse en contacto con los familiares de los fallecidos y viajar a Marruecos con uno de los cuerpos y las ropas de los demás, con el objetivo de que su gente pudiera identificar a los muertos.

Es la historia de Martín Zamora, a quien da vida el actor José Luis García Pérez, y que en el filme comparte protagonismo con la actriz Farah Hamed, una joven que, en la ficción, pierde a su hermano en las aguas del Estrecho.

"Son dos personajes que, el uno a través del otro, descubren su propia humanidad", explica Gutiérrez, que también entiende esta amistad entre los protagonistas como "una metáfora de las dos culturas, la musulmana y la occidental, que al principio desconfían, pero al conocerse mejor consiguen entablar una buena relación".

Cuando la directora y su equipo se trasladaron a Hansala -un pequeño pueblo habitado por bereberes- para emprender el rodaje de la cinta, se encontraron ante una comunidad que había perdido a 13 de sus miembros en un sólo naufragio.

Sin embargo, a pesar de que el recuerdo de su propia historia "era triste, estaban orgullosos de que la gente pudiera conocer su realidad", apunta Gutiérrez, para quien "es responsabilidad de Europa el que África esté como está".

El rodaje ha contribuido, en parte, a mejorar la situación económica de Hansala, donde en un principio sus habitantes no lograban entender por qué el equipo quería remunerar su trabajo.

"Nos miraban extrañados, porque para ellos éramos sus invitados", recuerda la andaluza.

Por su parte, para la debutante Farah Hamed, de origen musulmán aunque afincada en España desde pequeña, "existe muy poca tolerancia y mucha ignorancia con respecto a las culturas, hay miedo al otro y predominan los clichés que impiden profundizar en los demás".

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