¿Debe disfrutar la ministra Chacón su baja maternal íntegra?

A FAVOR, por Salomé García 

Carme Chacón, más que ninguna otra mujer en España, tiene el deber moral de agotar las 16 semanas de baja maternal. José Luis Rodríguez Zapatero la eligió para dirigir el masculino Ministerio de Defensa no por sus conocimientos sobre las armas -es sabido que no distinguía un capitán de un coronel y que se declara pacifista-, sino para transmitir a la sociedad un nítido mensaje en favor de las mujeres: que en España es posible compatibilizar la maternidad con uno de los cargos de máxima responsabilidad del Estado.

Atinadamente, el presidente daba por superado el reto de nombrar un Gobierno paritario y añadía la vuelta de tuerca de demostrar que la maternidad es un hecho normal que no debe interferir en el desarrollo profesional de las mujeres. Trataba, en fin, de luchar contra esos datos que indican que un 18% de las mujeres en cargos directivos renuncia a un ascenso para ser madre y que un 16% de las mujeres con empleo deja el trabajo para levantar su hogar. Y todo ello en un país con una de las tasas de maternidad más bajasdel mundo.

La lección que buscaba Zapatero fracasará si Chacón -ejemplo para el resto, aunque sea a su pesar- reparte la baja con su esposo para poder centrarse en su trabajo. Logrará el efecto contrario al que produjo su nombramiento y, también a su pesar, transmitirá lo que muchas consideramos la cruda realidad: si eres chica, debes optar entre maternidad o progreso profesional.

Es ministra. De Defensa. No la líder moral de todas las mujeres. De acuerdo, no se la escogió por lo mucho que sabía sobre armas, tropas y estrategias. Como tampoco era una experta en el mercado inmobiliario cuando se le encomendó la cartera de Vivienda. Igual que a algunos ministros, su jefe los escogió por listos. ¿O es que estar embarazada era su único mérito? ¿Ahora resulta que Zapatero sólo la quería sentada en el Consejo de Ministros para hacer pedagogía? El permiso de maternidad o paternidad es un derecho, no una obligación. Así que Carme Chacón debe poder hacer lo que desee.

Salvo excepciones, el cargo de ministro se disfruta pocos años y es una gran responsabilidad. Puede que ella haya decidido que hacer su trabajo dedicándole el máximo de tiempo posible es una obligación para con los españoles. Y que su hijo seguirá necesitando sus cuidados y los de su padre, cuando ella ya no sea ministra. Dudo que esta decisión perjudique a las empleadas que temen perder su puesto por estar embarazadas. A todo esto, Chacón y su marido viven en el ministerio, lo cual facilita mucho las cosas. Además, podrán llevar a Miquel a una de las guarderías pensadas para fomentar la presencia de la mujer en el estamento militar.

¿Hay mayor ejemplo de igualdad que repartir los días con el padre de la criatura de forma salomónica? ¿No se trataba de dar ejemplo y de repartir las tareas?